EL NUEVO REALISMO AMERICANO
En 1871,
año del nacimiento de Stephen Crane, se cumplía el sexto aniversario del final
de la Guerra Civil
americana (1861 – 1865), probablemente el hecho histórico más importante
acaecido en los Estados Unidos durante el siglo XIX. La Guerra Civil, al
contrario de lo que se suele pensar, no fue tan sólo el acontecimiento bélico
con el que se puso fin a la esclavitud, sino que supuso para la nación
americana el nacimiento de una nueva manera de entender la existencia, de enfrentarse
a la vida cotidiana; hubo un cambio drástico en las relaciones sociales y
laborales, pues el fin de la contienda trajo consigo un éxodo masivo de
población rural –principalmente de raza negra y excombatientes de ambos bandos–
hacia los grandes núcleos urbanos, sobre todo del norte y el este del país. Y,
como siempre suele ocurrir, estas transformaciones sociales acarrearon
profundos cambios en el arte: la pintura, la arquitectura, la música y la
literatura americanas ya no volverían a ser lo mismo tras el enfrentamiento fratricida
que sacudió a la nación.
Un grupo de
escritores, entre los que se encontraban Stephen Crane, Jack London, Ambrose
Bierce, Frank Norris, William Dean Howells, Hamlin Garland o Upton Sinclair,
hicieron del Nuevo Realismo la corriente principal en la literatura
norteamericana del último cuarto del siglo XIX. Se trata de un movimiento
estético cuyas raíces se hunden en el Naturalismo europeo y en la filosofía
positivista. Desde este momento, el concepto de héroe varía considerablemente,
pues a partir de estos escritores, los grandes protagonistas de la literatura
estadounidense no serán más esos seres excepcionales de vidas extraordinarias,
sino muy al contrario, personas comunes que deben enfrentarse a problemas
cotidianos.
STEPHEN CRANE: UN ESCRITOR DE LAS CALLES
Stephen
Crane (1 de noviembre de 1871, Newark, Nueva Jersey – 5 de junio de 1900,
Badenweiler, Alemania), fue el menor de catorce hijos del matrimonio formado
por el reverendo metodista Jonathan Townley Crane y Mary Helen Peck; un niño
inteligente que disfrutaba jugando al béisbol, nadando o montando a caballo, y
al que, ya desde pequeño, le gustaba la vida militar. A pesar de su contrastada
inteligencia, nunca destacó como estudiante, siendo expulsado de varios colegios
y universidades a lo largo de los años. Fue alumno en centros de reconocido
prestigio, como Lafayette College o Syracuse University, pero en ninguna de las
dos consiguió terminar sus estudios.
Desde su más
temprana adolescencia se sintió fuertemente atraído por el periodismo,
consiguiendo su primer empleo a los dieciséis años como ayudante de su hermano
mayor, que regentaba una agencia de noticias en Asbury Park, Nueva Jersey. Un
poco después empieza a frecuentar los barrios bajos y a pasar muchas horas en
los prostíbulos y tabernas más miserables de la ciudad, cultivando la amistad
de prostitutas, rateros y otros miembros del lumpen local. Al mismo tiempo es
capaz de devorar todas las lecturas que caen en sus manos, que van desde Moby Dick de Melville o Life in the Mississippi (Vida en el Mississippi) de Mark Twain, a
los desgarradores poemas de Emily Dickinson o Walt Whitman.
Será de las
experiencias vividas en esta época, de donde obtenga el material para su
primera novela: Maggie: A Girl of the
Streets (Maggie: una chica de las calles), publicada por él mismo en 1893.
La obra narra la historia de Maggie, una jovencita de Nueva York que ante las
adversidades de la vida no encuentra otra solución a sus problemas que la
prostitución, primero, y el suicidio, después. La novela mostraba determinados
aspectos de la realidad de una manera tan cruda y descarnada para el gusto de
la época, que Crane no tuvo más remedio que publicarla bajo el pseudónimo de
Johnston Smith.
A pesar del
poco éxito inicial de esta primera novela, el libro llega a manos de William
Dean Howells, en ese momento uno de los escritores y editores más importantes
de la escena neoyorquina, quien se muestra dispuesto a ayudar a su joven autor.
