sábado, 29 de junio de 2013

Las Ruedas, invitándonos a la rebelión



Los aficionados al rocanrol cantado en nuestro idioma estamos de enhorabuena. Y es que Las Ruedas, el grupo liderado por el compositor, guitarrista y cantante Pedro Sanjuán, acaban de publicar nuevo álbum. Tu Rebelión, que así se llama el nuevo disco de la banda madrileña, es el sexto de su carrera, y llega precedido por un mini álbum que fue editado de manera casi fantasmal hace unos meses y que supuso el retorno del grupo a los escenarios.
Tras Predicar en el desierto, su última colección de canciones publicada hace 20 años, cuya producción corrió a cargo de Ñete, el que fuera batería de los míticos Nacha Pop, Pedro Sanjuán tuvo un largo parón editorial, que en ningún caso fue creativo. Durante estas dos décadas, el alma mater de Las Ruedas ha seguido componiendo maravillosas canciones, con ese estilo suyo tan personal, tan lírico en ocasiones, tan directo y corrosivo, en otras, pero siempre, siempre, con su sello marca de la casa.
A día de hoy, el grupo está compuesto, además de por el propio Pedro, que se encarga de la guitarra rítmica y la voz principal, por Zeta Sánchez, que toca el bajo; Daniel Montoya, la otra guitarra; y Al Diego, batería que ya se encargara de los tambores en aquel fascinante primer minelepé donde se incluía, Ok Nastasia Kinskiuno de los temas que no pueden faltar en ningún concierto de la banda.
Tu Rebelión suena como un cañón. Guitarras afiladas como navajas automáticas y una batería potentísima, más los toques, aquí y allá, del órgano hammond (lo toca Álvaro de Cárdenas, el hijo de Gloria Van Aerssen, de las Vainica Doble) siguen emparentando a la banda con nombres míticos de la historia del r’n’r, como The Clash, por supuesto, pero también otras bandas punk de la quinta del ’77 y grupos de la new wave británica, como los Attractions de Elvis Costello; o con rockers primigenios como Gene Vincent; o con los mismísimos Stones, una de las bandas, imagino, de cabecera de los miembros de Las Ruedas y cuya sombra sobrevuela por las ocho canciones de este disco más los dos temas extra). A los mandos de la producción ha estado Andrés Vázquez Archdale, que fue bajista, allá por los primeros años ochenta, de un grupo llamado OX Pow, que siempre militaron en el underground. En mi opinión, Andrés Vázquez ha sabido dotar las nuevas canciones de la fuerza que uno echaba en falta en los temas de discos anteriores, como Son para ti o Predicar en el desierto. Y eso se agradece.
En cuanto a las letras, he de decir que Pedro Sanjuán, autor de las diez canciones de Tu rebelión, sigue teniendo muy, muy, pero que muy buen pulso para escribir, como ya demostrara con canciones como Rosa`s Motel, Artistaso Lady Caimán. Para mí, la mejor canción de esta nueva hornada es ¿Acaso no es honrado?, un tema con tintes cinematográficos —es como si uno estuviese ante la pantalla visionando un cortometraje— de lo mejorcito que he escuchado en los últimos años. Tanto es así, que me ha atrapado poderosamente. Desde que me compré el disco, la he escuchado una y otra vez, y vuelta a empezar. Una maravilla de esas que te enganchan desde la primera escucha y se te graban en la cabeza y no eres capaz de quitártela de encima por mucho que lo intentes. Pero es que además, hay otras tan buenas como esta: Días de gloria, Plenitudo Tu Rebelión. Y así hasta completar todo el álbum.
Magnífico retorno el de Las Ruedas para esta época tan escasa de música fibrosa y contundente como la del grupo madrileño. Ahora sólo queda velos de nuevo encima de un escenario, para que el gozo sea completo. Esperamos que no tarde mucho.

