Me acabo
de terminar el primer libro de memorias del músico canadiense, aunque
nacionalizado estadounidense, Neil Young. En la versión castellana lo han
titulado Memorias de Neil Young. El sueño
de un hippie (Editorial Malpaso, 2014), un juego de palabras con aquella
vieja canción del propio Neil titulada “Hippie dream” incluida
en su álbum Landing on water, publicado
en 1986.
El libro
me ha resultado bastante ameno y a pesar de que tiene cuatrocientas páginas se
lee con rapidez, ya que la prosa de Neil (si es que ha sido él la persona que ha
escrito el libro, que uno no acaba de tener nunca del todo claro quién está
detrás de este tipo de obras) es rápida y se deja leer bien. Me han gustado
mucho todos los pasajes que hablan de música, de canciones, de discos, de cómo
se gestaron muchos de sus discos clásicos (Harvest,
Comes a time, Rust never sleeps, This note’s for you, Everybody knows this is nowhere. Tonight is
the night, On the beach, y muchos
más) y de cómo nacieron muchas de sus
canciones más legendarias (“Keep on rocking in the free world”, “Sleeps
with angels” —dedicada
a la memoria de Kurt Cobain—, “Vampire blues”, “Words”, “Like a
Hurricane”, y otras
muchas que ya forman parte por méritos propios de la historia del rocanrol y de
la música country y del folk americano. Por otra parte, tengo que admitir que
me ha aburrido un poco todo el espacio que dedica a hablar de su vida más o
menos personal: sus hijos, sus coches, sus trenes en miniatura, sus proyectos empresariales
y sus movidas ecologistas y místicas.
Como
suele ocurrir con este tipo de obras, sus páginas están plagadas de nombres
propios. Por estas memorias aparecen todos los personajes que han sido
cruciales en la carrera del canadiense: desde Crosby, Still y Nash, a David
Briggs (productor de la mayoría de los discos de Neil); de Bob Dylan a Wilie
Nelson o Johnny Cash; de Jack Nitzsche a Elliot Roberts, pasando por Bruce
Palmer, Danny Whitten, o Ben Keith ; y por supuesto Neil habla de todos los
grupos que le han acompañado durante estas cinco décadas de vida dedicadas a la
música: Crazy Horse, Stray Gators, Gone with the Wind Orchestra, etc., etc. Además hay un buen puñado de jugosas anécdotas
que sirven para que el lector se haga una idea de qué tipo de persona y de
artista es Neil Young, relacionadas con las drogas, las blandas y las duras, y
con las mujeres y el amor.
Memorias de Neil Young. El sueño de un hippie no es
aquel magnífico libro titulado Crónicas
que Bob Dylan publicara a principios de siglo (por compararlo con un libro más
o menos parecido), pero si te gustan las canciones del viejo Neil (y si estás
leyendo esto, existen bastantes posibilidades de que así sea) y tienes más de
un disco en tu discoteca firmado por el autor de “The neddle and the damage done” deberías
de leer estas memorias, y si es posible, hazlo mientras escuchas sus discos. Seguro
que pasas un buen rato. Que tal y como está el patio, no es poca cosa.
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