Mientras
tanto, Crane empieza a escribir su primer volumen de poemas, The Black Riders and Other Lines (Los jinetes oscuros y otros versos), y
su segunda novela, The Red Badge of
Courage (La roja insignia del valor), ambos publicados en 1895. Con esta
novela obtendría un gran éxito de crítica y público, tanto en su propio país
como en Gran Bretaña. La obra narra la historia del joven Henry Fielding, un
soldado que lucha en la
Guerra Civil y que es herido al tratar de escapar del campo
de batalla, de manera cobarde. Paradójicamente, todos sus compañeros piensan
que es un héroe cuando, en realidad, sólo es un ser indefenso y asustado que
está intentando encontrar su propio camino en medio del estallido de dolor y
violencia que la guerra ha traído consigo a la sociedad norteamericana. La
novela está cargada de simbolismo, pues en la visión irónica de Crane sobre la
valentía, la lealtad o la guerra, nada es lo que parece a simple vista.
Con esta
novela, Crane se convierte en pionero de una nueva técnica literaria que ya se
venía practicando en pintura: el impresionismo. Se trata de crear, mediante el
uso del término apropiado, vívidas impresiones que describan los hechos, los
personajes o los lugares de una manera subjetiva y sensorial, más que recreando
una realidad objetiva y, todo ello, con una gran fuerza poética a un tiempo.
Más tarde, otros autores de prestigio mundial tales como Joseph Conrad o, ya en
pleno siglo XX, James Joyce, Virginia Woolf o William Faulkner, seguirán el
camino iniciado por Crane con The Red
Badge of Courage (La roja insignia
del valor).
Por esta
misma época, Crane ya sabe que está enfermo de tuberculosis. No obstante, eso
no impide que siga viajando por México, Cuba, Grecia y otros lugares donde se
desarrollan conflictos bélicos, como corresponsal de guerra para diferentes publicaciones.
De esta manera, nace una interrelación entre periodismo y ficción en la que las
fronteras estilísticas están cada vez más difuminadas por la calidad estética
del producto final.
En uno de
estos viajes conoce a Cora E. Stewart –o Cora Taylor– que regenta un prostíbulo llamado Hotel de
Dream en Jacksonville, Florida. Se inicia una extraña relación amorosa entre
ambos, que durará hasta la muerte del escritor.
Y mientras
tanto, Crane continúa escribiendo. En 1896 publica su primera colección de
relatos cortos, The Little Regiment and
Other Episodes of the American Civil War (El pequeño regimiento y otros episodios de la Guerra Civil
americana), y otra novela, George’s
Mother (La madre de George).
En 1897
inicia, junto a Cora, un viaje por Europa que los llevará a Grecia, Irlanda e
Inglaterra. Se establecen en Londres, donde escritores de la talla de Ford
Madox Ford, H. G. Wells, Robert Barr o su compatriota Henry James lo reciben
con los brazos abiertos. En 1898 ve la luz otra recopilación de relatos, The Open Boat and Other Tales of Adventure
(El barco abierto y otras historias de
aventuras), que incluye algunos de sus cuentos más famosos, tales como “The
Open Boat” (“El barco abierto”), “The Bride Comes to Yellow Sky” (“La novia
viene a Yellow Sky”) o “Blue Hotel” (“El hotel azul”). Un año después, aparecen
tres libros más: una colección de poemas, War
is Kind and Other Lines (La guerra es
amable y otros versos); una nueva novela basada en su experiencia como
periodista en Grecia, Active Service
(Servicio activo); y más historias
cortas, The Monster and Other Stories
(El monstruo y otros relatos).
Sus últimos
años de vida fueron bastante prolíficos como escritor, debido en gran parte a
sus problemas económicos, que lo obligan a trabajar de manera compulsiva para
poder pagar sus deudas, contraídas principalmente por su conocida adicción a
las drogas. En la primavera de 1900 su delicada salud se resiente y sus
problemas de tuberculosis se agravan. Viaja hasta el sanatorio alemán de
Badenwailer, pero la enfermedad ya era incurable. El día 5 de junio, cuando aún
no había cumplido los treinta años, muere dejando dos obras póstumas: Whilomville Stories (Historias de Whilomville), una colección
de relatos sobre la guerra de Cuba; y Wounds
in the Rain (Heridas en la lluvia),
una recopilación de sus crónicas de guerra. Sus restos fueron trasladados a su
país, donde descansan en el cementerio de Hillside, Nueva Jersey.
