Hace unos días dejé el el blog un poema titulado "El amor: efectos adversos". En él comparaba al amor con una enfermedad que puede tener distintos efectos nocivos para la salud humana. Un lector anónimo (o lectora, tanto da) me dejó un comentario/consejo/crítica: "No copies a Sabina." "Más quisiera Sabina", fue mi respuesta, medio en broma, medio en serio. Puede parecer, en principio una frase escrita para epatar, pero no es así. Es lo que pienso. A mí Joaquín Sabina me parece un tío que ha escrito un puñado de excelentes canciones ("Ahora que", "El rocanrol de los idiotas", "Y sin embargo", "La canción más hermosa del mundo" y alguna más); y otras que ni fu ni fa. Eso si hablamos de él como escritor de canciones. Si lo hacemos como escritor de poemas, que el espíritu de Bakunin nos proteja. Sus sonetos me parecen un bodrio de talla XXL. Habría que ver si Visor hubiese publicado Ciento volando de catorce, si en vez de Joaquín Sabina el autor de esa cagada hubiese sido, por ejemplo, Jacinto Díaz, con todos mis respetos hacia el susodicho Jacinto. Creo que la respuesta es evidente.
Por otra parte, y centrándonos en el tema de las influencias, o como insinuaba el Anónimo, del copieteo, leí hace unos días una entrevista con el director de cine Álex de la Iglesia, y venía a decir el director de El día de la bestia que esa es, precisamente, la característica principal del postmodernismo, la capacidad de copiar a los maestros. Nada que objetar. Todos copiamos. Desde el autor más consagrado al principiante. Poetas, novelistas, directores de cine, guionistas, pintores, escultores, diseñadores y músicos, entre otros, toman de aquí y allá, y es de ahí, de esa mezcla de donde nace la creación. La diferencia radica, obviamente, en la originalidad del resultado. A unos se les nota más y a otros menos. Yo creo, con total honestidad, que a mi escritura se le nota poco. Y eso se debe a que utilizo un gran abanico de influencias, donde caben desde una frase de Bob Esponja o un verso de San Juan de la Cruz a una escena de Vidas cruzadas o un tebeo de Carlos Giménez. En uno de mis libros hay un poema que se titula "Escenas de una batalla casi perdida" de un tono bastante descorazonador. Cierto poeta me dijo, muy circunspecto, que se notaba la influencia de la poesía existencialista en sus versos. Por supuesto, respondí. En realidad el poema había nacido de una frase que escuché en la serie de dibujos animados Futurama. Conclusión: Yo también copio, pero a Sabina, ¡ni de coña! En cualquier caso a...
Por otra parte, y centrándonos en el tema de las influencias, o como insinuaba el Anónimo, del copieteo, leí hace unos días una entrevista con el director de cine Álex de la Iglesia, y venía a decir el director de El día de la bestia que esa es, precisamente, la característica principal del postmodernismo, la capacidad de copiar a los maestros. Nada que objetar. Todos copiamos. Desde el autor más consagrado al principiante. Poetas, novelistas, directores de cine, guionistas, pintores, escultores, diseñadores y músicos, entre otros, toman de aquí y allá, y es de ahí, de esa mezcla de donde nace la creación. La diferencia radica, obviamente, en la originalidad del resultado. A unos se les nota más y a otros menos. Yo creo, con total honestidad, que a mi escritura se le nota poco. Y eso se debe a que utilizo un gran abanico de influencias, donde caben desde una frase de Bob Esponja o un verso de San Juan de la Cruz a una escena de Vidas cruzadas o un tebeo de Carlos Giménez. En uno de mis libros hay un poema que se titula "Escenas de una batalla casi perdida" de un tono bastante descorazonador. Cierto poeta me dijo, muy circunspecto, que se notaba la influencia de la poesía existencialista en sus versos. Por supuesto, respondí. En realidad el poema había nacido de una frase que escuché en la serie de dibujos animados Futurama. Conclusión: Yo también copio, pero a Sabina, ¡ni de coña! En cualquier caso a...
Que le digan a Tarantino lo que es copiar.......
ResponderEliminarSabina copia,yo copio,tú copias, tu vecino copia, el mío no porque no sabe escribir.
ResponderEliminarPienso (luego existo) que en el arte, y dentro del arte incluyo la literatura, está la gran mayoría ya inventado.
El que saca algo totalmente nuevo, es un genio.Los demás tenemos que seguir mezclando de un lado y de otro para conseguir algo que parezca original.
Yo mientras...seguiré copiando
Hace un par de meses que leo tu blog gracias a un amigo en común que me lo mostró, me gusta el espacio que has creado y tu visión tan brutal de este mundo, estoy totalmente de acuerdo contigo en que todos tenemos referencias de lo que leemos, vemos o escudamos, no creo para nada que te parezcas a Sabina, los dos sois maestros en lo que percibís y lo expresáis de diferente manera.
ResponderEliminarPara opiniones los gustos y para gustos los colores.
Continua es muy interesante lo que aportas.
Te dejo la dirección de mi blog por si tienes un ratito y quieres aportar algo:
http://titiriteros.wordpress.com/
Ante todo salud.
Querido José Pablo: como te comenté anoche en nuestra breve conversación, ya me había asomado a tus titiriteros, (por cierto, coincido con Sabian en que la palabra titiritero es de las más hermosas de la lengua castellana). Me gusta lo que hay por allí y veo que, como no podía ser de otra manera, coincidimos en multitud de cosas, por ej. en nuestra visión del mundo y en nuestra pasión por Silvio Rodríguez. Sigue escribiendo. Yo seguiré leyéndote.
ResponderEliminarSalud, amigo.
"la duda me corroe" como diria alguien. Cual era la frase que te lo inspiró?
ResponderEliminarPues que le pregunten a Caballero Bonald el copiado que le hace Sabina, aprovechando las noches lúdicas de Sanlúcar de Barrameda... Él siempre lo "perdona" porque son colegas de juerga... Además, que ¡hasta para copiar hay que tener imaginación!
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