Aznar acaba de publicar el segundo volumen de sus memorias. Así que estos días, pasa más tiempo en los platos de televisión que en su casa. A
mí, particularmente, las memorias de Aznar me la traen floja y no me las
leería ni por todo el oro del mundo. Tengo la costumbre de cambiar
de canal cuando aparece en la pantalla de mi televisión, porque sencillamente no lo soporto. Pero anoche,
viendo un rato El intermedio, me tragué un fragmento de una
entrevista que le habían hecho en Antena3 esa misma mañana. Madre mía.
Qué tío más imbécil. Qué tío más engreído. Qué tío más resentido.
Cuántas tonterías es capaz de decir una persona si le ponen un micrófono
delante y le dan cuartelillo para hablar. Cómo estuvo este país para elegir a un
personaje como Aznar para que lo gobernara es algo que se escapa a mi
entendimiento. Hasta Rajoy me parece mejor que este individuo y mira que
Rajoy se las trae. Además, el cabrón se gasta una mala leche que tira
de espaldas. Sigue a vueltas con su teoría conspirativa sobre el 11M.
Como dicen en mi pueblo, cuando un tonto coge una linde, se acaba la
linde y sigue el tonto. Pues eso es lo que le ha pasado a Aznar, que la
linde se terminó hace tiempo, y él, erre que erre.
Y encima seguro que
vende tropecientos mil ejemplares de sus memorias.
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