El término "sindicato amarillo" debe su nombre al sindicalismo francés, cuando en 1899 se fundó en Francia un sindicato que aglutinaba a todos aquellos mineros que rechazaban la huelga general como instrumento de presión y preconizaban la unión fraternal de trabajadores y patronos. El término procede del hecho de que las ventanas del lugar donde se reunían estaban cubiertas con papeles amarillos, en oposición al color rojo, típico del sindicalismo de izquierda. Paul Lanoir (fundador de la Unión Federativa de sindicatos y grupos obreros profesionales de Francia y las colonias, uno de los primeros sindicatos amarillos de Francia), en un discurso de 1902, señalaba como objetivo principal de los sindicatos amarillos " la colaboración entre trabajadores y patrones con el fin de formar la gran familia del trabajo, unida por una inseparable comunidad de intereses."
El sindicalismo amarillo también es conocido con el nombre de sindicalismo vertical o sindicalismo mafioso. Desde el punto de vista de las finanzas, estas organizaciones se suelen nutrir de las subvenciones públicas, siempre bajo una pátina de opacidad. Nadie es capaz de precisar con exactitud a cuánto ascienden las subvenciones otorgadas a los sindicatos amarillos o sindicatos mafias. Otra característica de estas organizaciones es que suelen actuar en contra de los intereses de los propios trabajadores a los que dicen representar, anteponiendo en todo momento, los intereses propios de las cúpulas dirigentes o aparatos burocráticos. Muchos de vosotros os estaréis preguntando cómo se puede diferenciar a una sindicalista amarillo de un sindicalista de clase. Es muy simple, el primero se caracteriza porque no ha trabajado en su puta vida, haciendo de las negociaciones y otras pamplinas parecidas su medio de vida. El segundo, por el contrario, seguirá en el tajo, peleando por defender los intereses de sus compañeras y compañeros. El primero acatará todos los pactos, concertaciones y mamoneos de la cúpula de su sindicato. El segundo no participaría jamás en esos cambalaches.
Aunque el sindicalimos amarillo está expresamente prohibido por las leyes internacionales y por casi todas las legislaciones nacionales, a día de hoy siguen existiendo sindicatos amarillos en casi todos los países del mundo. En el estado español, por ejemplo, existen dos importantes centrales sindicales amarillas, verticales o mafiosas: la Union General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC. OO).
El sindicalismo amarillo también es conocido con el nombre de sindicalismo vertical o sindicalismo mafioso. Desde el punto de vista de las finanzas, estas organizaciones se suelen nutrir de las subvenciones públicas, siempre bajo una pátina de opacidad. Nadie es capaz de precisar con exactitud a cuánto ascienden las subvenciones otorgadas a los sindicatos amarillos o sindicatos mafias. Otra característica de estas organizaciones es que suelen actuar en contra de los intereses de los propios trabajadores a los que dicen representar, anteponiendo en todo momento, los intereses propios de las cúpulas dirigentes o aparatos burocráticos. Muchos de vosotros os estaréis preguntando cómo se puede diferenciar a una sindicalista amarillo de un sindicalista de clase. Es muy simple, el primero se caracteriza porque no ha trabajado en su puta vida, haciendo de las negociaciones y otras pamplinas parecidas su medio de vida. El segundo, por el contrario, seguirá en el tajo, peleando por defender los intereses de sus compañeras y compañeros. El primero acatará todos los pactos, concertaciones y mamoneos de la cúpula de su sindicato. El segundo no participaría jamás en esos cambalaches.
Aunque el sindicalimos amarillo está expresamente prohibido por las leyes internacionales y por casi todas las legislaciones nacionales, a día de hoy siguen existiendo sindicatos amarillos en casi todos los países del mundo. En el estado español, por ejemplo, existen dos importantes centrales sindicales amarillas, verticales o mafiosas: la Union General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CC. OO).
Y esta entrada, sectaria. Usa tu cultura para construir, no para destruir. Estoy hasta los cojones de que la izquierda esté dividida y de que los sindicatos estén desunidos. Así nos va.
ResponderEliminar¿Esta entrada te parece sectaria? ¿Y no te parece sectario el acuerdo que han firmado estos hijos de puta para dejar sin pensiones o con unas pensiones de mierda a un montón de españoles? ¿Y no te parece sectario que tengamos que trabajar hasta los 67, 68, 69 ó 70 años por culpa de una panda de cabrones que llevan mil años mangoneando a todos los españoles? ¿No te parece sectario que Comisiones Obreras se llevara el otro día unos milloncejos de euros para hacer cursos contra la drogodependencia? ¿No te parece sectario que el cabronazo de Zapatero engañara a miles de españoles que confiaron en él y lo votaron para vivir mejor y ahora viven mucho peor porque han perdido su empleo, o les han bajado su sueldo o les han congelado sus pensiones? ¿No te parece secatario que Zapatero bajara el impuesto que tenían las Sicav, y que tirara el dinero como lo ha ido tirando todo este tiempo en políticas sin sentido? ¿Y de qué coño de izquierda me estás hablando¿ ¿De UGT? ¿De CCOO? A ver cómo coño hay que decir aquí las cosas para que se entiendan. ESOS NO SON DE IZQUIERDAS. Esos son una panda de facinerosos, chupópteros y traidores. Lo mismo que el PSOE. Cada vez que los socialistas gobiernan lían la de dios es cristo. ¿O es qué la política de la Junta es de izquierdas? Tío, que Andalucía sigue siendo tierra de terratenientes, de jornaleros en paro y de duquesas.
