sábado, 31 de octubre de 2015

Jim


Jim lo flipaba. Se subía a un escenario, se quitaba la camiseta, y con el torso desnudo y los pantalones de cuero, ajustados, ajustadísimos, provocaba el orgasmo colectivo.
Jim gritaba y gritaba, a veces obscenidades, como en aquel concierto de New Haven en que la poli lo detuvo o aquel otro de Miami que terminó en un juicio eterno. Se tocaba el sexo por encima del pantalón, como si estuviera masturbándose, y aquel gesto era toda una provocación que las mentes puritanas de su época no soportaban.
Jim recitaba sus versos místicos sobre la vida y la muerte y lo divino y lo humano y lo trascendente y lo terrenal. Aquellas frases como la que dice quiero escuchar el grito de la mariposa o aquella otra que dice todos los chicos están locos esperando la lluvia veraniega o aquella otra, que está en Riders on the storm, mi canción favorita de todas las que escribió: Hay un asesino en la carretera, su cerebro retorciéndose como un sapo.
Jim era un gran poeta. Bien fuera por el consumo desmesurado de drogas o porque su propia naturaleza era así. Su mente parecía no tener límites. O al menos, sus límites no eran los mismos que tenemos el resto de los seres humanos. Por algo Jim era el puto Rey Lagarto.    
Jim nació en Melbourne, pero no en la ciudad que está en Australia. No. Esa no. Es otra que se encuentra en los Estados Unidos, concretamente en Florida. No se me ocurre un lugar peor para ir a nacer.
Jim estudió en la UCLA. Y allí conoció a otros tipos interesados en el blues y en el rock y en la poesía y formó la banda The Doors. Y ya sabemos todos el rollo ese de las puertas de la percepción y Aldous Huxley y etc., etc., etc.
Jim fue un tipo absolutamente paradójico. Una de las grandes paradojas de su vida, fue que, cuanto más tocaba, más pasta ganaba, y cuanta más pasta ganaba, peor se sentía, y cuanto peor se sentía, más bebía, y cuanto más bebía, peor se sentía. Al final se puso gordo, y feo, él que había sido un tío guapo de verdad. Así que se fue a Paris. Porque en aquella época Paris molaba, aunque ya no fuese una fiesta, como había escrito Hemingway. En Paris murió, no se sabe muy bien si de una sobredosis de caballo o de una borrachera soberbia. Está enterrado en el cementerio de Pere Lachaise  y su tumba, hoy en día, es un lugar turístico tan famoso como la casa natal de Mickey Mouse o el puticlub donde echó su primer polvo Elvis. La gente va allí en procesión y se planta delante de la tumba y unos a otros se preguntan: ¿Quién es el tipo que está enterrado aquí? Y la mayoría de los peregrinos que pasan por allí no saben que la madre del tipo que está allí debajo de esa lápida se llamaba Clara o que su canción más famosa está en la banda sonora de la película Apocalipsis Now.

