sábado, 26 de febrero de 2011

Deseos

Aún hoy, cuando ya han transcurrido varios meses desde aquel día, no soy capaz de explicar con precisión cuáles fueron las razones que me llevaron a entrar en aquella librería. Quizás fue la sobriedad del escaparate. O tal vez el misterio que emergía de su nombre: Deseos. A lo mejor fue tan sólo el frío que hacía aquella mañana de febrero. En verdad poco importa eso ahora. Lo único importante es que, a veces, un acontecimiento tan nimio como entrar a un lugar determinado puede desencadenar una oleada de acontecimientos imprevisibles, puede hacer que nuestras vidas cambien para siempre, y que ya no volvamos a ser las personas que hemos sido hasta ese momento nunca jamás. Y eso fue lo que me ocurrió a mí aquel día.
La tienda era un lugar diminuto. Apenas unos metros cuadrados con unos cuantos estantes llenos de libros. Tras el mostrador, una mujer madura con unos hermosísimos ojos rasgados y una cabellera larga y negra como una madrugada sin luna. Me miró directamente a los ojos y me preguntó, con un acento del este de Europa, qué deseaba. Respondí que no estaba muy seguro y que, si no le importaba, iba a curiosear un poco por los estantes. Estuve mirando durante un buen rato. Había libros escritos en lenguas desconocidas a las que no sabría poner nombre, libros de los que no había oído hablar en toda mi vida, libros que parecían emerger de mundos oníricos y extraños. Tomé uno de esos libros entre mis manos como atraído por un imán. Lo puse encima del mostrador. La mujer de ojos rasgados y pelo azabache me sonrió. Este libro fue escrito sólo para que tú lo leas, me dijo con su acento exótico, arrastrando las erres. Lleva mucho tiempo esperándote. Sólo espero que seas digno de él. Al escuchar aquello sentí un calambre recorriendo mi espinal dorsal. Lo peor de todo era que nada de cuanto estaba sucediendo entre aquellas cuatro paredes repletas de libros me resultaba ajeno. No tema, señora, no la defraudaré. Fue todo cuanto acerté a decir.
Y así fue como encontré aquel libro que cambiaría mi vida para siempre.

2 comentarios:

  1. Uy, yo escribí hace unos meses un relato sobre una libreria como esa y tambien ocurrió algo interesante.
    "...convencida de que en las librerías, siempre ocurre algo interesante. Aquella era pequeña, escondida en un rincón.."
    No se cuando la sacaré pero por si acaso, estoy aquí:

    http://explotarenelvacio.blogspot.com/

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  2. Curiosa historia.
    ¿Y el libro tenía título?

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