miércoles, 6 de octubre de 2021

Para ti

 Para ti

que has venido a llenar
el aire vacío de mis tardes.

Para ti
que me has enseñado a escuchar
el sonido dorado de los rayos del sol.

Para ti
que escribes en el espejo la palabra nieve
y después la derrites con tu aliento.

Para ti
que modelas con tus manos frágiles
la textura imposible de las olas del mar.

Para ti
que me regalas tu mirada de gata tibia
sin pedirme nada a cambio.

Para ti
que has salido de la infancia
como se sale de un resfriado.

Para ti
que disfrutas con desmesura
que ríes con todas tus ganas.

Para ti
Adela
escribo este poema.

(Para Adela, en su 18º cumpleaños)

domingo, 3 de octubre de 2021

Polvo de ángel

A principios de la década de los noventa, El Ángel (de nombre real Ángel Álvarez), un tipo que había tocado en Los Escaparates, un grupo sin demasiado éxito de la movida madrileña, en el que coincidiría con un aún desconocido Eduardo Benavente, y que escribía poemas desgarradores sobre la desesperación, el dolor y la heroína, se reencuentra con Ana Curra, la hermosísima teclista de los Pegamoides y de los añorados Parálisis Permanente. Ana, que tras la muerte de Eduardo Benavente había sido pareja del fotógrafo Alberto García Alix, era superviviente de mil batallas. No hace falta decir que Ana y El Ángel, dos almas gemelas, se enamoraron perdidamente. Por aquella época, y tras largos años de adicción al caballo, El Ángel enferma de SIDA. Él sabe que la enfermedad es imparable y que le queda poco tiempo de vida. No es de los que se autoengañan. Según cuenta su amigo César Scappa, en el libro Los hijos del rock, de Salvador Domínguez, “En 1993, cuando sintió que iba a morir, le entró tal energía vital que en un año hizo todo lo que no le había dado tiempo a hacer antes. Recopiló apuntes, memorias, recuerdos; lo ajustó, maquetó, y publicó un libro y un disco doble.” Así es. En julio de 1993, y ayudado por César Scappa, El Ángel entra en los Estudios Central de Sevilla, acompañado por un grupo que se hace llamar Los Volcánicos. En realidad, los miembros de Los Volcánicos no son otros que algunos miembros de ese mítico grupo sevillano llamado Los Mercenarios, es decir, Juanjo Pizarro, que toca la guitarra y Miguelito Suárez, al bajo. Completaban la formación el propio César Scappa, a la otra guitarra y un jovencísimo Tony Jurado, a la batería. El mismísimo Dogo Rojo se encargó de hacer coros y Ana Curra de tocar el teclado y hacer coros. De aquellas sesiones grabadas bajo el infernal calor andaluz de 1993, Nuevos Medios, el sello independiente que dirige Mario Pacheco y que se había dedicado sobre todo a los jóvenes flamencos y a grupos más o menos intelectuales como los Golpes Bajos o La Mode, publica un doble cd titulado Polvo de ángel, producido por Juanjo Pizarro, Ana Curra y El Ángel. Un hermoso título para un disco duro, triste, desgarrador. Un álbum que contiene quince trallazos, todos compuestos por El Ángel, excepto una versión de “Sister Ray”, el mítico tema de la Velvet Underground. Musicalmente, Polvo de ángel es un disco cuasi punk, salpicado por ramalazos de glam rock aquí y allá, pero también con un exquisito sabor a garaje sesentero, presente sobre todo en las teclas de Ana Curra y en la guitarra whawha. Pero lo que destaca sobre todo en el aspecto musical son las guitarras de Pizarro y Scappa: guitarras potentes, afiladas, salvajes, callejeras. La voz cadavérica de El Ángel pone la piel de gallina en más de un momento del disco y cuando se oye la inconfundible voz de Dogo Rojo en los coros, la adrenalina se dispara hasta el infinito. ¿Y las letras de las canciones? Ah, amigo mío, eso ya son palabras mayores. Ya ha quedado dicho que El Ángel era poeta. Además un poeta bastante original, dueño de un universo particular, en el que la mezcla de lo callejero y lo onírico es la principal seña de identidad. Autor de un libro hoy mítico, titulado Los planos de la demolición, publicado por aquellos mismos días por la editorial El europeo, que dirige Borja Casani. Es verdad que las canciones que conforman Polvo de ángel giran básicamente en torno a la vida en las calles de la gran ciudad, y es por ello que están rebosantes de heroína, de camellos, de prostitutas, y en general, de perdedores de todo pelaje y condición, es decir, más o menos el universo que compartían por aquella época bandas como Dogo y Los Mercenarios, Desechables o Burning, por poner algún ejemplo más o menos famoso. Lo que no es menos cierto es que en el momento en que este álbum se publicó, este tipo de canciones no eran políticamente correctas. Ni la letra ni la música. No podemos olvidar que 1994 fue el año de la explosión del indie español, con grupos como Australian Blonde o El regalo de Silvia. Yo creo que gente como Dogo o El Ángel, a día de hoy, hubiesen tenido quizás un éxito más rotundo, al amparo de autores que han tratado la misma temática en la poesía, en el relato corto o en novelas y canciones. O tal vez no, quién sabe. Como dice mi amigo Juanfran Molina, “no entiendo cómo se nos pudo pasar este disco cuando salió publicado.” 
Prácticamente me gustan las quince canciones de este cd, y entre sus surcos, hay versos realmente hermosos. Hoy en día es prácticamente imposible hacerse con una copia, o yo al menos no lo he conseguido. Y eso que lo he intentado hasta recurriendo a Nuevos Medios, pero no ha habido suerte. Lo mismo ocurre con el único poemario que El Ángel publicó en vida. Si hoy en día levantara la cabeza y viera que esos poemas en el año 2009 cuestan cincuenta eurazos y que, en su momento, se devolvieron prácticamente todas las copias, se caería de espaldas. En fin, si encuentras una copia del cd o del libro por ahí, no seas tonto y hazte con ella. Aunque sólo sea para vendérmela a mí (o para regalármela).

