lunes, 31 de octubre de 2016

¿Son cabrones porque son ricos, o son ricos porque son cabrones?



Hay mucha gente en este país, entre los que me cuento, que llevamos mucho tiempo diciendo que los que dirigen el cotarro realmente son los que tienen el dinero, mientras que los políticos son sólo marionetas del poder económico y financiero. Cuando he dicho esto en público, algunas personas me han mirado como se fuese un extraterrestre, qué digo, peor aún, como si fuese un extraterrestre que se acaba de tomar diez cubatas de ron de garrafa y unos cuantos tripis.
Anoche Pedro Sánchez, en la entrevista que concedió a Jordi Évole para “Salvados” dejó muy clarito qué ha pasado en estos días, en este país. Los que tienen la pasta no quieren un gobierno participado por Podemos ni en sueños. Y mientras puedan, harán todo lo que esté en sus manos, limpio o sucio, para que ese gobierno no exista. Sánchez citó claramente a César Alierta, pero es muy fácil saber quiénes son los otros, aunque se resistiera a dar nombres: Patricia Botín, Francisco Gonzáles, Florentino Pérez, Juan Roig, Amancio Ortega, Arturo Fernández, etc. No nos engañemos, todos los que tienen riqueza quieren gobiernos que trabajen para ellos, es decir, gobiernos del PPSOE, y como mucho con la participación del PP Naranja, del PNV o antes de CIU, aunque estos les han salido rana.
En fin, cómo solía decir el Makinavaja: ¿Son cabrones porque son ricos, o son ricos porque son cabrones?
He ahí la gran cuestión.   

domingo, 23 de octubre de 2016

La gran traición



Al final, como ya esperábamos y sabíamos casi todos, se consumará la gran traición. El partido Socialista Obrero Español se abstendrá para que Mariano Rajoy siga siendo el presidente del gobierno. O lo que es lo mismo. El Partido Socialista Obrero Español se abstendrá para que nada cambie, para que todo siga siendo como ha sido hasta ahora. Los que pidieron el voto para luchar contra la corrupción, para eliminar la LOMCE y la Ley Mordaza, para que ninguna persona en este país se quedara sin techo (aunque la mitad ya se habían quedado sin él precisamente por culpa de ellos: aún recuerdo a la ministra Salgado diciendo que los suelos de las hipotecas daban seguridad al sistema económico español), los que se vendían a la opinión pública como los únicos que podían parar a una derecha despiadada y absolutamente deshumanizada, los que, en definitiva, nos proponían limpiar de mierda este país, los van a ayudar a perpetuarse en el poder y van a permitir que la mierda siga campando a sus anchas.
En la introducción al programa electoral con el que el PSOE se presentó a las elecciones de junio se podía leer el siguiente párrafo.
“Después de cuatro años de gobierno de la derecha, el cambio es necesario y urgente. Un cambio que una. Que repare a un país fracturado social y territorialmente. Que reconcilie a la sociedad con sus instituciones democráticas. Que nos vuelva a encaminar al diálogo y al acuerdo como forma normal de la política. ”
Cuatro meses después, todos sabemos que esas palabras no sirven para nada. Este país volverá a padecer la lacra de un gobierno conservador dirigido por un gran inepto, Mariano Rajoy Brey. Y todo ello se lo debemos a los hombres y mujeres del Partido Socialista, el partido que fundó un tipógrafo hace 120 años para defender los intereses de los trabajadores, de los desfavorecidos, de los pobres, de los parias de la tierra. Pero ahora, en octubre del año 2016, ese mismo partido, está más por la labor de defender los intereses de los ricos, de los del Ibex35, de los que no pagan sus impuestos, o de los que usan las tarjetas black. Así es la vida.     
La experiencia nos dice que los socialistas no son de fiar. No hay más que volver un poco la vista atrás: la OTAN, las reconversiones industriales, los GAL, el engaño a IU en el gobierno andaluz de la pasada legislatura, etc., etc. Con esta abstención completan definitivamente su viraje a la derecha. A partir de ahora los socialistas nunca más podrán hablar de socialdemocracia, de izquierda, de igualdad, o de justicia social. O mejor dicho, podrán hacerlo, faltaría más. Pero nadie en su sano juicio volverá a creerlos. Nadie confiará en la palabra de un socialista, porque están demostrando que esa palabra carece por completo de valor.
Que les quede muy claro a todos los socialistas que el próximo fin de semana, cuando con su abstención cobarde y mentirosa, sus diputados permitan que Mariano Rajoy pueda volver a formar gobierno, estarán dando un sí como una catedral a la corrupción, a la desigualdad, a la injusticia social, a la mentira y al dolor de varios millones de personas que han sufrido el shock neoliberal de los últimos años.
Que les quede muy claro: el pueblo español no les perdonará jamás la gran traición.

