Lo arrancó con sus manos tímidas.
Lo colocó sobre la piedra de la cocina.
Cogió, después, el cuchillo más afilado
de cuantos tenía a mano.
Con mano firme empezó a cortar.
Pequeños trozos de carne oscura
materia derrotada en descomposición.
Y allí quedó, sobre la piedra inerte,
descuartizado, hecho pedazos,
pobre corazón.
Suspendida la orde de cierre de la Sala Repvblicca de Mislata
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Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha estimado el
recurso de apelación interpuesto por Sala Repvblicca de Mislata (Valencia),
que h...
Hace 3 horas
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