miércoles, 25 de marzo de 2015

Algunas reflexiones a propósito de las elecciones en Andalucía



El pasado domingo se celebraron elecciones autonómicas en Andalucía. Setenta y tres horas después de tan magno acontecimiento, y tras observar detalladamente los datos, se pueden sacar las siguientes conclusiones:
a) Para mí el dato que más llama la atención de todos los referentes a las elecciones del domingo es el de la abstención. El 36 % de los andaluces con derecho a voto, por una u otra razón, no votó. Yo creo que es un dato que no se debe obviar, por mucho que los políticos, de un signo u otro, tratan de no darle importancia. Casi cuatro andaluces de cada diez que podían votar no lo hicieron. La mayoría porque han dejado de ver en la política (tal vez nunca la han visto) la solución a sus problemas, Los motivos son muchos y variados: el asco que sienten por la corrupción, la falta de expectativas laborales y sociales, la inoperancia del sistema, etc.
b) El PSOE de Andalucía vuelve a ser el partido más votado con 1.409.042 votos y su número uno, la sevillana Susana Díaz, seguirá siendo la Presidenta de la Junta de Andalucía. Los socialistas continúan con los 47 escaños que tuvieron en la anterior legislatura, pero con 114 mil votos menos, que se dice pronto. Indudablemente la Ley D'Hont, como siempre ocurre con el partido más votado, le saca las castañas del fuego, pero ya quedan muy lejos aquellos tiempos en que los socialistas arrasaban consiguiendo mayoría absoluta tras mayoría absoluta.
c) El Partido Popular ha sido, sin ninguna duda, el gran perdedor de estas elecciones, se pongan como se pongan y busquen las excusas que busquen. Y es que el PP ha pasado de ser el partido ganador en 2012 a ocupar el segundo puesto. Por el camino, los peperos se han dejado 503 mil votos y 17 escaños. La gente no puede perdonar todo el daño que han esparcido durante estos tres años de gobierno Mariano Rajoy y sus ministros: desahucios, paro, corrupción a destajo bronca en la calle y una gran parte de la población que lo ha pasado y lo sigue pasando muy, pero que muy mal. Lo extraño es que aún los vote alguien.  Las caras de los dirigentes populares la noche de las elecciones lo decía todo.
d) El otro gran damnificado de las elecciones del domingo pasado fue Izquierda Unida. De tener 12 diputados y 437.445 votos en 2012 han bajado a 273.927 votos, lo que se traduce en tan solo 5 diputados. La pérdida de esos 7 diputados supone dejar de ser imprescindibles para el gobierno y la estabilidad. En esta legislatura vez su papel será meramente testimonial. Está claro, como ya pronosticamos algunos tras el pacto de gobierno con el PSOE, que aquello les pasaría factura. Aquellas aguas han dejado estos lodos.
e) Entran en juego Podemos y Ciudadanos. Los primeros con 590 mil votos, lo que se traduce en 15 escaños. Lejos quedan esos 22 escaños que les otorgaban las encuestas y más lejos aún la posibilidad de ser el motor del cambio. En mi modesta opinión, esto debería hacerlos ir con un poco más de humildad y no dar por hecho que van a ganar las generales. En cuanto a Ciudadanos, consiguen prácticamente 400 mil votos y 9 diputados. Supongo que a partir de ahora, el PP los tomará en serio, tras la sangría que le han hecho. Ya era hora de que el bloque monolítico de la derechona española se fracturara por alguna parte. Hasta ahora los votantes de derechas que se mosqueaban con el PP, no tenían otra manera de manifestar su enfado que quedándose en casita el día de las elecciones. A partir de ahora, ya tienen otra opción: votar a Ciudadanos.
f) El Partido Andalucista (sí, todavía existe, aunque tendríamos que decir, de momento) se convierte en una fuerza absolutamente residual, con apenas el 1'5% de los votos emitidos. De aquí a la desaparición hay un paso.
g) Las políticas neoliberales, de ajuste, de recortes o de castigo social (les demos el nombre que le demos, todos sabemos de qué estamos hablando) aplicadas tanto a nivel estatal por el PP como en Andalucía por el PSOE e IU, sufren un duro revés, aunque, también es cierto, no ha sido el descalabro que muchos deseábamos. Está claro que la gente no quiere menos inversión en sanidad, en educación o en dependencia. La gente quiere más bienestar social. ¿Es tan difícil de entender?  
h) El voto andaluz es un voto muy conservador. La gente vota una y otra vez mayoritariamente la misma opción, a pesar de la corrupción, a pesar del paro, a pesar las infraestructuras, etc. Y es que, cuando el régimen pone en marcha la política clientelar, no hay nada ni nadie que lo detenga.

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