domingo, 31 de enero de 2016

El susanazo o quítate tú que me ponga yo



Son muchos los hombres y mujeres de este país que ven con estupor lo que está ocurriendo en torno al tema de la investidura del nuevo presidente del gobierno. La cosa, tal y como yo la veo, está de esta manera: Rajoy, que quiere pero no quiere; Sánchez, que está deseando pero no lo dejan en su partido; Rivera, al que le encantaría pero se ha dado cuenta de que las elecciones reales no tienen nada que ver con las encuestas e Iglesias, que tiene ganas pero los otros no lo quieren ni en pintura.
En mi opinión, Rajoy no tiene nada que hacer. Pasó su momento. Así de simple. Su única posibilidad sería la gran coalición, pero parece que los socialistas tienen claro que no entrarán en ese juego (o al menos eso dicen ahora), a pesar de los cantos de sirena de los otrora sacrosantos sumos sacerdotes y jefes de la tribu, Felipe González y Alfonso Guerra.
Así que la única posibilidad que tiene Pedro Sánchez para sentarse en el sillón de la Moncloa sería un pacto a varias bandas, principalmente con Podemos e Izquierda Unida pero sin olvidarse de otros partidos como PNV, ERC, e incluso alguno más.  
Da la impresión de que Sánchez está por la labor de que ese pacto llegara a buen puerto. Él es consciente de que esta es su única posibilidad de llegar a ser presidente del consejo de ministros. Es ahora o nunca. Así que, en mi opinión, va a poner toda la carne en el asador. De ahí esa estrategia anunciada ayer en el comité federal de su partido de consultar a las bases. Sánchez y sus colaboradores más allegados saben que los socialistas de a pie no quieren otros cuatro años de Rajoy y de gobierno del PP ni locos. Ellos también están sufriendo, en sus propias carnes, los recortes, la onda expansiva de la reforma laboral, la poca calidad de esta democracia nuestra de regional preferente. Muchos de ellos también han sido desahuciados y obligados al copago. Queremos creer que a ellos también les da asco la corrupción. Así que si por ellos fuera, el PP no volvería a gobernar.
Pero como ocurre con demasiada frecuencia, una cosa es lo que opinan las bases y otra muy distinta, lo que piensan los mandamases. Y en este caso, se terminará haciendo lo que digan los de arriba. Es más, casi me atrevo a decir que, en este tema de los pactos y de la presidencia del gobierno, se terminará haciendo lo que diga la hija putativa de Chaves y Griñán, o sea, la presidenta de la Junta de Andalucía, la simpar Susana Díaz.
Y no hay que ser un lince de la alta política para darse cuenta de por dónde van los tiros. Susana sabe que si permitiera finalmente que los pactos entre PSOE y Podemos salieran adelante, su esperanza de ser presidenta del gobierno de España sufrirían un grave revés.  Porque vamos a imaginar por un instante que Sánchez e Iglesias llegan a un acuerdo. Y que el gobierno surgido de ese acuerdo funciona medianamente bien, como está ocurriendo en Madrid, en Barcelona, en la Comunidad Valenciana, en Aragón, y en otros sitios. Entonces la presidenta andaluza se podría ir despidiendo de presidir el gobierno español. Pero si Sánchez no alcanza un acuerdo y se han de repetir las elecciones, ahí estará ella, alerta, preparada para lanzarse sobre el secretario general de su partido y devorarlo en unos segundos.
A mí no me cabe ninguna duda de que no habrá pacto. Y de que habrá nuevas elecciones en primavera. Y si las selecciones se repiten, el candidato socialista no se llamará Pedro Sánchez. Se llamará Susana Díaz. Y entonces ella habrá conseguido su objetivo. Quitarlo a él para ponerse ella.

martes, 26 de enero de 2016

Cárceles


De todas las cosas que ha hecho o que no ha hecho Rajoy durante los cuatro años en que ha sido presidente del gobierno, de lo que más se arrepiente, con diferencia, es de no haber invertido muchas más pasta en el sistema penitenciario, modernizando las cárceles, equipándolas con toda clase de lujos y de comodidades, como yacusis, televisiones de plasma, saunas, etc. Total, allí es donde van a terminar la mayoría de los del PP.