miércoles, 28 de octubre de 2015

El país de Rajoy



Por fin. Se acabó la décima legislatura. Lo conseguimos. Hemos llegado al final. Parecía mentira, pero el momento ha llegado. Hace cuatro años, cuando empezó esta pesadilla, la cosa parecía no tener fin. Pero hoy, cuatro años después, ya vemos la luz al final del túnel. Cuatro años de dolor, de mentiras, de miseria, de imposiciones dictatoriales, de violencia estatal en las manifestaciones, de intentar acallarnos con la demagogia pseudo-democrática y neoliberal del Partido Popular. Cuatro años en los que todo aquello que era susceptible de empeorar, he empeorado.
Estos días al presidente del gobierno, Mariano Rajoy, le toca hacer balance de lo que han sido estos cuatro años para este país. Ahora pretende dar todas las ruedas de prensa que no ha dado durante cuatro años. Por la mañana se enfrenta cara a cara a los periodistas y por la noche se va a su chiringuito (la primera de TVE, of course) a vendernos la burra. Y por la tarde aprovecha el viaje para ir a una radio amiga. Ahora habla de pedagogía, de la necesidad de explicar lo hecho, de dejar claros cuáles han sido sus avances.
Y luego están las inauguraciones. Desde hace unas semanas el estado natural de este país es la inauguración: autovías, oficinas contra la corrupción, estaciones de metro, de autobuses, del AVE, hospitales que no operan y colegios que no enseñan. Cualquier cosa que pueda ser inaugurada, lo será. No importa que ya haya sido inaugurada una vez. No importa que carezca de mobiliario. No importa que carezca de utilidad. Nada importa. Rajoy estará allí y cortará la cinta con los colores de la bandera española. Y luego alcaldes, presidentes autonómicos, diputados, senadores y el copón bendito, todos juntos, a comer gambas y a beber Ribera del Duero.
Si hemos de hacer caso a lo que dice Rajoy, este país vive una nueva edad de oro. Ahora todo está bien. Según él hay curro y la gente ya ha dejado de pasarlo mal. El dinero llega a espuertas al país de las oportunidades. En Europa todos están flipando con el milagro que ha hecho el registrador de la propiedad. Vamos, según parece, Angela Merkel tiene pensado regalarle la nacionalidad alemana para poder incorporarlo a su gobierno (esto es broma, no os hagáis ilusiones).
Como siempre suele ocurrir con los políticos, Rajoy no vive en el mundo real, o sea el de las personas de carne y hueso, como tú y como yo. Por ejemplo, y sin ir más lejos, Rajoy no vive en el mismo país que vive mi amiga Tamara. Esta chica tiene dos hijos y tanto ella como su pareja están en paro desde hace tiempo que ya ni se acuerdan de cuándo trabajaron por última vez. Hace unas semanas encontró un curro en una empresa de limpieza. La aseguraban dos horas diarias, trabajaba ocho y ¡ooooooooohhhhhhhhh!, le pagaban dos. Ocho euros diarios. Eso es lo que iba a ganar mi pobre amiga Tamara. Ocho euros por ocho horas de duro trabajo limpiando la mierda de otros. Este es el país que nos dejan Rajoy y el Partido Popular. Este es el país de las oportunidades, claro está, para el empresario que contrató a Tamara, porque para mi pobre amiga, no creo que eso represente ninguna oportunidad.
Rajoy tampoco vive en el mismo país que Carmen y Bernardino, el matrimonio octogenario de Isla Cristina (Huelva) a los que el banco va a desahuciar de la casa en la que han vivido más de cuarenta años y en la que criaron a sus seis hijos. La misma casa que el banco les va a quitar por no sé sabe bien qué triquiñuela legal. Hoy se ha celebrado el juicio. Ahora les toca esperar para saber cuándo se llevará a cabo el atropello.
Este es el país real que Rajoy nos deja: el del paro, el de los desahucios, el del trabajo de mierda, el de los niños con hambre, el de los empresarios que se aprovechan de las desgracias y la desesperación ajenas. Este es su legado. Esto es lo que Rajoy ha hecho durante estos cuatro años. Esta es la herencia que nos deja. Dolor, hambre, pobreza, sufrimiento. Lo otro no existe más que en su mente y en la de sus secuaces. Que se entere de una maldita vez.

viernes, 23 de octubre de 2015

Te seguiré (homenaje a las Vainica Doble)

Te seguiré
a través de las nieves.

Te seguiré
en los crudos inviernos.

Te seguiré
a través del infierno

Te seguiré
hasta la muerte.

Siempre junto a ti.
Hasta el último instante. 
(A la memoria de Gloria Van Aerssen, que falleció ayer en Cercedilla -Madrid- a los 83 años).

sábado, 17 de octubre de 2015

Las milicianas del 36



Con un tiro en la nuca aparecían las milicianas del 36.
Juan Carlos Mestre
Las banderas rojinegras.
Los naranjeros en la espalda.
La Columna Durruti.
Los himnos revolucionarios.
La defensa de Barcelona.
Las colectivizaciones de Aragón.
La conquista del pan.
La lucha por la vida.
El comunismo libertario.
Las milicias de la cultura.
Los versos de Joan Salvat-Papasseit.
La utopía sin cadenas.
Los sueños de libertad.
La Revolución Social.

