Este post no va de literatura. No tiene nada que ver con un libro de novela negra ni con novelistas suecos que triunfan después de morir. Este post no cuenta la historia de una chica friqui ni de un periodista honrado. Este post no habla sobre la primera parte de ninguna trilogía de éxito mundial.
Este post tiene que ver exactamente con eso: con los hombres que no amaban a sus mujeres.
En lo que va de año, en nuestro país, cuarenta mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex-parejas. La última, anoche en Utiel, un pueblo de Valencia. Además se da la terrible coincidenica de que esta vez el asesino es un Guardia Civil. Cada dos o tres días una mujer pierde la vida en España por violencia de género y da igual que viva en Málaga, Vigo, Badalona o Donosti. En eso sí que somos todos iguales. En cualquier región de este país se mata a las mujeres de la misma manera. Está claro que algo no está funcionando porque el problema, en vez de remitir, va en aumento. Hoy una en Utiel, ayer en Alicante, el viernes en Vélez-Rubio (Almeria) y así hasta cuarenta sólo en este dos mil nueve. Muchas de ellas son inmigrantes que han venido de otros países buscándose la vida; pero otras son españolas. Así que me da por pensar que el problema no tiene que ver con nacionalidades ni con razas, religiones, culturas, etc. Creo, sinceramente, que el problema tiene que ver, más bien, con el ser humano, con su maldad intrínseca.
No obstane, este problema tiene solución, pues lo mismo que prácticamente se ha terminado con el problema del terrorismo vasco (para mí es igual de grave o tal vez más) mediante la presión policial y con determinadas leyes, también a este terrible problema se le puede plantar cara. Pero para ello hace falta voluntad política y no sólo buenas palabras de la ministra de turno.
Y dentro de tres días, otra.
Este post tiene que ver exactamente con eso: con los hombres que no amaban a sus mujeres.
En lo que va de año, en nuestro país, cuarenta mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex-parejas. La última, anoche en Utiel, un pueblo de Valencia. Además se da la terrible coincidenica de que esta vez el asesino es un Guardia Civil. Cada dos o tres días una mujer pierde la vida en España por violencia de género y da igual que viva en Málaga, Vigo, Badalona o Donosti. En eso sí que somos todos iguales. En cualquier región de este país se mata a las mujeres de la misma manera. Está claro que algo no está funcionando porque el problema, en vez de remitir, va en aumento. Hoy una en Utiel, ayer en Alicante, el viernes en Vélez-Rubio (Almeria) y así hasta cuarenta sólo en este dos mil nueve. Muchas de ellas son inmigrantes que han venido de otros países buscándose la vida; pero otras son españolas. Así que me da por pensar que el problema no tiene que ver con nacionalidades ni con razas, religiones, culturas, etc. Creo, sinceramente, que el problema tiene que ver, más bien, con el ser humano, con su maldad intrínseca.
No obstane, este problema tiene solución, pues lo mismo que prácticamente se ha terminado con el problema del terrorismo vasco (para mí es igual de grave o tal vez más) mediante la presión policial y con determinadas leyes, también a este terrible problema se le puede plantar cara. Pero para ello hace falta voluntad política y no sólo buenas palabras de la ministra de turno.
Y dentro de tres días, otra.
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