Hoy se ha
muerto Emilio Botín. Salen en las noticias tipos que son como él, hablando muy
bien de él. Todos van bien vestidos y bien peinados. Todos llevan trajes caros
a pesar del calor que arrasa estos días la Península Ibérica. Todos tienen
pinta de millonarios. Mejor dicho, todos son millonarios. En opinión de todos estos
tíos, Botín era muy buena persona. Y muy buen banquero. Los tíos que opinan esto
de Botín son empresarios y banqueros, principalmente, pero también se cuela en
la pantalla de mi televisor algún presidente del gobierno, algún jefe de la
oposición, el alcalde de Santander, etc. Y Fernando Alonso. Este está muy triste porque se ha muerto
Botín. Según dice en un twit que ha
publicado, el banquero y él tenían prevista una excursión en bicicleta por no
sé qué lejano país. Qué bonito.
Hoy ha
empezado un nuevo curso escolar. En la entrada del cole, saludo a la madre de
una alumna. Le pregunto qué tal el verano. Me dice que ha sido una mierda. Que
las cosas les van muy mal, Que no pueden pagar la hipoteca y que para hacer
frente a la deuda que tienen contraída con el banco (el puto banco, dice ella) han
tenido que vender el camión que tenían entre ella y el marido, que era lo que daba
de comer a su familia. Y a pesar de todo no ha sido suficiente. Ahora están esperando
para que el banco los desahucie. Están tratando de llegar a un acuerdo con el
banco para la dación en pago. Pero el banco no está por la labor. Le pregunto con qué entidad tienen la hipoteca
y oh, lalá, me responde que con el Banco de Santander. Entonces le digo que
Botín ha muerto hace un rato, y ella me responde con una sonrisa y con un
lacónico me alegro.
Está
claro que para la madre de mi alumna Botín no es ese gran banquero del que
hablan los periódicos y la televisión. Está claro que para esta mujer Botín no
es más que otro vampiro que se alimenta de la sangre y del esfuerzo de los más
débiles. Está claro que en España hay muchas más gente que comparte la opinión
de esta mujer que la del jefe de los empresarios. Está claro que Botín no era uno
de los nuestros. Está claro que Botín era uno de los otros.
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