martes, 28 de febrero de 2012

Charles Bukowski: no más héroes

Estos días los lectores de Bukowski estamos de enhorabuena. La editorial Anagrama ha publicado hace apenas unas semanas una nueva obra del viejo indecente. Se titula Ausencia del héroe (toma el título de uno de los relatos que se incluyen en el libro) y se subtitula Relatos y ensayos inéditos (1946-1992) y es, esta vez sí, una obra en prosa. Últimamente se han editado en castellano muchos de sus libros de poesía, sobre todo sus obras póstumas. Tengo que confesar que al principio me acerqué a estas obras (las póstumas, digo) entusiasmado, pero poco a poco mi interés ha ido decayendo, porque me he ido dando cuenta de que esos poemas de madurez, salvo honrosas excepciones, no eran tan potentes, tan claros, tan milagrosos (por decirlo con palabras del propio Buk) como habían sido los poemas de la década de los sesenta y setenta incluidos en obras como Madrigales de la pensión, Guerra todo el tiempo o Los días pasan como caballos salvajes por las colinas.
Sin embargo, desde que me llegaron las primeras noticias de que la editorial de Jorge Herralde preparaba la edición de este libro, el radar se puso en marcha. Así que nada más salir al mercado, me he hecho con un ejemplar y he tratado de leerlo con el interés del lector novel, con los ojos del que se acerca a la obra de Bukowski por primera vez.
Durante toda su vida como escritor, Bukowski fue un gran colaborador de la prensa alternativa americana. Incluso siendo un autor consagrado seguía enviando sus escritos a pequeñas revistas que, las más de las veces, no publicaban más allá de dos o tres números. Eran revistas mimeografiadas publicadas por editores vocacionales, gente que ponía toda la carne en el asador para hacer su propia publicación, y que en gran parte fueron los “culpables” del fenómeno Bukowski. Algunas de esas revistas fueron Matrix, Open City, Harlequin, L. A Free Press (donde tuvo durante algún tiempo la columna “Escritos de un viejo indecente”), Second coming, Nola, etc.
Ausencia del héroe contiene 39 textos en prosa recopilados de estas revistas, por lo que el subtítulo tiene poca razón de ser. Estos relatos y ensayos no eran inéditos, más bien habría que llamarlos perdidos. Y es que la mayoría de estos escritos estaban perdidos en bibliotecas públicas o particulares. Así que David Stephen Calonne, estudioso de la obra del autor americano, se puso manos a la obra y recopiló estos 39 escritos, que conforman Ausencia del héroe. Se trata de un cajón de sastre donde podemos encontrar relatos de ficción (todo lo ficticios que pueden ser los relatos de Bukowski, por supuesto), como “El invasor”, “Cristo con salsa barbacoa” o “La historia del violador”, pero también reseñas literarias (es curiosa la que hace de su propia obra Escritos de un viejo indecente en “Bukowski sobre Bukowski”), prólogos para alguna obra ajena, escritos personales donde da rienda suelta a su pensamiento filosóficopolíticovital, etc.
Si te gusta Bukowski, está claro que te gustará este libro. Porque en las páginas de este libro se puede hallar el rastro del Bukowski más conocido, el mujeriego que se regodeaba en escenas de sexo casi pornográficas, el borracho empedernido, el que detestaba al resto de la humanidad, el lector ácido que ataca sin piedad a otros escritores, el escritor que escribía de noche mientras sonaba en su pequeño transistor algo de Mahler o Bach, el narrador que te arranca una carcajada evidenciando lo imbéciles que llegamos a ser los seres humanos, el gran escritor que mandó a tomar por culo el sueño americano. El genial Bukowski.

