El
pasado domingo se celebraron elecciones autonómicas en Andalucía. Setenta y
tres horas después de tan magno acontecimiento, y tras observar detalladamente
los datos, se pueden sacar las siguientes conclusiones:
a)
Para mí el dato que más llama la atención de todos los referentes a las
elecciones del domingo es el de la abstención. El 36 % de los andaluces con
derecho a voto, por una u otra razón, no votó. Yo creo que es un dato que no se
debe obviar, por mucho que los políticos, de un signo u otro, tratan de no
darle importancia. Casi cuatro andaluces de cada diez que podían votar no lo
hicieron. La mayoría porque han dejado de ver en la política (tal vez nunca la
han visto) la solución a sus problemas, Los motivos son muchos y variados: el
asco que sienten por la corrupción, la falta de expectativas laborales y
sociales, la inoperancia del sistema, etc.
b)
El PSOE de Andalucía vuelve a ser el partido más votado con 1.409.042 votos y
su número uno, la sevillana Susana Díaz, seguirá siendo la Presidenta de la
Junta de Andalucía. Los socialistas continúan con los 47 escaños que tuvieron
en la anterior legislatura, pero con 114 mil votos menos, que se dice pronto. Indudablemente
la Ley D'Hont, como siempre ocurre con el partido más votado, le saca las castañas
del fuego, pero ya quedan muy lejos aquellos tiempos en que los socialistas
arrasaban consiguiendo mayoría absoluta tras mayoría absoluta.
c)
El Partido Popular ha sido, sin ninguna duda, el gran perdedor de estas
elecciones, se pongan como se pongan y busquen las excusas que busquen. Y es
que el PP ha pasado de ser el partido ganador en 2012 a ocupar el segundo
puesto. Por el camino, los peperos se han dejado 503 mil votos y 17 escaños. La
gente no puede perdonar todo el daño que han esparcido durante estos tres años
de gobierno Mariano Rajoy y sus ministros: desahucios, paro, corrupción a
destajo bronca en la calle y una gran parte de la población que lo ha pasado y
lo sigue pasando muy, pero que muy mal. Lo extraño es que aún los vote alguien.
Las caras de los dirigentes populares la
noche de las elecciones lo decía todo.
d)
El otro gran damnificado de las elecciones del domingo pasado fue Izquierda
Unida. De tener 12 diputados y 437.445 votos en 2012 han bajado a 273.927
votos, lo que se traduce en tan solo 5 diputados. La pérdida de esos 7
diputados supone dejar de ser imprescindibles para el gobierno y la estabilidad.
En esta legislatura vez su papel será meramente testimonial. Está claro, como
ya pronosticamos algunos tras el pacto de gobierno con el PSOE, que aquello les
pasaría factura. Aquellas aguas han dejado estos lodos.
e) Entran en juego
Podemos y Ciudadanos. Los primeros con 590 mil votos, lo que se traduce en 15
escaños. Lejos quedan esos 22 escaños que les otorgaban las encuestas y más
lejos aún la posibilidad de ser el motor del cambio. En mi modesta opinión, esto
debería hacerlos ir con un poco más de humildad y no dar por hecho que van a
ganar las generales. En cuanto a Ciudadanos, consiguen prácticamente 400 mil
votos y 9 diputados. Supongo que a partir de ahora, el PP los tomará en serio,
tras la sangría que le han hecho. Ya era hora de que el bloque monolítico de la
derechona española se fracturara por alguna parte. Hasta ahora los votantes de
derechas que se mosqueaban con el PP, no tenían otra manera de manifestar su
enfado que quedándose en casita el día de las elecciones. A partir de ahora, ya
tienen otra opción: votar a Ciudadanos.
f)
El Partido Andalucista (sí, todavía existe, aunque tendríamos que decir, de
momento) se convierte en una fuerza absolutamente residual, con apenas el 1'5%
de los votos emitidos. De aquí a la desaparición hay un paso.
g)
Las políticas neoliberales, de ajuste, de recortes o de castigo social (les
demos el nombre que le demos, todos sabemos de qué estamos hablando) aplicadas
tanto a nivel estatal por el PP como en Andalucía por el PSOE e IU, sufren un
duro revés, aunque, también es cierto, no ha sido el descalabro que muchos
deseábamos. Está claro que la gente no quiere menos inversión en sanidad, en
educación o en dependencia. La gente quiere más bienestar social. ¿Es tan
difícil de entender?
h)
El voto andaluz es un voto muy conservador. La gente vota una y otra vez
mayoritariamente la misma opción, a pesar de la corrupción, a pesar del paro, a
pesar las infraestructuras, etc. Y es que, cuando el régimen pone en marcha la
política clientelar, no hay nada ni nadie que lo detenga.
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