miércoles, 26 de junio de 2013

Dashiel Hammett: transitando caminos inexplorados



Poco podía imaginar Dashiel Hammett (Maryland, 27 de mayo de 1894- Nueva York, 10 de enero de 1961) cuando publicó allá por 1927 Cosecha roja, que con aquella novela estaba dando el pistoletazo de salida a todo un estilo no sólo literario sino también cinematográfico. Y es que con esta obra seminal, Hammett sentó las bases de la novela negrocriminal moderna (conocida en inglés con el nombre de Hard-boiled detective fiction).
Es de sobra conocido que hasta la publicación de Cosecha roja, las novelas de detectives, policiacas o de crímenes se miraban en el espejo de Edgar Allan Poe, de Wilkie Collins o de Sir Arthur Conan Doyle. Normalmente, en estas novelas el detective se enfrentaba a la resolución de un crimen, que había tenido lugar en un espacio limitado y para el cual había varios posibles candidatos. Al final el caso siempre se resolvía de la manera más insospechada gracias a las virtudes y a la capacidad de observación del detective. Debemos, pues, a Sir Arthur Conan Doyle, la creación de todo un paradigma de detective, encarnado en el personaje de Sherlock Holmes, un protagonista que destacaba por ser un gran observador de los detalles y de la realidad circundante y que siempre acababa resolviendo los casos usando su inteligencia y basándose en las pistas.
A partir de Cosecha roja, la novela policiaca da un giro de ciento ochenta grados. Los detectives dejan de ser personajes al estilo de Sherlcok Holmes y pasan a ser tipos de carne y hueso, con sus vicios —muchos, en realidad— y sus virtudes —muy pocas, en comparación a los vicios—, que no dudan en hacer uso de la violencia si con ella pueden resolver un caso, y que actúan en una sociedad, la norteamericana, invadida por la corrupción, el tráfico de drogas, alcohol e influencias y por la ambición de poder.
Personville, la ciudad en la que transcurre Cosecha roja, es un lugar podrido desde los mismísimos cimientos, donde la corrupción política y policial campa a sus anchas, y la violencia es algo tan cotidiano que a nadie sorprende. Pero tampoco se puede decir que el Agente de la Continental que ha decidido limpiar la ciudad sea precisamente un dechado de virtudes: Bebe como un cosaco, miente para alcanzar sus objetivos, es violento y manipulador —utiliza a la gente a su antojo— y no muestra reparos éticos ante el crimen, aunque siempre da muestras de que lo que hace, lo hace en pos de una meta loable: Regenerar la sociedad.
En cuanto al estilo literario, tampoco es descabellado afirmar que Hammett fue todo un pionero. Sus obras están escritas con un lenguaje directo, a base de frases cortas y casi sin adjetivación —un estilo al que debe mucho Hemingway, sin ir más lejos— y un vocabulario extraído de la lengua popular, e incluso de los estratos sociales más bajos. En la literatura de Hammett los diálogos soportan todo el peso de la trama y sin duda, son estos, chispeantes, ingeniosos, irónicos y no carentes de cierto sentido del humor, los que han dado grandeza a este género literario. Tal vez sea por ello que, con bastante frecuencia, las adaptaciones a la gran pantalla de estas novelas, haya dado como resultado, obras maestras del cine.   
Tras Cosecha roja vinieron otras obras, algunas míticas, como El halcón maltés, llevada al cine por el gran director John Huston, e interpretada por el inolvidable Humphrey Bogart, o La llave de cristal, que para la mayoría de los aficionados es su mejor obra. Y tras la estela de Hammett llegaron otros muchos autores. En realidad, se puede afirmar con rotundidad que pocos autores han escapado al influjo del creador del personaje de Sam Spade: de Raymond Chandler, a James M. Cain, de James Ellroy a Michael Connelly, de Manolo Vázquez Montalbán a Carlos Zenón. Y así hasta el infinito y más allá.
Durante mucho tiempo, tanto Cosecha roja como la mayor parte de la literatura negrocriminal, no ha sido considerada literatura de primera categoría. No me imagino esta o cualquier otra novela de Hammet, de Chandler, de Cain en el canon de Harold Bloom, pero qué cojones, ¿a quién le importa la opinión de Bloom? A mí no, al menos.

