Como ya sabrá (casi) todo el mundo en este país, a Juan Carlos I de Borbón y Borbón, alias el Rey, el Monarca, el Soberano, Su Majestad, etc., le acaban de extirpar un nódulo benigno del pulmón derecho. La operación se llevó a cabo en el Hospital Clínic de Barcelona. El pasado sábado, en el programa de TVE Informe Semanal pusieron un reportaje sobre la operación, en el que entre otras personas, habló Laureano Molins, Jefe de cirugía torácica del Clínic, o sea, el cirujano que intervino al Rey. También se pudieron escuchar declaraciones de la Reina, del Principito, y de otras personalidades de la cosa pública. Hacia el final del reportaje aparecieron unas imágenes del momento en el que al Rey le dieron el alta. En la pantalla se vio un plano americano del hombre saludando al personal sanitario, bromeando con ellos —tan campechano, tan buena gente él, siempre con una palabra amable en los labios, — y debía estar diciendo algo muy gracioso porque todos se partían de risa. Se ve por las imágenes que emitieron en la televisión que antes de salir del hospital el Rey hizo unas declaraciones públicas. Muy emocionado, dio las gracias varias veces a todo el mundo: médicos, enfermeras, gente de la limpieza, periodistas, etc., etc. Y aquí viene lo sorprendente: El Rey hizo una alocución alabando la sanidad pública española. Tengo que confesar que me sorprendió muy gratamente que el Rey se hubiese sometido a una operación en un hospital público, sabiendo como sabemos, que tanto él como los demás miembros de su familia siempre han mostrado una gran querencia hacia la sanidad privada (y no sólo por la sanidad, también, cómo no, por la educación privada). Por poner un ejemplo ilustrativo, todos sus nietos han nacido en hospitales privados y todos estudian en colegios elitistas. Pero según la información que daba el Informe Semanal, no cabía ninguna duda: Hospital Clinic de Barcelona. Sanidad pública. Financiado con la pasta de todos. En fin, parece que algunas cosas están cambiando, pensé.
Sin embargo, como uno es desconfiado por naturaleza, y sobre todo en asuntos relacionados con el Jefe del Estado y con su familia, me pongo a rascar un poco en la superficie de la noticia y me entero de que nones, que el Rey no ha sido intervenido en un hospital público, sino en uno privado. ¿Y cómo se come esto?, os estaréis preguntando en este momento. Pues muy sencillo. Resulta que el Hospital Clínic de Barcelona dispone de lo que se podría denominar una zona VIP, situada en su séptima planta. Un área privada, de pago, dentro del hospital público, en la que trabajan los mismos profesionales y en la que se utilizan los mismos equipos. La diferencia es que los que entran en esa zona tienen que pagar, y no poco, por cierto. A cambio disponen de diecisiete habitaciones individuales, equipadas lujosamente, con camas para los acompañantes, conexión a internet, cuartos de baño hechos con materiales antideslizantes, sofás y un montón de detallitos más que hacen que estar allí sea algo poco menos que encantador. Y por supuesto, un personal sanitario que rebosa simpatía y amabilidad por los cuatro costados. Coño, para que se hagan una idea, ¡hasta la comida es buena!
Y ahora yo me pregunto: ¿a qué viene decir que el Rey ha estado en un hospital público? ¿A qué viene esa alabanza hacia la sanidad pública, cuando en realidad, a esta gente, la sanidad pública le importa un rábano? Está claro que detrás de esas declaraciones de Juan Carlos de Borbón se esconde una estrategia bien orquestada. Se trata de mostrar una imagen de la corona como una institución cercana al pueblo, con sus mismos problemas y con sus mismas soluciones para esos problemas. Que usted enferma y tiene que ser operado en la sanidad pública, no se preocupe, si hasta el Rey de España ha sido operado en esa sanidad pública tan denostada y criticada. Y si la sanidad pública es buena para esta gente, imagínate para nosotros, pobres plebeyos. Por supuesto que este hombre tiene todo el derecho del mundo a acudir a lo privado para que le resuelvan sus problemas, pero claro, jode un poco que el dinero para costear esos servicios privados proceda de las arcas públicas. Y mucho más en estos tiempos de tijeretazos en el sector público y en lo social. Y sobre todo, lo que jode, lo que molesta sobremanera, lo que no tiene nombre, es que nos traten como a tontos y nos cuenten milongas. Por favor, que alguno de esos mil quinientos asesores de dios sabrá qué que pululan por Madrid le cuente al Rey que se ha operado en un hospital privado, exclusivo, VIP, para ricos, en el que la gente normal y corriente como tú y como yo, jamás en nuestra puta vida vamos a entrar. Y ya puestos que alguien le explique la diferencia entre público y privado. Más que nada para evitar confusiones. Gracias.
