Anoche soñé que estaba muerto.
Me rodeaba un vacío absoluto.
Vacío y oscuridad.
Eso era todo.
No había sonido.
No había luz.
Sólo vacío y oscuridad.
Así que esto es la muerte, pensé,
estar aquí solo,
en el centro geométrico del vacío.
Y por extraño que pueda parecer,
no sentí nada, nada, nada de miedo.
(De la serie Diario de
un poeta a punto de metamorfosearse)
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