domingo, 17 de noviembre de 2013

Jazz y poesía, la simbiosis perfecta





Se publica estos días Fruta extraña. Casi un siglo de poesía española del jazz (Fundación José Manuel Lara, colección Vandalia, 2013) una magnífica antología de poemas relacionados con esa música mestiza y libérrima llamada jazz que nació en Nueva Orleans hace más de un siglo —un pequeño inciso: alguien debería estudiar algún día por qué todas las cosas chulas de la vida se pueden calificar como mestizas y libérrimas—. A cargo de la edición y de la selección de poemas ha estado el profesor de Literatura Inglesa y Norteamericana de la Universidad de Sevilla Juan Ignacio Guijarro, quien también ha escrito el estudio introductorio, del cual sólo puedo decir que me parece, simplemente magnífico, pues contiene todas las características que, en mi opinión, tienen que tener estos textos: dinamismo, erudición, concisión, claridad, etc. En él, el profesor Guijarro lleva a cabo un estudio sobre lo que esta música de origen foráneo ha supuesto en la poesía española y explica cómo ha jugado un papel destacado desde que en la década de los diez del siglo pasado aparecieran las primeras referencias literarias a esta música. Su influencia, desde entonces, no ha hecho otra cosa que crecer y crecer.
En cuanto a la selección de poetas y poemas, hay que decir que la antología ha sido concebida como un estudio cronológico desde la irrupción del jazz en España hasta la actualidad. En el libro se encuentran muchos de los grandes nombres de la poesía española del pasado siglo XX y algunos de los que ya empiezan a destacar de este siglo XXI. La nómina es tan amplia que se hace difícil nombrarlos a todos. Pero ya se pueden imaginar que entre estas páginas encontrarán los nombres de Federico García Lorca, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, José Moreno Villa, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Jaime Gil de Biedma, Ángel González, Manuel Vázquez Montalbán, Fernando Quiñones, José Manuel Caballero Bonald, Rafael Guillén, Antonio Martínez Sarrión, Carlos Edmundo de Ory, Cristina Peri Rossi, Ángeles Mora, Luis García Montero, Antonio Orihuela y así hasta un total de, si no he hecho mal las cuentas, ciento veintiséis poetas.  
Se puede observar, al hacer una lectura cronológica de estos poemas, que el tratamiento que ha experimentado el tema del jazz en la poesía española ha variado considerablemente. En los primeros poemas que se escribieron sobre el tema, el jazz era visto simplemente como algo lúdico, casi frívolo y un tanto insustancial. Una música que se tocaba para bailar y divertirse en noches de desenfreno, de alcohol y sexo. Con el paso del tiempo, el jazz se ha ido transformando en un arte complejo y poliédrico, con múltiples caras. Esto ha permitido que muchos poetas hayan echado mano de él para expresar sentimientos personalísimos y ahondar en los temas eternos de la poesía, ocupando en cierta medida, el papel que en épocas pretéritas ocupaba la música clásica. De cualquier manera, está claro que aún conserva ese poder de evocación y fascinación, de nocturnidad y magia, características que han hecho de esta música, en palabras del poeta José María Fonollosa, también presente en esta estupenda antología, “el oscuro milagro de este siglo”. 
Así que si os gusta el jazz y os gusta la poesía, no lo dudéis ni un segundo. Os recomiendo que os hagáis con un ejemplar de Fruta extraña. Casi un siglo de poesía española del jazz, porque vais a disfrutar como niños el Día de Reyes.
Nota: Para acabar esta breve reseña, un ejercicio de egocentrismo por el que, pido disculpas de antemano. En la página 294 de Fruta extraña. Casi un siglo de poesía española del jazz se puede leer un poema titulado “La verdad (John Coltrane)”. Se trata de un poema que yo escribí hace unos años y que pertenece a mi libro La mirada del jazz (Editorial Alhulia, 2006) y que el profesor Juan Ignacio Guijarro ha incluido en esta antología. Dicho queda.


3 comentarios:

  1. Como le gusta a usted el autobombo, eh? jeje. Lo compraremos.

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  2. como me conoces, eh? jejeje
    habrá que hacerse un poquito de autobombo...

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  3. Buenos días!
    Puestos a exigirle algo, podría ser unas charlas de poesía y música en algún de un "gran país".
    Malevaje

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