sábado, 18 de febrero de 2012

Enrique Sierra, enamorado de la vida

Anoche murió Enrique Sierra, el que fuera guitarrista de Radio Futura y uno de los tres componentes, junto a Luis y Santiago Auserón, que convirtieron al grupo en la banda más importante (en la mejor banda, ¡qué carajo!) que ha dado el rock español. Enrique era un guitarrista autodidacta, un músico apasionado e intenso, con una manera de tocar muy personal, con un estilo que era marca de la casa. Había empezado su carrera como guitarra solista de aquel proyecto embrionario que fueron los Kaka de Luxe, con Alaska, Fernando Márquez el Zurdo, Nacho Canut y Carlos Berlanga. Y aunque después de Radio Futura hubo otros proyectos, como Enrique Sierra y los Ventiladores y Klub, donde lo acompañaban Pilar Román y el propio Luis Auserón, su banda fue y será eternamente Radio Futura.
Enrique nació en Madrid en 1957, en el barrio de Chamberí, aunque con cinco años su familia se trasladó a Moratalaz. Era el mayor de cuatro hermanos y desde muy pequeño fue un melómano empedernido. Según contaba el propio Enrique, se hizo músico después de enamorarse perdidamente del “(I can’t get no) Satisfaction” de los Rolling Stones, tema que escuchó por primera vez en la máquina de discos de un bar de su barrio, con apenas trece años. Tal fue el cuelgue con el tema de Jagger y Richards que pasó toda una tarde poniéndolo una y otra vez en la dichosa maquinita.
Entre canciones de los Stones, de los Kinks, de la Credence, va pasando la adolescencia y día a día, va haciéndose mejor guitarrista. A los diecinueve años, conoce al Zurdo y a una jovencísima Olvido, que lo invitan a formar parte de grupo que estaban montando: Kaka de Luxe. Enrique se hace cargo de la guitarra porque en realidad es el único de cuantos andan por el local de ensayo del Ateneo de Prosperidad que domina un instrumento. Además posee una imagen especial, que lo convierte en una personalidad atractiva, sobre todo encima del escenario.
Pero Kaka de Luxe era un proyecto condenado a desparecer casi desde antes de empezar. Toda esa pasión, toda esa locura creativa de los veinte años, no podían ser algo duradero. Antes de separarse graban unas maquetas que luego se convertirían en el mítico disco Las canciones malditas, que contenía dos canciones compuesta exclusivamente por Enrique Sierra: “Pondré mil voltios en tu lengua” y “Música para embrollar (Huye de mí”).
Tras la disolución de Kaka de Luxe, Enrique sigue tocando, aprendiendo, mejorando. Un día se encuentra por Madrid con un colega que le habla de un tipo llamado Herminio Molero que está tratando de reclutar gente para formar un grupo: Radio Futura. Enrique entra en el grupo como guitarrista, y allí coincide con los hermanos Auserón: Luis y Santiago. Pronto graban Música moderna, el primer lp de Radio Futura, con el que los hermanos Auserón y Enrique no se muestran muy satisfechos. Ellos tienen en mente crear algo parecido a lo que en Nueva York están haciendo los Talking Heads, un grupo con influencias del punk y del rock de los años sesenta pero también de la literatura más vanguardista, de la ciencia ficción y del pop art. Se reestructura la banda y empiezan a trabajar duro en el local de ensayo, buscando una estética propia.
Todos conocemos lo que vino después: unos cuantos discos míticos: La ley del mar / La ley del desierto, De un país en llamas, La canción de Juan Perro, Veneno en la piel o Tierra para bailar; algunas de las canciones más brillantes de la historia de la música española: “La estatua del jardín botánico”, “Escuela de calor”, “Rompeolas”, “Semilla negra”, “El tonto Simón”, “No tocarte”, “La vida en la frontera”, “Han caído los dos”, “37 grados”, “El canto del gallo”, “La negra flor”, “Veneno en la piel”, “El amigo desconocido” o “Corazón de tiza”. La lista es extensa, porque en realidad los Radio Futura no hicieron ni una sola canción mala. Y unos conciertos donde los miembros del grupo daban lo mejor de sí mismos.
Durante mucho tiempo la imagen de Enrique fue deslumbrante. Verlo en La edad de oro, en Tocata o en La bola de cristal, un sábado por la mañana, con los peinados más marcianos de la época, fumando un puro mientras tocaba el riff de "Escuela de calor” es algo que no se olvida con facilidad, sobre todo si tienes 15 años y te fascina el rocanrol.
Enrique Sierra sufría una enfermedad renal hereditaria que pendía sobre él como una espada de Damocles. Siempre había sido muy consciente de que sus problemas con los riñones acabarían con él de la misma manera en que habían acabado con la vida de su madre. Sin embargo, Enrique nunca tuvo miedo a llevar una vida plena, a vivir cada día como si fuera el último, a desarrollarse musical, personal, vitalmente con una intensidad arrolladora.
Descanse en paz.

