El café no estaba demasiado caliente. O al menos no tan caliente como a ella le gustaba. Así que decidió calentarlo un poco más. Metió la taza en el microondas y le dio al temporizador. Un minuto sería suficiente. Esperó allí de pie, en la cocina, contando hacia atrás, como si una nave espacial estuviese a punto de despegar. Un minuto después abrió el microondas y sacó la taza. Se la llevó a la boca y dio un pequeño sorbo. Ahora sí. Así estaba muy bien. Se fue hacia la biblioteca con la taza de café en la mano derecha y, sin soltarla, conectó el equipo de música. Luego la dejó encima de la mesa y sacó de una bolsa amarilla de papel un cd que había comprado aquella misma mañana en una tienda de música de segunda mano. Lo puso. La música comenzó a sonar. El disco se titulaba “Pink moon” y, según se podía leer en la parte de atrás, se había terminado de grabar en el mes de octubre de 1971, poco antes de que su autor, un tal Nick Drake, se suicidara. La chica se sentó ante el ordenador, y apretó el botón para ponerlo en marcha. Volvió a beber otro sorbo de café caliente. Esperó durante unos segundos a que aquel trasto se abriera. Un poco antes de morir, su madre le contó que ella había sido engendrada en octubre de 1971, durante un lluvioso fin de semana que sus padres habían pasado en la ciudad de Granada, cuando aún eran una pareja de recién casados. Le pareció una casualidad digna del mejor Paul Auster. Pensó que estaría muy bien escribir algo sobre el tema. Así que abrió un archivo de Word y comenzó a teclear:
El café no estaba demasiado caliente. O al menos…
El café no estaba demasiado caliente. O al menos…
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