Hoy
domingo,
cinco de marzo
de dos mil seis,
casi medianoche.
En mi casa,
Chet Baker y yo.
Yo trato de escribir este poema.
Afuera, el viento,
caprichosamente,
mece esta noche de invierno,
con sus pequeñas farolas amarillas,
con sus aceras en silencio,
con la
palabra tristeza tatuada en una
pared.
(De La Mirada del Jazz, Editorial Alhulia, 2012)
Veo que los reyes no te han traido versos nuevos. Pero siguen siendo preciosos.
ResponderEliminarAhí te equivocas. alguno nuevo sí que ha traído. Ya irán cayendo.
ResponderEliminar