jueves, 15 de abril de 2010

Coqueteos con el jazz

Miles de palabras para agradecer los mil ratos de placer que Tom Waits, Chet Baker, Lou Reed, Leonard Cohen, Robert Allman o Raymond Chandler han sido capaces de inventar. El libro La mirada del jazz recrea con una estética forzosamente nocturna poemas y dibujos dedicados a los genios de la música, la literatura y el cine a quienes el escritor Rafael Calero y el diseñador Colín Bertholet deben "tantas cosas. Con él queremos pagar las deudas por los muchos e intensos momentos de felicidad que estos músicos nos han ido regalando a lo largo de nuestras vidas". Ése es el propósito de los autores de una obra que edita Alhulia y que ya está en las librerías granadinas –se presentó el pasado mes de agosto en el XV Festival de Tendencias de Salobreña y lo hará en el mes de octubre en Granada–. El resultado del trabajo conjunto de dos amigos que una vez miraron al jazz y a quienes el jazz devolvió la mirada, aunque todo comenzase como un coqueteo casual.
"A mí una vez se me ocurrió escribir un poema sobre Chet Baker, uno de nuestros músicos favoritos. Se lo regalé a Colín y él más tarde me mandó una ilustración a partir de ese poema y con lo que la melodía de Baker le inspiraba… Así surgió nuestro libro", como explica Rafael Calero, cordobés afincado en Salobreña y doctor en Filología Inglesa por la Universidad de Granada.
No obstante, además del jazz aparecen otras muchas artes recogidas en la obra. "No entiendo el cine sin la música, o a ésta sin la literatura... Para mí la cultura es unitaria. Dylan, por ejemplo, es un hombre que escribe poemas y luego los canta. David Lynch es otro que hace poesía con una cámara de cine...". Por eso, no sólo se habla de música en el libro, pero es el tema central y sobre todo su razón de ser. "De ahí que escogiésemos el título de La mirada del jazz. Además de porque creo que el jazz es la última música romántica –en el buen sentido de la palabra– que existe, resume más o menos lo que hay dentro", afirma el poeta. Tanto en el contenido como en la estética de la obra.
Si el 'flirteo' con el jazz nació por azar "una noche de humo, de copas, de buena conversación, de risas, de amistad", como recuerdan en el prólogo del libro los autores, ha terminado convirtiéndose en algo muy serio. Cincuenta páginas de auténtico homenaje en el que están "los músicos que nos gustan. Desde autores del jazz clásico a otros del rock, como Tom Waits, mi preferido... Son músicos que tienen algo que decir, gente con un camino personal que no va por sendas trilladas sino que aportan algo muy personal con todo lo que hacen".
"Les debemos mucho a esos buenos músicos. Si escuchas un disco de Bob Dylan 7.000 veces, te dará 7.000 buenos momentos. Además yo, en mi forma de escribir, reconozco su influencia".
Poemas con Robert Johnson, Chet Baker, Tom Waits, Van Morrison, Roy Orbison, Miles Davis, Santiago Auserón, Lou Reed, Billie Holiday, Charlie Parker, John Coltrane, Cole Porter o Leonard Cohen como motivo de inspiración se unen a ilustraciones y fotografías con guitarras, pianos y saxos como protagonistas que dan al libro un sabor a jazz muy intenso. Colores rojos, intensos, que tocan una música sin partitura pero muy elaborada.
El autor de los dibujos, Colín Bertholet, es un belga que lleva viviendo en Salobreña desde los once años y que comparte con Calero no sólo una gran amistad, sino su gusto por la música. De hecho, tiene en Radio Salobreña un programa, Los Martes del Jazz, donde lo demuestra. "Casi todas las ilustraciones han partido de los textos". Describen la visión particular de Bertholet sobre la música.
Así, una melodía de Chet Baker, la voz herida de Billie Holiday, un riff de guitarra de Lou Reed, un verso de esos que te erizan la piel escrito por Leonard Cohen, un instrumento de percusión inventado por Tom Waits o una escena de una película de Robert Allman encuentran por azar en este libro un gracias con mayúsculas de dos admiradores anónimos. "En este sentido –explica Calero–, creo que la mayoría de las cosas chulas de la vida surgen casualmente. Pienso muy parecido a Paul Auster. Las cosas que tienen chispa en la vida aparecen sin una explicación lógica".
Seguramente, tal y como nacieron en la cabeza de los músicos de los que hablan en su libro las increíbles melodías. Incluso los silencios de los que Miles Davis hablaba como los más fuertes de los ruidos.

(Este artículo de Manuela de la Corte apareció publicado en el diario Granada Hoy el día 1 de octubre de 2006)

1 comentario:

  1. Creo que el jazz, como cualquier estilo que hace historia, no es más o menos romántico o intelectual, espectacular o intimista que otro cualquiera. Es una manera de hacer música. Una música que a partir de orígenes humildes se ha convertido en grande y que acoge todas las tendencias que hoy puedan existir, dotándolas de la dimensión de Arte. Para mí es la lingua franca dela música de hoy en día. Celebro tu afición, Rafa.

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