Nota: algún tiempo después de escribir este texto, conseguí un ejemplar nuevo de Polvo de ángel, que ocupa, como no podía ser de otra manera, un lugar destacado en mi colección de música. De todas formas, sigo pensando que algún valiente debería reeditarlo tanto en cd como en vinilo. Y lo mismo con Los planos de la demolición. No entiendo como nadie reedita ese magnífico poemario. 

domingo, 29 de agosto de 2021

EL MUNDO SIGUE


Anoche, para conmemorar el centenario del nacimiento de Fernando Fernán Gómez, volví a ver una de sus películas más personales, escrita, dirigida e incluso producida por él mismo: “El mundo sigue”. Se trata de una película rodada en 1963, cuando el franquismo parecía que empezaba a relajarse un poquito, algo que no fue sino un espejismo. Con la llegada de Fraga Iribarne al Ministerio de Información y Turismo, del que dependía el cine, nombran Director General de Cine a García Escudero, lo cual, a priori, parecía algo bastante positivo. Y digo parecía porque con esta peli, la censura se cebó que dio gusto. Fue censurada por activa y por pasiva. Y eso que la película estaba basada en la novela del escritor Juan Antonio de Zunzunegui, que era un escritor franquista perteneciente a la Real Academia, hoy caído en el olvido. Pero ni eso sirvió.

La peli cuenta la historia de un tipo, al que da vida Fernán Gómez, que se gana la vida como camarero, y que es un ludópata redomado, al que no le importa malgastar el sueldo de toda una semana jugando a las quinielas aunque sus hijos no tengan qué comer. Su mujer, Eloísa, interpretada por Lina Canalejas, había sido un bellezón tan solo unos años antes, pero la vida, con todas sus porquerías, la acaba destrozando. Eloísa tiene una hermana, Luisa, interpretada por Gemma Cuervo, que decide que ella no quiere ser como su hermana, y se dedica a vivir de los hombres maduros, preferiblemente de los que tienen mucho dinero.