viernes, 17 de febrero de 2012

Ariel Rot: Rocanrol de alto voltaje

El gran Ariel Rot lleva unos meses rodando por todo el estado español su magistral colección de canciones. La gira se llama "Solo" porque así es, precisamente, como el genial guitarrista, cantante, compositor y productor hispano-argentino se sube al escenario. Rodeado de guitarras eléctricas, acústicas, pianos y amplificadores va desgranando, una a una, algunas de las canciones más gloriosas del rock cantado en castellano. La revista digital Efeeme acaba de editar un documental sobre la gira. Así lo presentaban en su web:

Ariel Rot. Solo (el documental)”, técnicamente perfecto pese a su brevedad, nos muestra a Ariel Rot camino del concierto, a la llegada al hotel, en la prueba de sonido, participando en su sección semanal en “La Ventana” (el programa radiofónico de Gemma Nierga), en el backstage del concierto y, cómo no, sobre las tablas, tocando en directo.

El tipo de las canciones anfetamínicas de Tequila, el que acompañó a Calamaro en la aventura sublime de Los Rodríguez, el que ha compuesto canciones memorables en solitario. Señoras y señores, ladies and glentlemen, con todos ustedes, Ariel Rot, el documental.

jueves, 16 de febrero de 2012

Un puñado de discos para combatir los rigores invernales

You are the Quarry, de Morrisey
Release, de Pet Shop Boys
True Stories, de Talking Heads
Jack O’Diamonds, de John Lee Hooker
Singles, The UA Years, de Dr. Feelgood
Amar la trama, de Jorge Drexler
Paris Texas, de Ry Cooder
Cómo hacer crack, de Nacho Vegas
The best of Venice Beach Tapes, de Ted Hawkins
El aire que te rodea, de Martirio y José María Vitier
The very best of, de Prince
Hits Collection, de Dusty Springfield
Sleep with angels, de Neil Young
Dos años luz y cuarto, de Víctor Coyote
La vida es extraña y rara, de Fernando Alfaro
Bad as me, de Tom Waits
Cecilia inédita, en directo, de Cecilia
Material defectuoso, de Extremoduro
Plata, de Pablo Guerrero

martes, 14 de febrero de 2012

Amor

Tras la bomba atómica

y la silla eléctrica,

el amor es el peor invento

de la historia de la humanidad.

El amor es algo malsano,

dañino, barroco, cancerígeno,

estéril, pernicioso,

infinitamente sobrevalorado.

El amor nos atrofia los sentidos.

Nos hace ver hermosura

donde sólo hay fealdad,

vuelve interesante lo banal,

y bondadoso lo malvado.

El amor nos convierte en autómatas,

imbéciles sin remedio,

seres sin voluntad que actúan,

las más de las veces,

sin pensar, sin temor,

sin detenerse a medir

las consecuencias de sus actos.

El amor distorsiona la realidad,

hace que veamos la vida desenfocada,

y al final siempre es una gran estafa.

El amor nos vuelve vulnerables,

Cuando nos enamoramos

bajamos la guardia

y descuidamos las defensas.

¡Cuántas tonterías se comenten

en nombre del amor!

Todo eso por no hablar

de la mala literatura, en general,

y la mala poesía, en particular,

que se escribe en nombre del amor.

¿Y qué decir de las canciones de amor?

Deberían de estar prohibidas

por las leyes internacionales.

El amor es una catástrofe,

cantaban los Pet Shops Boys,

y no queda más remedio que admitir

que sí, que estaban en lo cierto,

que el amor es una catástrofe

de consecuencias impredecibles.

