En el momento de escribir estas palabras, aún me retumban los oídos. Y es que Los Ilegales, sobre un escenario, son punto y aparte. Anoche lo demostraron con creces en la sala El tren, aquí en Granada. El concierto estaba enmarcado en la gira de despedida que el grupo viene ofreciendo en las últimas semanas, y que durará algún tiempo más, ya que van a tocar por casi toda España y gran parte de Hispanoamérica. Durante treinta años, el grupo de Jorge Martínez ha demostrado que son una de las mejores bandas de este país, o como le gusta presumir al propio Jorge, "la mejor banda en lengua española". Ayer en El tren se les veía con unas ganas locas de despedirse a lo grande. Tocaron durante dos horas y media, y los tres músicos que había sobre el escenario sonaban como una auténtica apisonadora. A estas alturas de la peli, ya ni siquiera vamos a hablar del virtuosismo instrumental de Jorge. Eso ya es vox populi. Sin embargo, no estaría nada mal reivindicar su faceta como letrista. En mi opinión, el líder de Ilegales es uno de los más aventajados alumnos de Bukowski, (siempre he tenido la duda de si Jorge conoce la obra del autor americano: apostaría a que sí) abanderado del realismo más sucio que uno se pueda imaginar, cuando aquí no habíamos oído hablar en nuestra puta vida de eso. Y esto que digo no es una boutade. Ahí están para demostrarlo temas grandiosos, como "Yo soy quien espía los juegos de los niños" (ojalá a mí alguna vez se me ocurriera un título como ese), "El corazón es un animal extraño", "Tiempos nuevos, tiempos salvajes", "La chica del club de golf", "Regreso al sexo químicamente puro", "Ángel exterminador", "Chicos pálidos para la maquina", la surrealista "Problema sexual" o la magistral, hermosa, melancólica, "Enamorados de Varsovia", tal vez la mejor canción que ha parido esa cabecita iconoclasta y heterodoxa que Jorge tiene sobre los hombros. Por supuesto, anoche tocaron todos estos temas, y un puñado más. Y pusieron el punto y final a una actuación hiperbólica, con ese himno nihilista y punk, descreído y visionario, tan apto para estos tiempos convulsos que nos han tocado en suerte: "Destruye".
Querido Jorge, si por casualidad lees esto, sólo me queda darte las gracias por todos los momentos buenos que me has hecho pasar durante todos estos años. Salud.
Querido Jorge, si por casualidad lees esto, sólo me queda darte las gracias por todos los momentos buenos que me has hecho pasar durante todos estos años. Salud.
Así es amigo, disfrutamos de un concierto soberbio de Ilegales el viernes en Granada. La banda se entregó y el público disfrutó de lo lindo. Permanecerá en mi retina siempre.
ResponderEliminarA mí me da por creer que las letras de Jorge Ilegal tienen un fuerte componente autobiográfico. La realidad es muy sucia y él sabe sacarle chicha a sus vivencias para hacer grandes canciones. No es necesario que conozca a los maestros americanos, aunque lo mismo sabe más de lo que aparenta. En cualquier caso es muy bueno y no engaña a nadie: anunció un concierto largo, con canciones que queríamos oir y con canciones que no queríamos oir. Y lo cumplió todo. Espero que su nueva etapa sea tan interesante o al menos se aproxime a la que acaba.
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