jueves, 20 de octubre de 2016

Felipe González, propuesto para Presidente de Honor del PP y Susana Díaz para Ministra de Festividades, Romerías y Saraos Varios

Acabo de leer en El País, que en el Paritdo Popular están pensando proponer a Felipe González para que sea el próximo Presidente de Honor del PP, en sustitución de Aznar. Por lo visto, Doña Finiquita ha dicho en una rueda de prensa en diferido: "Total, Aznar no hace más que dar por culo mientras que González se está partiendo el pecho para que Rajoy sea presidente del gobierno. Es lo menos que podemos hacer en agradecimiento."
También se rumorea que están pensando nombrar a Susana Díaz Ministra de Festividades, Romerías y Saraos Varios en el nuevo gobierno de la nación. Sobre este asunto, Doña FIniquita ha declarado através del plasma: "En toda España no vas a encontrar a nadie más preparado que Susana para este importantísimo ministerio, con esa gracia y ese salero andaluz que la caracterizan." Y ha añadido. "Tenemos que estar preparados para el Brexit y para el desafío soberanista. Para ello hay que poner a los mejores."
Por su parte Mario Jiménez, portavoz de la gestora socialista y mano derecha de la Presidenta andaluza, ha declarado que para la familia socialista sería todo un honor que Felipe aceptara el cargo de Presidente de Honor (valga la redundacia) del PP. Pero que lo de Susana no lo ve claro del todo, pues la Presidenta andaluza está muy ocupada cosiendo al PSOE y haciendo una cura de desintoxicación para quitarse de los bollicaos y del puchero con pringá.

miércoles, 12 de octubre de 2016

MALDITO SEA DIOS




Maldito sea Dios
José Hierro
Maldito sea Dios
porque vuelve el rostro
y mira para otro lado
porque abandona a su suerte
a tanta y tanta gente
porque en la guerra fratricida
entre los débiles y los fuertes
siempre es cómplice de los fuertes.

Maldito sea Dios
por los vientres desgarrados
por las vidas desesperadas
por el dolor de las madres
por el luto
que tiñe de negro
el Valle de Juárez.

Maldito sea Dios
por la explotación  y la pobreza
por los niños sicarios
por el crimen organizado
por el machismo
por las desapariciones y los asesinatos.

Maldito sea Dios
por el miedo y el silencio
por la impunidad
por el desastre
por los pistoleros y los verdugos 
por la corrupción
por la avaricia
por la desesperación.  

Maldito sea Dios
porque nos ha traicionado.

(Para las mujeres de Ciudad Juárez)

jueves, 6 de octubre de 2016

Adela



Adela
frágil
suave
tierna.

Adela
azúcar
miel
canela.

Viento
océano
cometa.

Música
lienzo
poema.

(Para mi hija Adela, que hoy cumple 13 años)