LOS VERSOS DE STEPHEN CRANE
La obra
poética de Stephen Crane la componen 134 poemas que se reparten entre dos
libros, The Black Riders and Other Lines
(Los jinetes oscuros y otros versos)
y War is Kind and Other Lines (La guerra es amable y otros versos) y
algunas revistas. La mayor parte de ellos fueron publicados en vida del autor,
pero hay algunos más que vieron la luz de manera póstuma. Cuantitativamente, su
producción poética no tiene nada que ver con la de otros poetas estadounidenses
como Whitman, Dickinson, Poe, etc. No obstante, no resulta arriesgado afirmar
que la calidad literaria de la poesía de Crane sí está al mismo nivel que la de
los grandes autores de las letras americanas.
La poesía de
Crane ahonda en los mismos problemas e insatisfacciones que muestran sus
novelas y relatos cortos. En ella encontramos la pérdida de la fe en el Dios
que había conocido durante su niñez, que parece haber abandonado al hombre en
manos de un destino que se torna incierto y cruel, y del que resulta
prácticamente imposible poder escapar. La vida –parece querer decirnos Crane–
es un juego completamente absurdo. En sus versos aparece constantemente una
doble dualidad: el bien y el mal, el cuerpo y el espíritu, lo terrenal y lo
celestial.
The Black Riders and Other Lines (Los jinetes
oscuros y otros versos) fue publicado el día 11 de mayo de 1895, cuando su
autor era aún un perfecto desconocido entre el público americano. Sesenta y
ocho poemas –aunque Crane no se sentía a gusto con esta denominación: él
prefería llamarlos simplemente versos– sin título, tan sólo numerados con
números romanos, y fuertemente influidos por Whitman y Dickinson, por un lado,
y Wilde, Beardsley y los decadentes, por otro.
La mayoría de
los poemas del libro adopta una forma que podríamos calificar como
pseudo-religiosa. No debemos olvidar que Crane, desde su más tierna infancia,
estaba bastante familiarizado no sólo con la Biblia sino con todo tipo de salmos, parábolas,
etc. Por otro lado, hay una ausencia total de rima y métrica, pues todos ellos
están escritos en verso libre. Muchos de los poemas son diálogos,
principalmente entre el autor y alguna deidad. Todas estas características se
mantendrán en su siguiente libro, convirtiéndose en marca de la casa.
War is Kind and Other Lines (La guerra es
amable y otros versos) fue publicado en mayo de 1899, un año antes de la
muerte del poeta y contiene treinta y seis poemas: algunos que fueron
descartados de su primer libro, otros que ya habían visto la luz en diferentes
publicaciones y, por último, los que permanecían inéditos. Esto hace que
carezca de la línea argumental que dominaba The
Black Riders and Other Lines (Los
jinetes oscuros y otros versos), pero sin duda, contiene el mejor poema
salido de la pluma de Crane: “La guerra es amable”. Se trata de una visión de
la guerra –uno de los temas recurrentes en su literatura– cargada de fina
ironía y poderosas imágenes, que lo conecta directamente con The Red Badge of Courage (La roja insignia del valor).
Crane dejó
escrito poco antes de morir: “Personalmente, prefiero mi pequeño volumen de
poesía, The Black Riders and Other Lines
(Los jinetes oscuros y otros versos) a The
Red Badge of Courage (La roja
insignia del valor). La razón es, supongo, que el primero es el intento más
serio que he hecho de mostrar mi visión del mundo, mientras que la novela es
simplemente una amplificación de esto.”
Como ya hemos
dicho, Crane murió sin haber cumplido ni tan siquiera los treinta. Nunca
sabremos qué hubiera pasado de haber seguido vivo algunos años más.
Probablemente, su mejor novela estaba por llegar y, con toda seguridad, sus más
hermosos versos.
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