sábado, 8 de marzo de 2014

Burning, cabalgando sobre un pura sangre



Once años han tardado los Burning en publicar un disco con canciones nuevas. Desde aquel Altura, de dos mil dos, hasta el reciente Pura sangre, editado en el mes de octubre de 2013, han pasado exactamente eso: once años. En el entreacto, vieron la luz una revisión acústica de algunas de sus más memorables canciones (Dulces dieciséis, un disco que, por cierto, me encanta y recomiendo fervorosamente) y un álbum grabado en vivo (Desnudo en el Joy). Si he de ser sincero, ya había perdido toda esperanza de volver a escuchar canciones nuevas de uno de mis grupos favoritos de todos los tiempos, los incombustibles Burning, liderados por el no menos incombustible Johnny Cifuentes. Además, aquel Altura no me dejó un buen sabor de boca. No nos vamos a engañar. Aquel disco no era un buen disco o por decirlo de otra manera, Altura hubiese sido un buen disco si antes que él no hubiesen estado Madrid, El fin de la década, Noches de rocanrol, Hazme gritar, Cuchillo, Regalos para mamá, y toda esa discografía maravillosa que, disco a disco, ha ido pergeñando la banda madrileña. Para mi gusto, en Altura sólo había un par de momentos de máxima calidad: “Desde el pantano” y “Tú, ruina total”. De cualquier manera, no podemos olvidar que aquel disco era la prueba de fuego para la banda, pues se trataba de demostrar que había vida después de la muerte de Pepe Risi. Y eso, qué duda cabe, quedo ampliamente demostrado.
Así que los seguidores de la banda, cuando nos enteramos de que se habían encerrado en un estudio de Vallecas preparando material nuevo, empezamos a frotarnos las manos. Y ahora sí. Esto sí es lo que se espera de un grupo de rocanrol mítico que ha sobrevivido a la muerte de su primer cantante, el carismático Toño, y a la de su principal guitarrista y compositor, el no menos carismático Pepe Risi. Esto sí es lo que los seguidores del grupo esperábamos y deseábamos de una banda que siempre ha estado por encima de modas y cuya única religión fue, es y será esa música demoniaca y mestiza llamada rocanrol.
Pura sangre son once canciones que conforman un amplio catálogo de rock. Aquí están todos los palos, como no podía ser de otra manera, cuando el que compone todos los temas y lidera el grupo es toda una institución del rocanrol patrio. Entre estos once temas encontramos rock pantanoso, baladas hirientes, cadencia country, rock macarra y callejero, y auténticas declaraciones de principios, como ese verso en el que Johnny declara que sufre “adicción a los Rolling Stones”. De los once temas, mis favoritos son Willie Dixon, Demasiado sucio, Tú te lo llevas todo o la balada  Dejarlo que sangre(al menos hoy, cuando escribo esto. Probablemente mañana, si alguien me pregunta, elegiré Corre conmigo, Águilas, Todo a cien o Dolor). Os aseguro que no hay ni un solo segundo de relleno entre estos once temazos. Lo que más me ha sorprendido de este Pura sangre es su impecable sonido. Y es que estas once canciones suenan como un cañón, sobre todo las guitarras y el saxofón, que le confiere al álbum una elegancia maravillosa. Los Burning de dos mil catorce son Eduardo Pinilla y Pitu (Alfredo Expósito) tocando las guitarras, Carlos Guardado, que se encarga del bajo, Kacho Casal de la batería y Maikol, el saxofonista. Y por supuesto, el único e irrepetible Johnny Cifuentes, parapetado detrás de los teclados y llevando la voz cantante. En definitiva: Pura sangre es rock guitarrero, sucio, con estribillos contagiosos que te hacen mover los pies y el culo dejándote llevar por el ritmo. Puro Burning.

1 comentario:

  1. Solo he tenido la oportunidad de verlos una vez.Y la verdad, me decepcionaron.Las circunstancias tampoco eran las mejores, en esos momentos estaban en pleno acople tras la muerte de Pepe Risi, con un Johnny Cifuentes solo ante el peligro.
    "Pura sangre" es excelente. It´s only r n´roll, but I like it.

    PIWI.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.