Hace unos
años escribí un poema titulado “Anarquistas”. Era mi humilde manera de pagar una deuda con todas esas mujeres y
hombres que habían abrazado la causa del anarquismo desde sus inicios, aquellas
mujeres y hombres que en distintos lugares habían luchado fieramente
por conseguir mejoras laborales durante muchas décadas, aquellas mujeres y
hombres que plantaron cara al fascismo en España y otros lugares del mundo,
aquellas mujeres y hombres que siempre, bajo cualquier circunstancia,
estuvieron del lado de la libertad del ser humano. Tras varias reescrituras, la
versión definitiva de aquel poema acabó titulándose “Los
viejos anarquistas” y acabó
formando parte de mi libro El llanto, la
sangre, el fuego (Poemas y relatos de la memoria), publicado en el año 2012
por la pequeña editorial granadina Alhulia, un libro que tantas y tantas satisfacciones me ha ido proporcionando desde su publicación hasta el mismo día
de hoy.
Ahora
recibo desde Chile otra gran satisfacción. Mi amigo, el trovador,
cantautor, poeta del verso musicado y heredero de la tradición de voces
magistrales como la de los grandísimos Víctor Jara, Atahualpa Yupanqui o el
norteamericano Woody Guthrie, le ha puesto música y ha convertido en canción mi
poema “Los
viejos anarquistas”.
No es la
primera vez que Jorge Venegas pone música a mis palabras. Y con toda seguridad, tampoco será la última. Ya lo hizo hace algún
tiempo con otro de mis poemas, “Esta máquina mata fascistas”, un poema incluido también en El llanto, la sangre, el fuego, y con el
que yo traté de reivindicar la memoria del gran cantautor estadounidense,
comunista, Woody Guthrie, que durante la gran depresión iba, por los campos petrolíferos, por
las fincas donde se recolectaba la fruta en California, cantando a los
trabajadores, hablándoles de sus derechos, y en cuya guitarra estaba escrita la
frase “this
machine kills fascists” (esta
máquina mata fascistas). Woody Guthrie fue el autor de uno de los grandes
himnos de la música folk mundial: "This land is my land" ("Esta tierra es mi
tierra") y por esa canción pasará a la historia de la música, aunque por
supuesto, hay muchas más.
En cuanto
a Jorge Venegas, tengo que decir que es uno de los más importantes cantautores
chilenos contemporáneos, con una longeva carrera discográfica a sus espaldas, tanto en
solitario como con el Dúo Semilla, que incluye canciones como “El flaco”, “Tatiana
en el viento”, “Maestro
de primaveras”, y un
larguísimo etcétera. Durante más de tres décadas Jorge ha ido dejando sus
cantos de vida y esperanza, en universidades y sedes sindicales, en las sedes
de organizaciones de derechos humanos, en las asociaciones de vecinos, etc.,
sin olvidar jamás de dónde viene y hacia dónde va, sin olvidar jamás que él es
solamente un eslabón más en una inmensa cadena que recorre el continente
americano de sur a norte, poniendo su voz y su sabiduría ancestral siempre del
lado de los débiles, siempre del lado de los más necesitados, siempre
oponiéndose, con todas sus fuerzas a la injusticia y a la tiranía, siempre
plantando cara al imperialismo y al neoliberalismo en sus múltiples facetas.
Dejo un
enlace a la canción “Los viejos anarquistas” y otro
al último álbum de Jorge Venegas, “La máquina matafascistas” , su homenaje
particular al gran Woody Guthrie, con algunas de las canciones míticas de su
repertorio, para que, quien lo desee, pueda disfrutar de la música, las
palabras y la maravillosa voz de un grande de la canción de autor en castellano:
Jorge Venegas.
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