Hace unos días dejé una breve relato en el blog titulado "Háblame de tu coño", en el que un chico pedía a una chica que le hablara, como no, de su coño. El texto estaba escrito en un tono medio surrealista medio onírico. En cualquier caso mi intención al escribirlo era que tuviese un lado poético. No sé si lo conseguí o no. Visto lo visto, y leído lo leído, resulta evidente que no. Alguna gente, escudándose en el anonimato, empezó a dejar comentarios de muy mal gusto. Es por ello que decidí eliminarlo. A mí, sinceramente, me importa un bledo que la gente critique mi obra. Ya estoy acostumbrado. Y me parece hasta bien. Sin embargo, no estoy dispuesto a permitir que alguien, de manera anónima, insulte a otra gente, ni deje comentarios de mal gusto. Que quede claro que este es un blog principalmente literario. Es decir, subjetivo. Por supuesto, no se obliga a nadie a entrar aquí ni mucho menos a leer lo que yo escribo. A quien no le guste, que lea otras cosas. Así de simple. Pero, please, que no venga a tocar las pelotas, que es de muy mal gusto. Así que por ahora, voy a hacer algo que jamás se me había ocurrido: moderar los comentarios. Si la gente no es capaz de usar su libertad de expresión para expresarse, respetando las opiniones ajenas, aunque difieran radicalmente de las suyas, pues que le vamos a hacer, tendremos que defendernos. Y es que por mucho que estemos en el siglo XXI, este sigue siendo un país cuartelero y fascistoide.
Salud
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