domingo, 27 de noviembre de 2016

NOVIEMBRE EN LA HABANA



“A la memoria de Fidel Castro Ruz, Revolucionario”

Es noviembre
en la ciudad
de La Habana.
Hoy
ha muerto
un hombre
inmenso
como una puesta
de sol.
Hoy
ha nacido
una leyenda
inmensa
como una noche
de luna llena
hermosa
como una gota
de luz.

viernes, 25 de noviembre de 2016

MARCOS ANA, EXPLICADO A UNA NIÑA DE TRECE AÑOS






Estamos almorzando
y las noticias anuncian
la muerte de Marcos Ana.
Se me hace un nudo en la garganta
y no puedo contener las lágrimas.
Mi hija de trece años me mira
con sorpresa y me pregunta.
¿Quién era, papá? ¿Lo conocías?
Yo le hablo del poeta
y le hablo del hombre,
le hablo de la libertad
y de la fraternidad,
le hablo de la crueldad
de los seres humanos
hacia otros seres humanos
le hablo del fascismo
que ahora vuelve
encarnado en un magnate norteamericano
pero que en realidad nunca se ha ido
le hablo de un preso político
que pasó veintitrés años encerrado
como una bestia inmunda
anhelando ver el mar
y las estrellas
preguntándose cómo sería un árbol.
le hablo del miliciano
que fue maltratado, torturado
insultado y vejado
pero que no perdió jamás la esperanza
que mantuvo siempre la mirada altiva
 y el corazón caliente.
Y al final, le digo que Marcos Ana
era sólo un hombre, como hay muchos,
investido de dignidad
de honestidad, de decencia
como José Hierro,
como Antonio Machado,
como Miguel Hernández,
como León Felipe,
como Luis Cernuda
como Pedro Salinas,
como Juan Ramón Jiménez
como tantos y tantos hombres dignos, honestos, decentes.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Soñé que yo también era un neoliberal.



Soñé que yo también era un neoliberal.
Odiaba la poesía.
Odiaba a Ken Loach,
a Fernando León de Aranoa,
a Nacho Vegas,
a Ignacio Escolar.
Odiaba a los sindicatos.
Odiaba con todas mis fuerzas
a las trabajadoras que se quedaban embarazadas.
Odiaba a los pobres.
Era adicto al dinero.
Tenía cuentas en Suiza, en las Bahamas, en Panamá.
Tenía en mi despacho un cuadro
de Margaret Thatcher a tamaño real.
Hablaba la extraña jerga de los eufemismos
que usan los neoliberales.
Había trasladado mis empresas a México
porque allí los sueldos eran una mierda
y los derechos laborales
menos que una mierda.
Tenía un ejército de abogados
que me asesoraban en el arte del fraude fiscal.
Esnifaba farlopa.
Me la traía floja el estado del bienestar.
Votaba al Partido Popular.
Desperté paralizado por el miedo.
Me juré que nunca más volvería a soñar.


jueves, 10 de noviembre de 2016

Los alumnos



La maestra los mira
mientras trata
de enseñarles algo.
Los alumnos charlan y ríen
pensando solamente
en lo que harán
durante el recreo.
Están allí sentados
tan pequeños
tan indefensos
tan lejos de todo
tan ajenos  al mundo
y sus miserias
sin imaginarse
todas las trampas
que acechan
en el camino
y toda la basura
que los rodea:
el neoliberalismo
Trump y Putin
Rajoy y Cospedal
el PSOE y sus guerras civiles
la conferencia episcopal
la LOMCE y sus reválidas
el trabajo precario
el paro o el cambio climático.
La maestra los mira
y piensa que este
es el momento
de la felicidad
y que ya habrá tiempo
en un futuro
no muy lejano
para que la vida
los joda con toda
su mala leche.