La película es muy dura, de un realismo fiero, sin una pizca de complacencia y sin una sola concesión al espectador. No hay nada de humor. Sólo amargura y crítica feroz, despiadada, a una sociedad, la española de principios de la década de los sesenta, en la que el franquismo hacía aguas, con su doble moral, con sus mojigaterías nacionalcatólicas, con un machismo que estremece (hay una escena en la que Eloísa, peleándose con su hermana, defiende el derecho de su marido a malgastar el dinero “porque es un hombre” y se supone que en España, los hombres podían y debían hacer esas cosas), con sus miserias económicas y sus fortísimos contrastes sociales.

Esta película, en su momento, la vieron cuatro gatos mal contados, por la sencilla razón de que no la proyectaron en ningún cine, por las razones ya expuestas relacionadas con la censura y la clasificación que recibió. Vista hoy, seis décadas más tarde, sorprende por su modernidad y por su valentía, además de por sus interpretaciones absolutamente verosímiles. Acabo con un consejo: si tienes ocasión de verla, no la desaproveches.

 

 

sábado, 28 de agosto de 2021

Fernando Fernán Gómez

 


Un 28 de agosto de 1921 venía al mundo en la ciudad de Lima, capital de Perú, un niño al que pusieron el nombre de Fernando y los apellidos Fernán Gómez.  Este niño, hijo y nieto de cómicos, con el paso del tiempo, acabó por convertirse en el actor más importante de la historia del cine español. Pero además de un extraordinario intérprete también fue uno de los directores más insignes de nuestro cine. Y la cosa no queda ahí. Además, de interpretar, escribir guiones y dirigir estupendamente, resulta que este tipo larguirucho y pelirrojo, anarquista de corazón, escribió un puñado de obras de teatro, de novelas, de libros de memorias, de ensayos sobre el cine, incluso de poemas, que quitan el sentido. Yo, hoy, en el día en que Fernando Fernán Gómez debería de apagar las cien velas, no voy a hablar de sus películas, porque están ahí para que todo el que quiera se aproxime a ellas. Yo, hoy, para celebrar el cumpleaños de mi admirado Fernando Fernán Gómez, voy a destacar su faceta como escritor, que me da que es un poco más desconocida. Os aconsejo que, si no lo habéis hecho nunca, busquéis uno de sus libros, y empecéis a leerlo. Os garantizo que el disfrute está asegurado, pues Fernán Gómez es todo un maestro en el uso del lenguaje, en la caracterización de personajes, y en la creación de situaciones. Sobre todo en las que tienen una connotación cómica, como le ocurre como actor. “El viaje a ninguna parte”, “El vendedor de naranjas”, “Oro y hambre”, “La puerta del Sol”, “¡Stop! Novela de amor”,  “Desde la última fila: cien años de cine”, “El tiempo amarillo” o “Conversaciones con Fernando Fernán Gómez”, una larguísima charla que mantuvo con Enrique Brasó, en la que repasan, película a película, su extensísima obra, son algunos de los libros que, cualquiera en su sano juicio, debería de leer.


viernes, 27 de agosto de 2021

Fernando Barbero, Walt Whitman y las presas y presos de Alcalá-Meco

Yo tengo un amigo que se llama Fernando Barbero (algunas ya lo conocéis) que vive en Alcalá de Henares. Fernando, que ayer cumplió la nada desdeñable cifra de 72 añitos, es un gran tipo (pero grande, grande, grande, y no precisamente en el sentido físico del término) un anarquista militante que tiene la mente y el cuerpo en perfecto equilibro, lo cual le permite realizar numerosas actividades. Una de ellas es un taller de escritura en la cárcel Alcalá-Meco. En realidad son 2 talleres, uno con presas y otro con presos. Me cuenta Fernando que hace unos días, en estos talleres, se llevó mi cuaderno PADRE WALT WHITMAN, y lo leyó para estas personas que, desgraciadamente, están privadas de libertad. Dice Fernando que la reacción que mi oda a Walt Whitman produjo entre las presas y presos fue la de aplaudir fervorosamente, según él, “como si su equipo de fútbol hubiese marcado un gol”. Después se originó un debate en torno a la poesía, a la rima, al significado de los versos, etc.