Todo lo que se diga es poco.

El amor es una mierda.

lunes, 13 de febrero de 2012

Iñaki Urdangarín, presuntamente

No sé si lo que ha saltado a los medios de comunicación en las últimas semanas a propósito del marido de la infanta Cristina, el ex jugador de balonmano Iñaki Urdangarín, será o no será cierto. Como no lo conozco personalmente no estoy capacitado para decir si su ambición es tal, si sus ansias de dinero llegan a tal extremo como para llevar a cabo todas esas fechorías de las que hablan los periódicos y los telediarios. No sé si el hombre en cuestión es tan tonto como para comprometer una vida segura, cómoda, sin altibajos, en la que todas las necesidades económicas están cubiertas. Como digo, no sé si todo esto será verdad o no. Tengo mi opinión al respecto, pero me la voy a guardar, por lo que pueda pasar.
Lo que sí tengo muy claro es que toda esta movida del Urdangarín, del Instituto Noos, de las rapiñas de las Islas Baleares con Jaume Matas y sus colegas y de los mil quinientos trapicheos que, día a día, gota a gota, verso a verso, como escribió Machado, van viendo la luz, quedará en nada. Aquí siempre queda todo en nada. Ya lo hemos visto miles de veces. La justicia no actúa (no sé si por incapacidad o por cobardía o sencillamente porque las cosas han sido siempre así y así es como van a seguir siendo) contra alguien que ostente ciertas dosis de poder. Banqueros de España, políticos de España, yernazos de España: podéis estar tranquilos, podéis delinquir a vuestro libre albedrío. Nunca os pasará nada. Jamás tendréis que rendir cuentas. Nunca pisaréis una celda. No tenéis que preocuparos por si el rancho del trullo es pura bazofia o por si se os cae el jabón al suelo en las duchas colectivas.
Lo que para cualquier persona normal supondría una condena ejemplarizante, para este tipo de gente no significa absolutamente nada. Siempre salen indemnes. Y siempre será así. El ejemplo más reciente lo tenemos en Valencia. Todos hemos tenido oportunidad de escuchar las conversaciones telefónicas de Ricardo Costa y de Francisco Camps con los cabecillas de la trama Gurtel. Y sin embargo, ambos se van de rositas, porque un jurado popular los ha declarado "no culpables". Caca de la vaca.
La justica es arbitraria y artificial. Como el lenguaje. Y además muy, muy subjetiva. No debería serlo, pero lo es. Y el que no lo sepa es que no se entera de nada. Además, si eres uno de estos tipos poderosos, ricos, con influencia, y por un casual se te declara culpable, tampoco pasa nada. Cuando las aguas empiecen a bajar de nuevo tranquilas, vendrá el gobierno de turno y te indultará. No importa qué partido esté en el gobierno: PSOE o PP. Si eres poderoso, serás indultado igualmente. También lo hemos visto hace unos meses con el banquero Alfredo Sáenz. Es así de simple. La justicia, las cárceles, las condenas, no se inventaron para los poderosos. Se inventaron para los pobres desgraciados.
Regreso a mi tesis inicial: Iñaki Urdangarín no tiene nada que temer. Saldrá libre de todo esto. Ya se encargará de que eso sea así quien se tenga que encargar. Se irá tan tranquilamente, sonriendo con una gran sonrisa profidén y seguirá adelante con su magnífica vida de lujos, de yates y palacetes. Y encima habrá que pedirle perdón. Tiempo al tiempo.

sábado, 11 de febrero de 2012

Reconstrucción

Ha llegado

el momento


de preparar


los materiales,


de buscar


las herramientas,


de diseñar


los planos,


de planificar


cada detalle,


por pequeño


que parezca.



No dejaré pasar


un solo día.



He de ponerme


manos a la obra


sin perder


más tiempo.



Ya ha llegado


la hora.



