Tengo una pistola.
A veces la saco
del estuche negro de madera
donde la tengo guardada.
La miro.
La acaricio.
La mimo.
Hablo con ella
como se habla a los gatos.
Me pongo frente al espejo
y digo con voz grave,
Alto a la guardia civil,
sólo por sentirme importante.
O también:
Arriba las manos. Esto es un atraco,
por sentir lo que siente un delincuente.
Otras veces,
simulo que soy Kurt Cobain
y que me vuelo la tapa de los sesos.
Luego,
la vuelvo a dejar
en su estuche negro de madera.
Bien guardada.
Sólo por si las moscas.
(De Versos de alambre de espino, Editorial Alhulia, 2009)
ITINERARIO DE FRANQUEZA
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Y digo yo…
Si los políticos nos tratan como a idiotas
y los banqueros y sus secuaces
Cuando los empresarios,
los inquisidores y sus religiones,...
Hace 15 horas
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