Últimamente,
la gente se ha propuesto que me compre un ebook.
¿Por qué no te compras un ebook?, me
preguntan muchos. Mi respuesta siempre es la misma: No lo necesito. Cuando oye
esto, mi interlocutor/a suele mirarme de hito en hito, poniendo cara de estar
pensando, qué coño dice este tío. Pues eso, que no necesito un ebook absolutamente para nada. Tengo un
buen montón de libros, muchos de ellos que aún no he leído, y que me apetece
leer. Entre otras muchas razones, por eso los compré.
Pero hay
mucho más: me gusta tocar los libros, manosearlos, sobarlos; me gusta oler los
libros, me gusta ir a cagar con mi libro debajo del brazo, me gusta meterme en
la cama con el libro que me esté leyendo y al acabar ponerle el marca páginas y
dejarlo encima de la mesita de noche y retomar la lectura al día siguiente; me
gusta colocar los libros en mi biblioteca, me gusta ponerles mi sello (sí, soy
tan friki que tengo un sello con mi nombre y el de Adela, para marcar que ese
libro es nuestro, que lo hemos comprado con nuestro dinero); cuando estoy
leyendo un libro y me doy de bruces con una frase de esas que te dejan fuera de
combate, cojo un lápiz y la subrayo; no me gusta prestarlos, pero de vez en
cuando también lo hago. Y por supuesto, una de las cosas que más me gusta en
la vida es ir a la biblioteca, a la de Salobreña, a la de Motril, a la Pública
de Granada, a la de Andalucía, a la de Aguilar cuando estoy por allí... Algunos
de los mejores momentos de mi vida, los he pasado en bibliotecas. Y tras el
sexo, los libros son mi segunda fuente de placer. Sin ninguna duda.
¿Tan
difícil es entender estas cosas? Para la mayoría de la gente parece que sí,
porque no pasa un solo día sin que alguien me hable de las ventajas del ebook. Que sí puedes almacenar
tropecientos mil libros, que está toda la bibliografía de Dickens o de Vargas
Llosa (qué horror, ni siquiera sabría qué hacer con toda la obra de Vargas
Llosa, al menos si la tuviese en papel podría meterle fuego), que si es ideal
para viajar (por cierto, otro día escribiré algo sobre los putos viajes), que
si es gratis, y no sé cuantas paparruchas más.
Y todo
eso sin hablar de lo que me gusta ir a comprar libros. Últimamente he cambiado las librerías convencionales por
las de segunda mano y por los rastros y mercadillos, pero simplemente porque
tengo menos pasta. Comprar libros es un placer que sólo se puede disfrutar si
eres un auténtico friki de los libros. Y yo, lo soy. Sin ir más lejos, la
semana pasada encontré una magnífica edición de La Regenta, encuadernada en piel, completamente nueva, al módico
precio de 50 céntimos. Por ese precio no se puede comprar ni una bolsa de pipas.
Y yo compré una de las obras literarias más importantes de la literatura española de todos los
tiempos. Os juro que estuve al borde del orgasmo, aunque al final, haciendo un
sobreesfuerzo, pude contenerme, por no escandalizar a las viejecitas que
atienden el rastro benéfico.
En fin,
que no quiero el dichoso ebook, que
estoy muy bien con mis libros, volviéndome loco cada vez que tengo que buscar
uno por mi casa (¿dónde pondría aquel libro de poemas de Cernuda?, ¿y aquel
otro de cuentos de Nadine Gordimer?, ¿y Obabakoak?,
¿y la dichosa biografía de Durruti?) y leyéndolos en papel. Y los ebooks,
se los dejo para quien los quiera. Yo
no.
A la mierda los e-books y a la mierda los Mp3.
ResponderEliminarNo nos podemos permitir perder la sensación de abrir un nuevo libro o un nuevo disco, observar una portada física y disfrutar de algo que puedes tener entre las manos.
PIWI.
Te entendemos, pero entienda usted a los demás. Es mejor un e-book con 1000 libros de 1000 páginas que 1000 libros de papel de 1000 páginas cada uno y en su correspondiente estantería (normalmente de madera) con "a saber" cuantos árboles menos.
ResponderEliminarestimado jango, eso de los arboles...es mear fuera del tiesto, por ende, no compre papel higiénico, haga como otras culturas, y se limpia con la mano o un trapo, y luego a lavar.
Eliminarque un libro perjudica el medio ambiente, mas se contamina con los aparatos electrónicos, y electrodomésticos, y no he visto a nadie prescindir del móvil.
saludos
Quemar la obra de Vargas Llosa???
ResponderEliminarRealmente has leído algo suyo y tienes una opinión mínimamente formada para decir semejante barbaridad? O es que te da tanto miedo intelectual enfrentarte a su brillantez que prefieres "quemar" por lo sano en vez de leerle y discutirle?
A la mierda los libros de papel, tengo mis pergaminos y mis tablillas cuneiformes.
ResponderEliminar¿Qué pasa, es que me tiene que gustar Vargas Llosa por cojones?
ResponderEliminarPues lo siento, pero no me gusta.
Lo de quemar su obra era una broma, evidentemente... ¿O no?
¿Y no se pueden compaginar ambos? Yo tengo muuuchos libros; tantos, que no quiero ampliar mi "librería" con novelas que no volveré a leer nunca mas. Otros libros seguiré comprándolos.
ResponderEliminarMe compré un Kindle hace 2 años y estoy muy contenta con él. Es ligero y caben muchos libros; ideal para los viajes y las vacaciones. También es cómodo en la cama (mi sitio preferido para leer); algunos libros son grandes, gordos y/o pesan mucho y por ende, incómodos de sujetar en la cama tumbada. Así que leo libros en papel y en el Kindle...
Por supuesto que se pueden compaginar, es sólo que a mí no me gustan, pero eso son cosas mías, que soy muy raro. Si a ti te va bien con tu Kindle, me parece perfecto.
ResponderEliminarsalud
rafa