Una niña de cinco o seis años
llora, desconsolada, en el parque. Me acerco a ella y le pregunto por qué está
llorando, si acaso se ha perdido, si algún niño le ha pegado o si algún malvado
pederasta le ha dado un caramelo con droga. Me mira con cara de sorpresa, como
pensando, y este de dónde se ha escapado.
-Lloro por lo de Cataluña, -me
dice-, porque el Parlament catalán ha aprobado las leyes de desconexión.
-Ah, contesto, -sin saber
muy bien qué decirle para consolarla. No
te preocupes, pequeña, -le digo tratando de animarla-, que ya Rajoy tiene
controlado el tema.
Y entonces la niña empieza a
berrear como si se acabara de enterar de que se ha muerto su madre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.