Y qué puedo decir. Pues sólo esto: Me hace sentir muy bien poder aliviar el dolor de estas personas aunque sólo sea por unos instantes y creo que al propio Walt Whitman le habría encantado esa situación. Muchas gracias, Fernando, por tanta generosidad.

martes, 17 de agosto de 2021

Afganistán, agosto de 2021

Puedo escribir

los versos

más tristes

esta noche,

escribir,

por ejemplo,

Afganistán

ha caído otra vez

en manos

de los integristas

medievales,

profanadores

de mujeres y niñas.


sábado, 14 de agosto de 2021

ARDE MISISIPI

Anoche pusieron en tv ARDE MISISIPI, la extraordinaria película que Alan Parker dirigió en 1988, protagonizada en sus papeles principales por un inconmensurable Gene Hackman, y por Willem Dafoe y Frances McDormand, antes de convertirse en la genial actriz que es en la actualidad, aunque ya se veía hacia dónde iba. La película cuenta los brutales asesinatos de tres activistas de los Derechos Civiles (un chico negro y dos judíos) que tuvieron lugar en 1964 en un pequeño pueblo del estado de Misisipi, en el sur de los EE. UU. En la peli, como en la vida real en esa parte del país, juega un importante papel el Khu Klux Klan, esa organización ultraderechista, ultracristiana y ultrarracista, que durante muchos años cometió miles de crímenes impunemente, como se ve en la película. Cuento todo esto porque, mientras la veía, me acordé de que, cuando VOX obtuvo 12 escaños en el Parlamento Andaluz, el máximo dirigente del KKK, grabó un vídeo felicitando a “sus amigos españoles de VOX”. Todo esto me hizo pensar en ese refrán castellano que dice: Dios los cría y ellos se juntan.

domingo, 8 de agosto de 2021

ASTRONAUTA

Como un astronauta.

En medio

de la oscuridad

y el silencio,

donde termina

el universo.

Así me siento.

Solo,

perdido.

A miles

de millones

de años luz

de cualquier sitio.

Pensando en ti.

Pensando en ti.

Tan lejos.

                   

sábado, 7 de agosto de 2021

CHRISTINA ROSENVINGE EN SALOBREÑA

Llevaba varias años sin verla en directo y anoche, demostró, una vez más, que es una de las artistas imprescindibles de la música española. Gran concierto el que ofreció anoche en el Auditorio de Salobreña Christina Rosenvinge. Casi dos horas en las que la cantante y compositora madrileña fue presentando los temas de su disco más reciente, el magnífico UN HOMBRE RUBIO, que tocó casi en su totalidad. No obstante, también hubo momentos para la nostalgia, con “Tú por mí”” y “Mil pedazos” incluidas en su primer disco en solitario, el legendario QUE ME PARTA UN RAYO, envueltas ahora en nuevos arreglos que las ponen de rabiosa actualidad o la más reciente “La distancia adecuada”. Incluso hubo ocasión para asomarse al futuro, ya que Christina nos regaló ese magnífico tema que es “Ese chico”, que suena en la banda sonora de la serie MARICÓN PERDIDO, de Bob Pop. Para mí, los dos momentos sublimes del concierto fueron “Romance de la plata” y “La muy puta”, con una interpretación magistral de Christina tumbada en el escenario y acabando con toda la banda tocando con una fuerza apoteósica. Por cierto, el batería del grupo es tremendo. No se me ocurre otra manera de definirlo. Después del concierto, Christina salió a firmar ejemplares de sus discos y de su libro, derrochando simpatía y amabilidad, momento que aproveché, para sacarme alguna foto con ella, y recordarle que a principios de los años noventa ya estuvo por Salobreña, algo que se le había olvidado por completo. Qué gran noche nos regaló ayer la maravillosa Christina Rosenvinge.