Tengo que empezar


a reconstruirme


por dentro.

jueves, 9 de febrero de 2012

Autobiografía (XX)

Yo soy


un incendio frío, amargo

una enfermedad imprevista

un chaparrón roto

un poema

a punto de ocurrir

un cristal olvidado

una mañana oscura

un latido de otoño

desfigurado por el viento

un café perezoso

una catástrofe

a destiempo

miércoles, 8 de febrero de 2012

Autobiografía (XIX)

Yo soy


un incendio perezoso

una enfermedad oscura

un chaparrón imprevisto

un poema olvidado

un cristal roto

una mañana de otoño

desfigurada por el viento

un latido a destiempo

un café frío, amargo

una catástrofe

a punto de ocurrir.

martes, 7 de febrero de 2012

Democracia

el poder

de elegir


entre




dios o el diablo


colacao o nesquik

el premio planeta o el premio nadal

ataúd o incineración


cocacola o pepsi


el país o el mundo


guisqui o ron


pp o psoe


café solo o café con leche


estar al sol o estar a la sombra


real madrid o f. c. barcelona


banco de santander o bbva


antena3 o telecinco


peugot o renault


y poco más




en eso


han convertido


estos cabronazos


la democracia.


(De la serie Diccionario básico de la lengua castellana. 2. 0)

lunes, 6 de febrero de 2012

John Fante: oro en el basurero (V)

Un escritor muerto de hambre en la ciudad de los sueños rotos

La tercera entrega de la saga protagonizada por Arturo Bandini, Pregúntale al polvo, fue publicada en 1939. Curiosamente, ese año se publicaron en los Estados Unidos cuatro importantes novelas que hacían añicos el sueño americano: El día de la langosta, de Nathanael West, Las uvas de la ira, de John Steinbeck, El sueño eterno, de Raymond Chandler y, por supuesto, Pregúntale al polvo, de John Fante.
En Pregúntale al polvo, la influencia de Hambre, la novela que había publicado Knut Hamsun en 1890, es más que evidente, como luego lo sería también en Factótum, la novela que Charles Bukowski publicó en 1975 . El propio Arturo Bandini reconocía al final de Sueños de Bunker Hill que la novela de Hamsum suponía para él un auténtico tesoro, que lo acompañaba siempre, desde el día en que la robó de la biblioteca de Boulder. “La había leído tantas veces que podía recitarla de memoria”, se vanagloriaba Bandini.
Pregúntale al polvo comienza justo en el mismo punto donde termina “Ave María” el último relato de Dago Red: un aprendiz de escritor malgasta los mejores años de su juventud sentado en una habitación barata de un hotelucho de la ciudad de Los Ángeles, preguntándose cómo conseguirá el dinero necesario para pagar la pensión, para comer algo, para poder seguir adelante. Ese escritor no es otro que Arturo Bandini, ahora ya un hombre adulto de veinte años, que trata de abrirse camino como escritor y al mismo tiempo inicia una relación de amor/odio con una joven mexicana llamada Camila Pérez, relación que está a punto de acabar con la salud mental de la chica.
Pregúntale al polvo es una novela sobre la ciudad de Los Ángeles, una obra que retrata perfectamente sus calles, sus bares, sus espectáculos de striptease, sus tranvías, sus mujeres y hombres, e incluso sus terremotos. Bajo la pátina de fracaso y desengaño, de desilusión y racismo que transpira por las páginas de esta novela, se alza un canto a la gran urbe, un gran poema en prosa al paraíso californiano. En las primeras páginas del libro, Bandini expresa en este párrafo magistral su amor por la ciudad que, a un tiempo, lo aniquila y le da la vida:

¡Dame algo tuyo, Los Ángeles! Ven a mí tal y como yo voy hacia ti, con los pies en tus calles, ciudad hermosa a la que tanto amo, flor triste enterrada en la arena, preciosa ciudad.