Las milicianas del 36.

lunes, 12 de octubre de 2015

Janis



El diecinueve de enero nace Janis Lyn Joplin, hija de un obrero y un ama de casa. Era el año 1943, un año malísimo para venir al mundo. Nace en Port Arthur, Texas, EEUU, no muy lejos de México pero tampoco demasiado cerca. Su madre quería que su hija fuese maestra, pero a su hija ese plan no le gustaba ni un pelo. A la joven Janis lo que de verdad le gustaban eran las canciones de Bessie Smith, las de Ma Rainey, las de Billie Holiday, las de Leadbelly. Canciones hirientes, de esas que chorrean güisqui y sangre y lágrimas y mucho, mucho dolor. Eso no era muy común para una chica blanca que iba cada domingo a misa. Pero es que Janis no era una chica normal. Ella era especial. Un día, Janis decidió que sería cantante, de blues, para ser más precisos. Y se convirtió en cantante. Grabó varios discos. Tocó por todo el país. A Janis le flipaban las drogas y una vez en el Chelsea Hotel de Nueva York, conoció a un tipo llamado Leonard Cohen, judío y canadiense, poeta y cantante, y le hizo una mamada en la cama, que estaba sin hacer, y ella le dijo, bueno, somos feos pero nos queda la música. O al menos eso cuenta él en una canción que escribió algún tiempo después. Vete a saber tú si será verdad o no. Janis tuvo una niñez y una adolescencia desdichadas, algo bastante frecuente entre los artistas de su país, que lo pasan muy mal de chicos y luego, de mayores, tienen muchos traumas y problemas de todo tipo. Janis murió el día 4 de octubre. Era el año 1970. Un día como otro cualquiera para dejar este asqueroso mundo

miércoles, 7 de octubre de 2015

La infanta Cristina, la Marca España y el clan de la Paca



Cristina de Borbón, infanta de España, tataranieta, bisnieta, hija y hermana de reyes, sexta en la línea de sucesión al trono de España, se sentará en el banquillo de los acusados el próximo día 11 de enero. El juicio se celebrará en el mismo lugar —en un edificio de servicios en el polígono de son Rossinyol, frente a la cárcel de Palma, propiedad del gobierno balear— en el que se celebró el juicio contra los miembros del clan de la Paca. Ni el genial Azcona hubiese imaginado un argumento más castizo.
Junto a Cristina de Borbón se sentarán en el banquillo de los acusados otros 18 imputados, entre los que destacan su esposo, el ínclito Iñaki Urdagarín, AKA el Duque Empalmado, y el que fuera ministro de medio ambiente en el segundo gobierno de José María Aznar, así como Presidente de las Islas Baleares en dos ocasiones y hombre fuerte, fortísimo, del Partido Popular en las Baleares, el simpar Jaume Matas, que actualmente cumple condena por corrupción.
Durante los días que dure el juicio, por el polígono de son Rossinyol van a pasar 363 testigos, entre los que se encuentran dos ex jefes de la Casa del Rey, Fernando Almansa y Alberto Aza; el ex secretario de las Infantas, Carlos García Revenga, y el ex asesor jurídico de Juan Carlos I, José Manuel Romero, conde de Fontao. También tendrán que testificar políticos como Rodrigo Rato (a este paso, entre pitos y flautas, Rato se va a hacer más famoso en los juzgados de este país que el Vaquilla), ex presidente de Bankia y ex vicepresidente del Gobierno; Alberto Ruiz Gallardón, ex ministro de Justicia y ex alcalde de Madrid; Ana Botella, ex alcaldesa de Madrid; Francisco Camps, ex presidente de la Generalitat Valenciana; Rita Barberá, ex alcaldesa de Valencia y Esteban González Pons, eurodiputado del Partido Popular y Marina Geli, ex consejera socialista de Salud de la Generalitat de Cataluña. Como se puede observar, todos ellos han sido en algún momento de sus biografías, pesos pesados de la tan cacareada Marca España.
Al final ni el padre de la infanta, Juan Carlos de Borbón, ni su hermano, el rey Felipe VI, tendrán que acudir como testigos. Tampoco lo hará la amiga de su padre, la aristócrata y cazadora de elefantes Corinna Zu.
Por último señalar que los magistrados a los que les ha tocado comerse el marrón de este juicio son Juan Pedro Yllanes —presidente de la sala—, Eleonor Moyá y Samantha Romero.