sábado, 24 de julio de 2021

Presentación de RADIO FUTURA: EXPERIMENTACIÓN Y VANGUARDIA, en Moguer

 Queridas y queridos:

De vez en cuando la vida va, como quien no quiere la cosa, y nos hace un regalo maravilloso. El próximo viernes, 30 de Julio, la vida me hará uno de esos regalos extraordinarios, ya que tendráçé ocasión de presentar mi libro más reciente, RADIO FUTURA: EXPERIMENTACIÓN Y VANGUARDIA, en uno de los lugares más emblemáticos y legendarios de Andalucía: la sede de la Fundación Zenobia y Juan Ramón Jiménez, en Moguer, el pueblo natal del Premio Nobel de Literatura. Será a mediodía, concretamente a las 12:30, en el encuentro de poetas VOCES DEL EXTREMO. Me acompañará en la mesa mi querido amigo, el poeta y estudioso de la historia del anarquismo, Fernando Barbero. Hablaremos de rock, de poesía, de la Negra Flor, de Annabel Lee, de semillas negras, del Tonto Simón, del canto del gallo, y de lo que se tercie.


jueves, 1 de julio de 2021

Hoy he soñado contigo

Hoy he soñado contigo. Estamos los dos en una habitación que conozco bien. Una habitación de tu casa, una de la planta baja que da a la calle. Afuera está lloviendo. Es invierno. Deben ser las vacaciones de Navidad. Estamos charlando y escuchando discos. El que suena en mi sueño es un disco de La Dama Se Esconde, uno que se titula "Armarios y camas". Debe ser el invierno de 1986, un poco después de que volvieras del servicio militar. A pesar del tiempo transcurrido, en mi sueño te veo con una nitidez que me asombra. Estás muy delgado. Y muy guapo. Llevas el pelo corto, peinado hacia atrás. Ya no te recordaba tan guapo, no me extraña que volvieras locas a las chicas. Me estás contando algo, pero sólo capto palabras sueltas, como pompas de jabón que salen de tu boca Me siento a gusto en tu compañía, en un día invernal de enero de hace treinta y tantos años, disfrutando con cada pequeño detalle de la música y de la conversación contigo. Se oye la lluvia cayendo fuerte sobre la acera. Y me despierto. Y trato de recuperar mi sueño, grabar los detalles, asirme a los recuerdos, disfrutar de tu compañía. Esta es la primera vez que sueño contigo desde tu muerte, en el lejanísimo verano de 1987.

jueves, 20 de mayo de 2021

La chica de la Cruz Roja




No sé nada sobre esta chica:

Ni su nombre ni su edad

—aunque intuyo su juventud—.

Por supuesto

desconozco su estado civil

si tiene hijos o no

si ha ido a la universidad

si le gusta la lectura o el cine

si es de esa clase de persona

capaz de ver una serie completa

durante un fin de semana.

Ignoro si recibe un sueldo

por hacer su trabajo

o lo suyo es filantropía

pura y dura.

No sé a quién vota

—si acaso vota—

ni a qué dios reza

—si alguna vez ha rezado—.

Nada de eso sé

y nada de eso es importante.

Lo único que importa

lo único que sé de ella

con absoluta seguridad

es que en medio del dolor sombrío

y el caos más espantoso

rodeada del más terrible

de los sufrimientos

y de la más honda pesadumbre

en el mismo corazón

de la desesperanza y la derrota

ella, la chica de la Cruz Roja de Ceuta

estaba haciendo

lo que había que hacer:

vencer a la oscuridad.

