Mientras comíamos,
ella me miró,
sonriendo,
a los ojos,
y me dijo,
así,
como si tal cosa,
que me amaba,
y sentí un calambre
pequeñito
por ahí dentro,
pero supe contenerme
a tiempo
y logré disimular,
como si en realidad,
no pasara
absolutamente
nada.
UN SOLLOZO DEL FIN DEL MUNDO de MATÍAS ESCALERA CORDERO (fragmento I)
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… Tiene más que ver de lo que parece, querido Saúl; mucho más. Es verdad,
quedó viejo en seguida todo, pero les funcionó; justo cuando parecía que
...
Hace 13 horas
Uno de los más bellos e intensos poemas que he leído nunca.
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