lunes, 16 de julio de 2012

¿Quiénes son los que se joden?

Después del exabrupto del otro día de la diputada ultraderechista Andrea Fabra, hija de quien tiene el dudoso honor de ser uno de los presidentes del club de los corruptos made in Spain, la gente se ha echado las manos a la cabeza, más cabreada aún si cabe ante las duras palabras de la susodicha individua, y esas sonrisas cínicas que denotan una falta de solidaridad y una mala leche que cortan la respiración. 
Tan rápidamente ha corrido la pólvora incendiaria en internet que la tipa ya tiene hasta una canción, compuesta por un músico aragonés llamado Diego Escusol, y que, visto lo visto, está batiendo récords de audiencia en la red. El estribillo de la canción dice, "Que se jodan los ministros / que no dicen ni palabra, / y si soy parado digo / que se joda Andrea Fabra.”
Eso es lo que todos quisiéramos, que se jodieran los ministros y que se jodiera esta impresentable. Pero una vez más, veremos cómo la gentuza sale airosa de las situaciones peliagudas, mientras que la gente corriente, los que no pertenecen a la casta política, esos son los que se joden. La diputada del PP no se va a joder. La diputada del PP vive de puta madre en una de las urbanizaciones más caras de este país, ganando un sueldo que triplica o cuadruplica el de la gente normal, y riéndose en nuestras caras de todos nosotros.
Muy al contrario, los que nos jodemos somos el resto de la gente. Se joden, por supuesto, en primer lugar, los parados. Porque no tienen trabajo. Y eso es una mierda. Y además se joden doblemente si ya han agotado las prestaciones de todo tipo. Se joden los jubilados, porque tienen que pagar sus medicamentos, cuando las pensiones de la mayoría de ellos no llegan a los seiscientos euros. Se joden los universitarios porque les han subido las matrículas, les han bajado las becas, y les están hipotecando el futuro. Se joden los empleados públicos de este país, cada día más pobres, cada día con menos derechos laborales. Se joden los pequeños empresarios, los dueños de bares y tiendas humildes, porque no hay pasta y cuando no hay pasta, la gente deja de consumir. Se joden los mineros que están a punto de perder sus trabajos. Se joden los que no pueden pagar la puta hipoteca, y viene el banco, con la ayuda de los jueces y de las fuerzas de seguridad del estado, y los ponen a dormir al raso. Se joden las mujeres maltratadas, los enfermos crónicos, los niños y niñas de la escuela pública, los inmigrantes, y así podemos seguir hasta el día del juicio final. En definitiva, nos jodemos todos, menos ellos, que nunca se joden, sino todo lo contrario, que nos joden bien jodidos. Hasta que un día dejemos de permitírselo.

4 comentarios:

  1. es que, qué bonito, lo último que nos faltaba oír...
    Un saludo para el blog.

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  2. Desde esta República Argentina recobrada como república y como argentina en los últimos nueve años, estimado Rafael, y en consonancia con algunos otros países de la Región, y viendoselás (viéndonoslás) con detractores irrecuperables, no sólo imbéciles, sino canallas (de por acá y de por todas partes), y fogoneados por los medios hegemónicos, doy con este texto suyo y con otros que también he leído, disfrutando de la vivacidad de sus disquicisiones, imbuido de mi condición de ciudadano que en la década del noventa navegó en ese barco predecesor de la España actual que fue el designado país "mejor alumno del FMI" y adyacencias neoliberales, en fin, la Argentina pauperizada (con presidente re-elegido, sin embargo), en fin otra vez: que le acerco mi preocupación, y mi adhesión a usted y a todos aquellos que no sólo "ofrezcan", sino que impongan resistencia al neofranquismo y a todo lo que usted sabe y experimienta, desde luego, mucho mejor que yo.

    www.revagliatti.net

    *

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  3. La próxima parada que sea Andrea Fabra.

    Aunque sé que eso no ocurrirá

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  4. No nos toques los cojones, Andrea Fabra.

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