Si alguna gente de la que entra por este blog comparte profesión conmigo, ya sabe perfectamente lo que es el dichoso Plan de Calidad. Para quien no lo sepa, lo explico muy brevemente.
Érase una vez una comunidad autónona llamada Andalucía, gobernada desde tiempos remotos por el PSOE. En esta comunidad, la educación, tanto pública como privada-concertada, iba de mal en peor. Como a nosotros, que estamos posicionados en la izquierda ideológica y sociológica, sólo nos interesa la enseñanza pública, dejemos a la otra a un lado. La educación pública tenía unos índices de fracaso escolar que ponían los pelos de punta. Así que en la Consejería de Educación pensaron que si el alumnado no aprobaba porque no se esforzaba, pues ¡alehop!, la culpa era del profesorado. Y pensaron también que si a los y las profes les daban 7000 euros repartidos en cuatro años para que aprobraran más, pues que la gente se lanzarían de cabeza a por la pasta, y asunto zanjado. Así que a principios de 2008, se sacaron de la manga el "Programa de calidad y mejora de los rendimientos escolares de los centros educativos andaluces", aka, Plan de calidad. Pero resulta que por esas cosas raras que tiene la vida, la mayoría del profesorado, con algunos sindicatos a la cabeza, principalmente USTEA y CGT, y también algunas fuerzas políticas como IU, se rebeló contra el Plan y lo rechazó cuando hubo que votar en los centros, a pesar de las amenazas y de las presiones de la administración, e incluso hubo una huelga general sectorial de un día que fue todo un éxito. Pero ninguno de los cuatro consejeros de educación que ha habido en Andalucía desde que se puso el Plan en marcha ha tomado nota del rechazo y los cuatro, uno tras otro, espoleados por los dos Presidentes de la Junta de Andalucía, han continuado erre que erre. Así que en el Sindicato USTEA, que nos habíamos leído todos los papeles para que no nos la metieran floja, vimos que allí se decían cosas muy raras y muy chungas para los intereses de una educación pública, democrática, laica y de calidad, y nos fuimos al juzgado y pusimos una denuncia. Y resulta que el otro día, el TSJA nos dio la razón y ha anulado el dichoso Plan de Calidad, que ni era un plan, porque nadie estaba siguiendo nada parecido a un plan, ni apostaba por la calidad de la enseñanza pública andaluza. No era otra cosa que el McDonalds (léase neoliberalismo a ultranza) llevado a la escuela, es decir, el modelo norteamericano, que ha llevado a la escuela pública estadounidense a ser una de las peores del mundo, importado a los pueblos y ciudades de Andalucía. Bien es cierto que la sentencia es recurrible y que la Consejería ya ha anunciado que recurrirá (por supuesto, con el dinerito de todos) porque ellos no van a admitir su fracaso, y ninguno de los consejeros que han estado estos años (Cándida Martínez, hoy diputada del PSOE en el Congreso; Sebastián Cano, hoy Vice-Consejero de Educación; Teresa Jiménez, hoy diputada en el Parlamento andaluz y Secretaria general de los socialistas granadinos y Francisco Álvarez de la Chica, actual Consejero,) va a asumir su responsabilidad. Hasta ahí podríamos llegar.
Y ahora a esperar a que la sentencia sea firme. Que no es poco.
Érase una vez una comunidad autónona llamada Andalucía, gobernada desde tiempos remotos por el PSOE. En esta comunidad, la educación, tanto pública como privada-concertada, iba de mal en peor. Como a nosotros, que estamos posicionados en la izquierda ideológica y sociológica, sólo nos interesa la enseñanza pública, dejemos a la otra a un lado. La educación pública tenía unos índices de fracaso escolar que ponían los pelos de punta. Así que en la Consejería de Educación pensaron que si el alumnado no aprobaba porque no se esforzaba, pues ¡alehop!, la culpa era del profesorado. Y pensaron también que si a los y las profes les daban 7000 euros repartidos en cuatro años para que aprobraran más, pues que la gente se lanzarían de cabeza a por la pasta, y asunto zanjado. Así que a principios de 2008, se sacaron de la manga el "Programa de calidad y mejora de los rendimientos escolares de los centros educativos andaluces", aka, Plan de calidad. Pero resulta que por esas cosas raras que tiene la vida, la mayoría del profesorado, con algunos sindicatos a la cabeza, principalmente USTEA y CGT, y también algunas fuerzas políticas como IU, se rebeló contra el Plan y lo rechazó cuando hubo que votar en los centros, a pesar de las amenazas y de las presiones de la administración, e incluso hubo una huelga general sectorial de un día que fue todo un éxito. Pero ninguno de los cuatro consejeros de educación que ha habido en Andalucía desde que se puso el Plan en marcha ha tomado nota del rechazo y los cuatro, uno tras otro, espoleados por los dos Presidentes de la Junta de Andalucía, han continuado erre que erre. Así que en el Sindicato USTEA, que nos habíamos leído todos los papeles para que no nos la metieran floja, vimos que allí se decían cosas muy raras y muy chungas para los intereses de una educación pública, democrática, laica y de calidad, y nos fuimos al juzgado y pusimos una denuncia. Y resulta que el otro día, el TSJA nos dio la razón y ha anulado el dichoso Plan de Calidad, que ni era un plan, porque nadie estaba siguiendo nada parecido a un plan, ni apostaba por la calidad de la enseñanza pública andaluza. No era otra cosa que el McDonalds (léase neoliberalismo a ultranza) llevado a la escuela, es decir, el modelo norteamericano, que ha llevado a la escuela pública estadounidense a ser una de las peores del mundo, importado a los pueblos y ciudades de Andalucía. Bien es cierto que la sentencia es recurrible y que la Consejería ya ha anunciado que recurrirá (por supuesto, con el dinerito de todos) porque ellos no van a admitir su fracaso, y ninguno de los consejeros que han estado estos años (Cándida Martínez, hoy diputada del PSOE en el Congreso; Sebastián Cano, hoy Vice-Consejero de Educación; Teresa Jiménez, hoy diputada en el Parlamento andaluz y Secretaria general de los socialistas granadinos y Francisco Álvarez de la Chica, actual Consejero,) va a asumir su responsabilidad. Hasta ahí podríamos llegar.
Y ahora a esperar a que la sentencia sea firme. Que no es poco.
Y este cuento, verdadero, sólo explica la resistencia ante las políticas neoliberales: si leéis "educación de Tiempos de Neoliberalismo" de Xurxo Torres o los textos de Nicco Hirtt vereis cómo lo que diseña la LEA es la ahoja de ruta diseñada por la CEOE y la UE... da miedo darse cuenta que todo está escrito hace diez años.
ResponderEliminarEn el IDEAL de Granada solo sacan a Diego echando pestes de la sentencia y a dos maestros afines.No teneis cancha en ese medio Rafa?
ResponderEliminarEs el timo del quince y que estos no lo admitan!