sábado, 15 de enero de 2011

Sunset park: un intento fallido

Acabo de leer la última obra publicada en España de Paul Auster, Sunset Park, y tengo que admitir que se han confirmado mis peores sospechas. Auster ya no es el escritor mágico que maravilló a una legión de lectores por todo el mundo con obras insignes como la Trilogía de Nueva York, Música del azar, Leviatán o El país de las últimas cosas. En absoluto. La literatura de Auster se ha vuelto completamente previsible, si se me apura, incluso un poco vulgar, que es lo peor que se puede decir de un escritor. Yo creo que tanto premio y tanta adulación han acabo con el genio del autor neoyorquino. Donde antes había chispa y magia ahora sólo quedan los rescoldos de un intento fallido. En aquellas primeras obras, la influencia del azar en el desarrollo de la trama del libro (cualquiera de ellos) era verosímil. Es más, me atrevería a decir que era una contingencia, una necesidad absoluta, que las cosas tenían que ocurrir de esa manera y no de otra cualquiera. Si sonaba un teléfono a media noche preguntando por un detective llamado Paul Auster era porque esa llamada tenía que producirse. Aunque fuese una confusión. Y ese acto llevaba a otro, y eso otro a otro más. Y así, de esta manera casual y un poco extraña, se acababa construyendo una trama sobrecogedora, como al final acaba ocurriendo en la vida real. Desde hace un tiempo para acá, los argumentos de las novelas austerianas no se sostienen por sí solos, o lo que es lo mismo, no podrían existir fuera de esas páginas, cosa que antes sí ocurría. No son reales. Cuando uno acaba de leer Sunset Park lo primero que piensa es que la vida no es así. Los personajes de esta última novela de Paul Auster no son creíbles. Siento tener que admitirlo pero así están las cosas. Nadie se puede creer un personaje como Miles Heller. ¿Y qué decir de su padre y su intento de transformarse en el Botellero? ¿A qué coño viene eso? Los personajes de esta novela están inconclusos. Son lineales. No hay en ellos vericuetos ni atajos ni profundidad psicológica. La novia cubana de Heller es un personaje completamente estereotipado. ¿Y qué podemos decir de todo ese rollo en torno al escritor chino, último Premio Nobel de la Paz, Liu Xiaobo? ¿Es que Paul ya no relee lo que escribe? ¿No tiene editor? ¿No hay nadie capaz de aconsejarle sobre lo que vale y lo que no? Le comentaba hace unas semanas a una amiga que en los últimos libros de Paul Auster se veían las costuras. Pues ahora, después de leer Sunset Park creo que no sólo se le ven las costuras. Es que se adivina todo el patrón. No voy a ser tan duro con esta novela como lo fui con Deseo de ser punk, de Belén Gopegui, por respeto a los buenos momentos que pasé leyendo las primeras obras de su autor. Sólo diré una cosa: jode un montón gastarse dieciocho euracos en este libro.

4 comentarios:

  1. Pero, ¿no fue un regalo de los Reyes Magos?
    Bienvenido a la margen derecha, fría en invierno, caliente en verano.

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  2. totalmente de acuerdo. yo al menos tuve la suerte de leerlo de estreno prestado de la biblioteca pública de mi pueblo.
    creo q la mayoría de los autores consagrados o famosillos saben q les van a publicar lo q escriban, y en el caso q nos ocupa se nota mucho. un libro por año (parecen decir los editores).
    y lo mismo pasa con la música, el cine, etc.
    no pienso leer más novelas nuevas de auster ( ni de millás, landero... van cada día más de capa caída).
    saludos y enhorabuena por este blog tan instructivo

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  3. Pues sí, yo también creo que los editores les aprietan las clavijas para que vayan a libro por año y luego les sale lo que les sale, libros como este. En fin, seguiremos buscando nuevos valores y nuevos libros que nos hagan disfrutar y sentir que a los escritores contemporáneos no los mueve sólo la pasta. Y si no los encontramos, echaremos mano de los clásicos, que esos no fallan nunca.
    Salud

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  4. ah, que en el comentario anterior no lo he dicho: gracias a ti por pasarte por aquí y comentar.
    Salud
    rafa

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