Este poema no es verde,
ni es rojo, ni de color azul.
No tiene forma de esfera,
ni es un octógono,
ni tan siquiera es triangular.
No se encontrarán aquí
hermosas metáforas,
símiles complicados,
encabalgamientos
con forma de serpiente.
Por no tener
carece incluso
de los más elementales
fundamentos
del arte poético:
rima, ritmo, métrica,
altisonantes juegos semánticos.
En este poema
no hay versos
del tipo
la noche es un telón que anuncia el final de la obra,
o del tipo,
tus ojos me guían en el fuego de la tarde estival.
Este poema no es nada más
que una excusa (tonta)
para pedirte
que me quieras más
(si puede ser).
(De Hablando de amor con el cobrador del frac, Editorial Alhulia, 2006)
UN SOLLOZO DEL FIN DEL MUNDO de MATÍAS ESCALERA CORDERO (fragmento I)
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… Tiene más que ver de lo que parece, querido Saúl; mucho más. Es verdad,
quedó viejo en seguida todo, pero les funcionó; justo cuando parecía que
...
Hace 13 horas
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