sábado, 1 de octubre de 2016

La caja abierta de Duchamp



Antonio Orihuela (Moguer; Huelva, 1965) se ha convertido, por derecho propio, en los últimos años, en la figura más destacada de la corriente poética a la que el crítico Alberto García Teresa ha etiquetado de manera bastante acertada como “poesía de la conciencia”, “poesía del conflicto” o simple y llanamente, “poesía crítica”. A Enrique Falcón, otro de los poetas perteneciente al grupo, debemos la definición más atinada de lo que es la “poesía de la conciencia: “literatura de voluntad crítica y pulso resistente en tiempos sin embargo como los nuestros, de macdonalizada pacificación e innegable injusticia social”. Desde 1995, año de la publicación de Si Rocky viera ese gato y Perros muertos en la carretera, los dos primeros poemarios de Orihuela, hasta su último y más reciente libro, Salirse de la fila, editado el año pasado por la editorial Amargord, el poeta onubense ha ido conformando, obra a obra, un corpus poético extremadamente singular, en el cual subyace todo un planteamiento moral y ético frente a la realidad capitalista que abruma al ser humano contemporáneo. El propio autor, con la contundencia que lo caracteriza, lo deja bien claro:
Seamos nosotros quienes descodifiquemos las señales de humo de las chimeneas de las fábricas de sulfuro como lo que son y no como lo que nos dicen que son de beneficiosas, volvámonos contra los mensajes de las paredes, contra las vallas publicitarias, contra los contenedores y las cabinas de teléfonos... que en todos estos sitios, los mensajes nos sonrían, que hablen de nosotros, que nos reconozcamos en ellos como una huella nuestra. Descubramos, en realidad, a qué huelen las cosas que machaconamente nos dicen que huelen tan bien. Escuchemos y traduzcamos el sonido, el alarido de la ciudad y la necesidad de volver a componer la música callada de las cosas. Distingamos, aún sin el maniquí, donde comienza el escaparate y donde la verdadera vida de la calle. Si salimos así de dispuestos, preparados para iniciarnos en estas prácticas, estaremos devolviendo la poesía a la calle, volverá a haber poesía en la calle, paseará la poesía, de nuevo, de nuestro brazo, por la calle.
Y sin embargo, la faceta literaria de Antonio Orihuela, no se restringe solamente al ámbito de la poesía. Orihuela, que se doctoró en Historia por la Universidad de Sevilla es, además de poeta, ensayista. Un fino y certero, me atrevería a decir, escritor de ensayos. Así lo viene demostrando en obras referenciales como Historia de la prehistoria: el suroeste de la Penínsual Ibérica, Moguer, 1936 (donde lleva a cabo un estudio detallista del golpe militar fascista y la posterior represión en su pueblo natal en 1936); o Poesía, pop y contracultura en España, un libro imprescindible para entender la cultura underground en el estado español, durante una época, el tardofranquismo y la Transición, y en el que se hace un repaso riguroso a todas y cada una de las figuras de la contracultura española, desde el flamenco-rock al mundo del tebeo, pasando por la pintura, escultura, cine, etc., etc.
La caja verde de Duchamp y otras estampas cifradas es el título del más reciente ensayo de Antonio Orihuela, una obra que ha sido publicada por El Desvelo Ediciones, una pequeña editorial independiente con sede en Santander. A través de 21 ensayos, Orihuela lleva a cabo un recorrido por la historia del arte, desde la Grecia clásica hasta la posmodernidad más reciente, estableciendo un diálogo, no exento de ironía — me atrevería a decir que incluso el humor está presente en muchas páginas de este libro—, y siempre rebosante de esa actitud crítica, anticapitalista y libertaria, tan certera e incisiva, que se ha convertido en marca de la casa.
La caja verde de Duchamp está divida en dos partes: la primera de ellas agrupa un total de dieciséis ensayos que giran en torno a otros tantos artistas imprescindibles en la historia del arte, aunque por desgracia, muchos de ellos, no ocupen siempre en la actualidad el lugar que merecen. De esta manera por las páginas de este libro pasean nombres como los de Masaccio, Caravaggio, Jan Van Eyck, Clouet, Gerard Von Honthorst, George de la Tour, Jan Steen, Jean Cousin, Fernand Knopff, William Hogarth, y muchos otros. Orihuela entabla una serie de diálogos con las obras referenciadas, tratando de arrojar un poco de luz sobre sus simbolismos, al mismo tiempo que penetra en los códigos ocultos que se esconden detrás de estas obras, e investiga cuáles fueron las razones de sus autores para llevarlas a cabo, las pasiones secretas que albergan cada una de ellas: amores homosexuales, relaciones incestuosas, consumo de sustancias psicotrópicas, etc. Sin duda, de esta primera parte, mi ensayo favorito, el que más me ha impresionado, es el que se titula “La biosfera: parque temático del ecoterrorismo”, en el cual Orihuela hace un pormenorizada crítica del Earth Art, esa tendencia artística tan en boga en la década de los setenta del pasado siglo que consistía, básicamente, en “llevar el Arte Pop y su cultura urbana hasta los entornos naturales que utilizarán como entorno y soporte”. Algunos de los earth-workers más venerados fueron artistas como Christo, Robert Smithson, Michel Heizer o Nancy Holt, que alcanzaron bastante notoriedad con sus transgresiones y sus manipulaciones estéticas.
La segunda parte del libro está dedicada íntegramente a la figura de Marcel Duchamp. Cinco ensayos sobre el artista al que Orihuela define como “un precursor del arte conceptual, del pop art, del minimal, de la performance, del arte procesual, del multimedia, y prácticamente de todas las tendencias por las que ha discurrido el Arte desde la segunda mitad del siglo XX.” Antonio Orihuela no tiene ningún tipo de duda a la hora de declarar a Duchamp como el más influyente artista del siglo pasado. “Dejó de pintar porque, decía, había llegado a un punto muerto, pero sus ideas continúan vivas, parecen un manantial que fluye constante y vigoroso impregnándolo todo, borrando la frontera entre el arte y la vida, liquidando los presupuestos de lo estético, haciendo estallar el canon y la norma, socavando para siempre las viejas concepciones de artista, obra de arte y proceso creativo.”
La caja verde de Duchamp constituye una magnífica ocasión para aproximarse a un escritor, Antonio Orihuela, y a su particular mundo estético, simbólico, metafórico y referencial. Un libro hecho de fragmentos, de pequeñas piezas que, nosotros, los lectores, hemos de sacar de esa caja verde para que todo termine encajando de manera perfecta.