 

 

 

 

martes, 18 de mayo de 2021

FRANCO BATTIATO, EL ARTISTA IRREPETIBLE



Ha muerto Franco Battiato, el músico, cantante, compositor más importante que ha dado Italia en muchos, muchos años. Me compré mi primera casete de Battiato a mis 15 años, en 1985, “Ecos de danzas sufí”, una recopilación de temas cantados en castellano que él mismo se encargaba de traducir, diccionario en ristre. Desde entonces me ha acompañado siempre, a veces en castellano, otras en su propia lengua, el italiano. Aún conservo las ediciones en vinilo de sus viejos discos en castellano, el propio “Ecos de danza sufí”, (que me volví a comprar algunos años más tarde), “Nómadas”, “Como un dromedario en un canalón” o “Fisionómica”. La música de Battiato ha sido, es, seguirá siendo, la banda sonora de mis días. En su larguísima carrera hay tantos discos sublimes que es casi imposible elegir uno: “Mondi lontanissimi”, “Last summer dance”, “Fleurs”, “Caffé de la Paix”, “Ferro battuto”, “Giubbe rosse”, y muchos, muchos más.

Durante el confinamiento del pasado año, sus canciones fueron mi refugio, ese lugar al que volvía una y otra vez, —“el sitio de mi recreo”, como diría Antonio Vega—, sobre todo su obra “Messa arcaica” (“Misa antigua”) un disco místico y hermoso como pocos, que suelo poner los fines de semana, al levantarme, mientras desayuno.  

Otro de mis discos favoritos se llama “Unprotected”. Un disco de 1994 grabado en directo con orquesta sinfónica. Otra maravilla. A ese disco lo amo doblemente: por su calidad artística y porque me lo regaló mi madre en un uno de mis cumpleaños. En este disco están algunas de las versiones que más me gustan de algunas de mis canciones favoritas de la fructífera carrera de su autor: “Prospettiva Nevsky” e “I treni di Tozeur”, esa joya con la que en 1984 se presentó al festival de Eurovisión, una de las pocas veces que ha merecido la pena sentarse delante del televisor para tragarse tal festival.

Su último disco, “Torneremo ancora”, es una recopilación en la que sus temas están arropados por la Royal Philarmonic Orchestra. En él está el último tema que grabó, que es el que le da título al disco. Otra obra maestra.

Las canciones de Franco Battiato están plagadas de referencias filosóficas, religiosas (en él se dan la mano los místicos sufís con Juan de la Cruz o Teresa de Jesús, igual que en la obra de otro de mis músicos de cabecera, el gran Pedro Burruezo) o históricas. Cantó en italiano, pero también en francés, castellano, inglés o árabe. Y en ellas caben desde el rock a la música clásica, pasando por el tecno, la música folk o las tendencias más experimentales y vanguardistas. Todo cosido con el fino hilo de un gusto exquisito.  Poesía de muchos, muchos quilates.  Genialidad a raudales.

Hoy ha muerto el gran trovador de la música italiana, la figura cumbre de una época y un país. Hoy, Franco Battiato, como él mismo cantaba en su célebre “Vía Láctea” ha iniciado “el largo viaje”.  Que la tierra te sea leve, Maestro. Gracias y hasta siempre.

sábado, 13 de febrero de 2021

RADIO FUTURA: EXPERIMENTACIÓN Y VANGUARDIA

Mi nuevo libro, RADIO FUTURA: EXPERIMENTACIÓN Y VANGUARDIA, está listo para ser servido. Se trata de un ensayo de 150 páginas en el que hago un somero repaso por la historia de una de las bandas fundamentales de la música cantada en castellano, analizando su discografía, algunas de sus canciones más emblemáticas, sus giras, sus conciertos, etc. El tamaño del libro es de 21x16 cm, impreso en papel de 170 gramos, lo que supone que haya quedado un libro de lujo, del cual me siento absolutamente orgulloso. La portada, la maquetación y todos los aspectos técnicos son obra de Mario Padilla, que ha hecho un trabajo de orfebre. Si estás interesado/a en adquirir un ejemplar, envíame un mensaje mi correo electrónico: rafaelcalero@gmail.com y te doy los detalles. Aviso a navegantes: la edición es limitada y cortita.