domingo, 24 de enero de 2016

La hora de la verdad



Ya ha llegado la hora de la verdad. Las cartas están encima de la mesa y los jugadores saben a qué atenerse. Ahora ya no sirve de nada jugar al juego del ratón y el gato. Ahora no sirven de nada los malabarismos léxicos, los retruécanos semánticos, los movimientos estratégicos de salón. Todo eso ha quedado fuera de la partida en cuestión de horas. Ahora, como digo, es la hora de la verdad. Ya no nos importa lo que dijo este en aquella entrevista de radio, o lo que declaró aquel en tal o cual cadena televisiva. Nada de eso nos sirve ya. Lo que realmente importa ahora es saber dónde está cada uno de los jugadores.
Y ahora —¡¡¡por fin!!!— vamos a saber dónde está cada cual: en qué bando, en qué zona del campo de batalla. Ahora las máscaras tendrán que caer al suelo, como en una obra de teatro griego, para que todos sepamos qué se escondía detrás de cada una de esas máscaras.
Ahora vamos a saber quién está con la gente de a pie, con la gente sencilla, con los trabajadores que perdieron su empleo y llevan meses y más meses, desesperados, sin encontrar nada; con los estudiantes universitarios que han tenido que abandonar la universidad porque no les alcanza para pagar las altísimas tasas universitarias; con los que han sido expulsados de sus viviendas por la avaricia insaciable de los bancos; con los niños que no pueden hacer tres comidas al día; con los que no pueden calentarse o sencillamente darse una ducha en estos días invernales porque no tienen dinero para pagar la calefacción o la bombona de butano con la que calentar el agua de la ducha.
Ahora vamos a saber quiénes son los que defienden con uñas y dientes una escuela pública, democrática, laica, de calidad; ahora nos vamos a enterar de quiénes son los que ven la sanidad como un derecho de todas y todos —incluidos, por supuesto, los inmigrantes—  y los que la ven como un negocio boyante donde hincar el diente voraz del capitalismo; ahora vamos a descubrir quiénes creen en una democracia real, donde la gente pueda manifestarse, sin temor a acabar en la cárcel o a perder un ojo por culpa de una pelota de goma policial; ahora vamos a saber quiénes están a favor de acabar de una vez por todas con esa maldita lacra llamada violencia de género, pero que no es más que terrorismo machista.
Ahora vamos a saber, de una vez por todas, si se apoya a los de abajo, es decir, a la inmensa mayoría, o por el contrario, se está con los del Ibex35, con los de la pasta en Suiza, con los que quieren mandar sin pasar por las urnas.
Ahora las cosas están un poco más claras. Ya hay propuestas sobre el tapete. Se podrán criticar las formas, se podrá estar más o menos de acuerdo con la manera de hacer llegar las propuestas. Se podrá objetar que esto o lo otro. Pero eso no son más que ganas de marear la perdiz. Lo realmente importante es que las cartas están sobre la mesa. Y que nos merecemos algo mucho mejor que la mierda que hemos tenido durante los últimos años.

sábado, 23 de enero de 2016

Sol de diciembre

Un rayo de sol ha saltado
de la ventana
a la cama
Max Aub
Un rayo de sol ha saltado
de la ventana
a la cama.

Trato de agarrarlo.

Lo cojo entre mis dedos.
Se escurre.
Resbala brazo abajo.
Su luz gotea,
manchándolo todo.

Una llovizna
anaranjada
moja las sábanas
de mi cama.

Afuera un pájaro canta.
Es el sol de diciembre.
Débil. Tenue.
Casi enfermo.

Sol que apenas calienta.
Aromático sol de diciembre.
(De Poemas de destrucción masiva, Editorial Alhulia, 2015)

lunes, 11 de enero de 2016

Héroes

We can be Heroes
Just for one day
David Bowie
Fuimos héroes, tú y yo.
Héroes sin memoria.
Héroes entre las ruinas.
Héroes, un solo instante.
Un instante nada más.

viernes, 8 de enero de 2016

Los cuerpos muertos



...flotando los cuerpos muertos en la playa.
Raúl Zurita

Salí a pasear.
Era domingo y era otoño.
Caía una lluvia fina
una lluvia de cristales minúsculos
que herían las pupilas.
Mis pasos me llevaron hasta la playa.
En la arena hallé 
diseminados
aquí y allá
los restos de una patera.
Pedazos de madera
azul
roja.
Algunos trozos amarillos.
Y allí en el mar
como peces sin vida
flotaban los cuerpos muertos:
uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...
balanceándose a merced de las olas
rítmicamente
como si danzaran
al son de un vals macabro
que sólo ellos podían escuchar. 

(De Poemas de destrucción masiva, Editorial Alhulia, 2015)