En 1988,
el músico y poeta canadiense Leonard Cohen publicó I’m your man, uno de los discos más personales de toda su carrera
discográfica, que supuso un espaldarazo definitivo en su éxito mundial, ya que las ventas fueron
extraordinarias, sobre todo en Europa (en España, donde nunca había alcanzado
un número uno, llegó a esta posición en la lista oficial de ventas).
Tras la
experiencia de trabajar con otros productores, como Phil Spector (que había
producido Death of a Lady´s man) y John
Kissauer (productor por su parte de Various
Positions), con las que Cohen no quedó demasiado satisfecho, sería el propio
cantautor el encargado de dirigir la producción, que se caracterizó por un
sonido donde predominaban los sintetizadores, lo que le daba unos aires
futuristas, que no eran típicos del sonido Cohen hasta la fecha. En el disco
había varios temas impresionantes, que han quedado entre lo mejor de toda la
carrera de Leonard Cohen. Allí estaban por ejemplo, “First, we
Take Manhattan”, “Everybody
Knows” o “Take this
Waltz”, adaptación
del poema lorquiano “Pequeño
vals vienés”, incluido
en Poeta en Nueva York, la obra
cumbre del poeta de Fuentevaqueros.
El disco
se cerraba con la que para mí es la mejor canción de toda la colección y probablemente
una de las mejores de toda la obra de este inmenso músico: “The Tower
of Song”. Una
brillante reflexión sobre el mundo de la música, sobre la soledad del artista,
y sobre la fragilidad de la fama, que contiene esos maravillosos versos,
repletos de ironía, en los que el viejo Leonard canta, con su voz brumosa, “I
was born like this, I had no choice / I was born with the gift of a golden
voice” (Nací así,
no tuve elección / nací con el don de una voz de oro)”.
De este
tema existen numerosas versiones. Os propongo un viaje por algunas de estas
interpretaciones. Para empezar, la versión original de Leonard Cohen, la que
viene incluida en el álbum I´m your Man.
Continuamos con una de mis favoritas, la de los australianos Nick Cave and The Bad Seeds. La tercera lectura corresponde a una mujer, Marianne Faithful.
Después le toca el turno a la única que he encontrado en español, la del
cantante Carlos Ann. Y para terminar, lo hacemos con la versión que el grupo de los hermanos
Redd, The Jesus and Mary Chain, incluyeron en su álbum The Sound osf Speed, una versión donde las guitarras
afiladas adquieren todo el protagonismo. Hay otras muchas versiones, a cargo de
Tom Jones, Martha Wainwright, U2 acompañados por Cohen, etc. Espero que os guste el experimento y que no
quedéis empachados. A disfrutar.
Que decir de este disco.....
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