domingo, 23 de junio de 2013

Gerardo Rivas y el honor de Falange



El próximo martes, 25 de junio, la infamia tiene una nueva cita —una más— con la Historia. El lugar elegido será los Juzgados de Instrucción de la Plaza Castilla, en la ciudad de Madrid, y la hora, las diez de la mañana. Y es que ese día, a esa hora y en ese lugar, el periodista Gerardo Rivas Rico tiene que comparecer ante un juez como imputado por haber escrito en un artículo una verdad incuestionable, empírica y científica, o sea, una verdad como la copa de un pino: Que Falange Española Tradicionalista y de las JONS es una organización con un amplio —que digo amplio, amplísimo— historial de crímenes contra la humanidad a sus espaldas.  
El día 22 de marzo de 2012, Gerardo Rivas, colaborador habitual de elplural.com, publicó un artículo en dicho medio, titulado “El vicepresidente de Gobierno de Madrid le pide el perejil a la hija de Franco”, en defensa del Juez Garzón en el caso de los crímenes del franquismo, en el que simplemente se dedicaba a constatar una verdad histórica: Que la organización fascista Falange Española Tradicionalista y de las JONS es dueña de “un amplio historial de crímenes contra la humanidad”.
Falange, que al parecer ignora no sólo la historia reciente de España, sino la de su propia organización, interpuso una querella contra el periodista por "menoscabar públicamente la fama y el honor de dicha organización", lo cual sorprende bastante, pues hasta la muerte del dictador, ellos mismos se encargaban de recordar a todo el mundo que habían ganado la guerra y habían limpiado España de rojos.
Numerosos historiadores, memorialistas y otras personalidades públicas han firmado un manifiesto de apoyo en contra de la imputación de Gerardo Rivas. Entre los firmantes del manifiesto se encuentran algunas de los estudiosos más importantes de ese periodo histórico, como las hispanistas Paul Preston e Ian Gibson, ambos con una extensísima bibliografía a sus espaldas sobre el tema. En dicho manifiesto se puede leer:
Se ha demostrado científica y suficientemente, a través de numerosas investigaciones rigurosas, la implicación de Falange Española de las JONS (a partir de abril de 1937 Falange Española Tradicionalista y de las JONS) en la represión desplegada en la zona controlada por el Ejército sublevado desde el golpe de estado contra la democracia republicana hasta bien avanzada la posguerra, ya consolidada la dictadura franquista. Son los propios documentos oficiales (del Ejército, de la Guardia Civil, de la Policía y de la propia Falange) los que dejan evidencia de esa implicación. Estas tareas represivas de Falange afectaron durante años a miles de personas en todo el país. Esta es, por tanto, una verdad científica cimentada en decenas de investigaciones que no admite discusión.”
A la misma hora y en el mismo lugar en la que Gerardo estará declarando ante el juez, se convoca a todas las personas que rechacen estas manipulaciones históricas, para mostrar su repulsa ante el fascismo y su apoyo al periodista. Para que no ganen también la guerra de la manipulación.
Lo peor de todo, como ocurre con todo este tipo de asuntos, es que haya un juez dispuesto a dar pábulo a una denuncia, a todas luces ridícula y que no se sostiene por ningún lado. Se ve que el juez no tiene otra cosa mejor a la que dedicar su tiempo y el dinero de los contribuyentes. En fin, como diría Don Quijote, cosas veredes, amigo Sancho. Y así es, cosas vemos cada día que nos dejan patidifusos.  


viernes, 21 de junio de 2013

jueves, 20 de junio de 2013

Pacto con el Diablo



He vendido
mi alma
al Diablo
a cambio
de tu amor.
Él piensa
que ha salido
ganando.
Yo estoy
completamente
seguro
de que no.

(De Hablando de amor con el cobrador del frac, Editorial Alhulia, 2006)