ResponderEliminarY que te quede claro quien quiera que seas: mi cultura la uso para denunciar situaciones como las que estamos viviendo, donde los del PSOE están llevando este país a la deriva, pero no pasa nada porque cuentan con el apoyo de la Canciller, que lo han dicho hoy en los telediarios de su televisión, esos que tan bien saben manipular. Pues sabes qué te digo, que los vote la hija de la gran puta de Merkel, que lo que es mi menda, ni a punta de pistola.
Salud
Ya empezamos con el rollo sectareo...eta bien clarito,ugt y ccoo no son sindicatos de clase,por lo tanto no son de izquierdas,por lo tanto la izquierda no esta desunida,la izquierda se esta componiendo...y ellos han elegido quedarse fuera...no hay sectarismos de ningun tipo...hay diferencias ideologicas y de acción.
ResponderEliminarTe hablo de la izquierda de la ideología, de la de mis abuelos, de la de mis parientes muertos por ella, de la gente humilde de mi pueblo que cree a pies juntillas que la izquierda es la respuesta. De la gente trabajadora, que quiere votar a la izquierda y que no encuentra alternativa. De la izquierda de hoz y martillo (aunque suene anacrónico), sin dios ni patrón, que cree en las personas.
ResponderEliminarEfectivamente han decepcionado a los votantes. Efectivamente, no lo han hecho bien. Efectivamente se la están pisando continuamente. Eso no es sectarismo, es ineficacia, traición, pérdida de ideología.
Pero ¿te has preguntado alguna vez si acaso la “otra izquierda” (no PSOE, no CCOO, no UGT…) no ha decepcionado? Y no olvides que mangoneantes hay en todos sitios, e ineptos y chupópteros, y subvencionados y marqueses (con y/o sin título).
Y a mí, persona trabajadora, lo que me gustaría es que la izquierda estuviera unida, y no me refiero a los partidos sino a los votantes. Porque muchas personas de a pie, trabajadoras, jornaleros de izquierdas, y tú lo sabes, votan al PSOE, cuya ideología es de izquierdas (quieras o no). Otra cosa es que los lideres gilipollas que lo representan, se hayan rendido a la economía. ¿Por qué dividir a los votantes diciéndoles que el partido al que votan no es de izquierdas?
Lo que es yo, lo que no pienso hacer, es votar al PP para darle un voto de castigo al PSOE y a su puta madre. Votar a la izquierda, se está poniendo complicado, NINGUNA IZQUIERDA actual me representa, y mucho menos sus líderes.
Salud y Trabajo.
No hay ninguna diferencia entre las bases del psoe y sus dirigentes, igual que no la hay entre las bases de UGT y CCOO y sus dirigentes. Si las hubiera se rebelarían contra ellos y los echarían a la puta calle. Y no me hables de la ideología del psoe. la única ideología de esa gente es el dólar o el euro, que tanto monta. En los próximos meses vamos a escuchar mucho esta cantinela porque se acercan las elecciones municipales y no quieren que se les escape el chollito de los ayuntamientos. ¿Tú quieres votar a la izquierda? Hay otra opciones: IU, PCPE, Izquierda Anticapitalista, BNG (si vives en galicia), y otras muchas. NO hay que votar al PP para quitar a los socitatas. Pero no me vengas con historis: PP y PSOE, la misma mierda.
ResponderEliminarDEFINAMOS y PENSEMOS:
ResponderEliminarComo regla general los sindicatos agrupan a trabajadores asalariados. Y los trabajadores asalariados son, precisamente, los que conforman la clase obrera. De tal manera que, si nos atenemos sólo a su composición, todo sindicato es, por definición, “de clase”.
Pero existen los sindicatos de clase (los no puramente de oficio) y los de oficio.
Sindicatos de clase: formados en torno a un partido o ideología (comunista o anarquista), tienden a difundir un modelo de sociedad a través de los partidos que defienden estos ideales. Esos modelos de sociedad tienen visiones concretas de las relaciones laborares y de la forma de resolver los conflictos de intereses. Conforme a esos puntos de vista organizan agrupaciones sindicales con las que tratan de influir en la dinámica de las mismas. La relación entre el partido y el sindicato que genera es aceptada por aquellos grupos de trabajadores que son afines el ideario del partido.
Sindicatos profesionales: Los sindicatos creados en torno a un programa de reivindicaciones profesionales se caracterizan por su tendencia a delimitar los conflictos laborales al ámbito meramente laboral (ni comunistas ni anarquistas), en consecuencia, son asociaciones muy pragmática que excluyen toda consideración ideológica política o religiosa de sus planteamientos, no tiene más nexo de unión que la problemática laboral común a todos sus miembros. Es claro que esta actitud permite un planteamiento más realista de los conflictos, como meros conflictos de intereses con otros miembros de la comunidad. Esto facilita el aunar voluntades y agrupar a un gran número de asalariados para reivindicar soluciones.