domingo, 5 de febrero de 2012

El principio del fin

El otro día Jordi Évole entrevistó para el programa que dirige y presenta en la Sexta los domingos por la noche, Salvados, a uno de los pocos intelectuales que merecen la pena de nuestro país: el maravilloso José Luis Sampedro.
José Luis Sampedro (Barcelona, 1 de febrero de 1917) es economista, humanista y escritor, autor de algunas obras imprescindibles tanto en el ámbito del pensamiento y la economía como de la novelística. Así cabe destacar obras como El mercado y la globalización o Sobre política, mercado y connivencia, entre las primeras, y La sonrisa etrusca o El amante lesbiano, entre sus principales novelas.
A sus noventa y cinco años, el profesor Sampedro, a pesar de todos los achaques de los que se quejó con tan buen sentido del humor en el programa (la falta de vista, la pérdida de oído, la dentadura postiza, etc.) sigue teniendo un cerebro completamente privilegiado. A José Luis Sampedro le gusta definirse como un pensador de izquierdas, republicano, radicalmente independiente, humanista, y solidario. Para él existe una palabra completamente indisoluble de la condición humana. Esa palabra no es otra que dignidad. Quienes conozcan sus obras, quienes hayan leído sus artículos, o hayan visto o leído alguna de las múltiples entrevistas que se le hacen en prensa y/o televisión, sabrán que defiende sobre todas las cosas, la dignidad humana. Dignidad para vivir, dignidad para soñar, dignidad para desear, dignidad para compartir, dignidad para elegir. En definitiva, dignidad para ser y estar aquí y ahora.
La entrevista versaba, a grandes rasgos, sobre temas económicos, y en particular se habló mucho de dinero. A lo largo de poco menos de un cuarto de hora, Sampedro fue dejando muestras de su sabiduría, encadenando una perla tras otra: “Esta sociedad tiene el dinero como referente básico y, como dijo Marx en su día, este sistema capitalista, lo convierte todo en mercancía. (…) El dinero ha pasado de ser un instrumento de cambio útil y hasta indispensable, a un referente absoluto y total.” O esta otra: “El capitalismo es el abuso del poder por el capital.” O esta: “Una vez satisfecho ese nivel puramente animal, basta ya muy poco. La austeridad es muy triste cuando nos la imponen, pero no cuesta ningún trabajo cuando se tiene.” O la que parece ser la máxima que gobierna hoy el continente europeo: “Gobernar a base de miedo es muy eficaz. (…)El miedo hace que no se reaccione. El miedo hace que no se siga adelante.”
En mi opinión, hubo un par de momentos estelares: “(A los poderosos) hay que quitarles el poder”, dijo el pensador catalán. Y después, lo que para mí fue lo más importante de toda la entrevista: Sampedro afirmó rotundamente que estamos en el principio del fin del capitalismo. No le tembló el pulso al afirmar lo siguiente: “El capitalismo está hundido ya.” Y fue un poco más allá: “El capitalismo está agotado. Fue fantástico cuando empezó a crearse hacia el s. XV (…) pero se creó para una situación del mundo que hoy ha cambiado. Y ahora ya no funciona.” Ante la pregunta del presentador sobre qué sistema pensaba él que lo iba a sustituir, Sampedro admitió con rotundidad que no lo sabía. “Tengo mis ideas al respecto, pero no tengo seguridad.” “Por lo pronto, seguimos funcionando con instituciones atrasadas: política, religión y economía están funcionando con técnicas y pautas anticuadas que corresponde a la época de la fundación del capitalismo y su desarrollo, pero no para esta época.”
Completamente de acuerdo con una de las mentes más preclaras de estos convulsos tiempos que nos han tocado en suerte.

viernes, 3 de febrero de 2012

La película del PP

Me resulta

tan predecible

esta película,

tan pésimo

su director,

tan grotescos

sus protagonistas,

tan artificial

su decorado,

tan predecible

su guión,

tan estática

su fotografía,

tan aburrida

su banda sonora,

tan falsos

sus efectos especiales,

tan conservador

su vestuario,

tan poco imaginativo

su maquillaje,

tan lento e incoherente

su montaje,

que ya intuyo

cómo va a acabar

todo este tinglado

y te aseguro

que no merece

la pena

quedarse

hasta el final

para leer

los títulos

de crédito.

miércoles, 1 de febrero de 2012

La experiencia

La experiencia suele ser una sucesión de disgustos, fracasos y sinsabores que amargan más de lo que enseñan.

Eduardo Mendoza