En
realidad, ya no queda nada, ninguna civilización, ningún arte. Tengo la sensación
de que el mundo ya ha sido destruido, que es sólo la sombra de algo, la lluvia
radioactiva, los residuos, el polvo de alguna catástrofe, y que ya no hay nada
a lo que agarrarse. La mayoría de nosotros vive en ciudades que ya no existen más
que como atascos de tráfico. Atenas, Nueva York, París, Barcelona, son ciudades
míticas que ya no existen. Todos vivimos en esa pequeña área que rodea a la
catedral, pero ahora eso no es más que una atracción turística.
Leonard
Cohen
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