Sin embargo, como uno es desconfiado por naturaleza, y sobre todo en asuntos relacionados con el Jefe del Estado y con su familia, me pongo a rascar un poco en la superficie de la noticia y me entero de que nones, que el Rey no ha sido intervenido en un hospital público, sino en uno privado. ¿Y cómo se come esto?, os estaréis preguntando en este momento. Pues muy sencillo. Resulta que el Hospital Clínic de Barcelona dispone de lo que se podría denominar una zona VIP, situada en su séptima planta. Un área privada, de pago, dentro del hospital público, en la que trabajan los mismos profesionales y en la que se utilizan los mismos equipos. La diferencia es que los que entran en esa zona tienen que pagar, y no poco, por cierto. A cambio disponen de diecisiete habitaciones individuales, equipadas lujosamente, con camas para los acompañantes, conexión a internet, cuartos de baño hechos con materiales antideslizantes, sofás y un montón de detallitos más que hacen que estar allí sea algo poco menos que encantador. Y por supuesto, un personal sanitario que rebosa simpatía y amabilidad por los cuatro costados. Coño, para que se hagan una idea, ¡hasta la comida es buena!
Y ahora yo me pregunto: ¿a qué viene decir que el Rey ha estado en un hospital público? ¿A qué viene esa alabanza hacia la sanidad pública, cuando en realidad, a esta gente, la sanidad pública le importa un rábano? Está claro que detrás de esas declaraciones de Juan Carlos de Borbón se esconde una estrategia bien orquestada. Se trata de mostrar una imagen de la corona como una institución cercana al pueblo, con sus mismos problemas y con sus mismas soluciones para esos problemas. Que usted enferma y tiene que ser operado en la sanidad pública, no se preocupe, si hasta el Rey de España ha sido operado en esa sanidad pública tan denostada y criticada. Y si la sanidad pública es buena para esta gente, imagínate para nosotros, pobres plebeyos. Por supuesto que este hombre tiene todo el derecho del mundo a acudir a lo privado para que le resuelvan sus problemas, pero claro, jode un poco que el dinero para costear esos servicios privados proceda de las arcas públicas. Y mucho más en estos tiempos de tijeretazos en el sector público y en lo social. Y sobre todo, lo que jode, lo que molesta sobremanera, lo que no tiene nombre, es que nos traten como a tontos y nos cuenten milongas. Por favor, que alguno de esos mil quinientos asesores de dios sabrá qué que pululan por Madrid le cuente al Rey que se ha operado en un hospital privado, exclusivo, VIP, para ricos, en el que la gente normal y corriente como tú y como yo, jamás en nuestra puta vida vamos a entrar. Y ya puestos que alguien le explique la diferencia entre público y privado. Más que nada para evitar confusiones. Gracias.
Piwi dijo: Tanquilo Rafa, la Leti nos va a traer la III República.
ResponderEliminar.....Pero por favor, que no se lleven a los Reyes Magos!!
ResponderEliminarEster
Ahh, ahora ya me quedo tranquilo. No podía imaginar al rey en la sala de espera compartiendo con su pueblo esos momentos de dolor. Ni al rey, ni a Zapatero, ni a Rajoy, ni a Méndez, ni a Carrillo, ...
ResponderEliminar