jueves, 11 de febrero de 2010

Extraños en un bar

La encontré una tarde de lluvia y poesía,
solitaria, en el bullicio de un bar,
sentada, supuse, ante una taza de té.
Vestía de negro y parecía perdida
buscando el camino de vuelta
entre el humo azul de su último cigarrillo.
Pensé: me gustaría ser su ángel de la guarda.

(Hablando de amor con el cobrador del frac, Editorial Alhulia, 2004)

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