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domingo, 5 de noviembre de 2023

CUANDO LA POESÍA ES UNA PERRA SALVAJE QUE CORRE LIBRE POR EL BOSQUE

Estos días se publica mi nuevo libro de poemas. Un libro que he tardado más de 4 años en completar, al que he dedicado muchas horas de mi vida y del cual, lo voy a decir desde las primeras líneas, me siento profundamente orgulloso. Este libro se titula La poesía es una perra salvaje que corre libre por el bosque y ha sido publicado por la editorial granadina Esdrújula Ediciones, una pequeña editorial independiente, que mima, como buena mamá, las obras que edita. La portada, a cargo de la diseñadora Carmen Álvarez, reproduce un grafiti escrito en una pared, sucia y desconchada, que ya nos advierte de lo que vamos a encontrar en las páginas interiores.

     Se abre esta perra salvaje con un maravilloso prólogo escrito por la poeta y narradora malagueña Isabel Bono, un prólogo que ya nos ofrece pistas de por dónde irán los tiros. Habla Isabel de “estos poemas en carne viva” y añade que “es justo así como vive este poeta. Arde. No escribe sobre el fuego, no escribe desde el fuego, escribe siendo el fuego mismo.” Nadie antes había escrito sobre mis versos con tanta rotundidad y tanta verdad. Porque eso exactamente es lo que he pretendido con los poemas de este libro: escribir siendo el fuego y que todo arda. Porque el fuego destruye, pero a la postre, regenera y transforma. Porque, como escribo en uno de los poemas de este libro, “Como a  Durruti / las ruinas /no nos dan miedo.”

     Los 46 poemas que conforman esta perra salvaje son, en mi opinión, lo mejor que he escrito hasta la fecha. Quizá sea así porque en estos poemas he cambiado la urgencia casi punk que había caracterizado mi obra anterior por una visión más reposada, más meditada de la palabra poética. Todo este libro está impregnado de un lirismo visceral, fiero, pero lirismo al fin y al cabo. Algunos lo llaman madurez. Yo, sin embargo, prefiero llamarlo trabajo duro y bien hecho.

     Releo estos poemas y me reconozco enteramente en ellos. Me veo a mí mismo en cada uno de estos versos. Me siento vivo en estas palabras, es estas oraciones. Y es que estos poemas hablan de las cosas que me preocupan, del mundo que me rodea, inhóspito y feroz, turbio, doloroso, violento las más de las veces, pero también solidario y hermoso, lleno de cosas maravillosas. Hay en las páginas de esta perra salvaje memoria y denuncia; hay reivindicación del feminismo, del ecologismo, del anti-belicismo. Hay, como no podía ser de otra manera tratándose de un libro escrito por mí, música y una profunda reflexión sobre el propio hecho poético.

     Me gustaría invitaros a que leáis este libro, porque creo, sinceramente, que merece la pena hacerlo, porque con toda seguridad, muchas personas que se acerquen a los versos de estos poemas, se van a ver reflejados en ellos, y van a descubrir que, como sostiene la poeta norteamericana Adrienne Rich, la poesía no sirve de nada, si la mujer o el hombre que se adentran en el poema no existe en  esos versos.

     Mi intención al escribir estos poemas era, como señalo en “Ítaca”, el poema que abre este libro, “llegar / sano y salvo / a las playas / de Ítaca.” Yo lo he conseguido. Ahora os invito a todas vosotras, o todos vosotros, a leer este libro. Y ojalá también os ayude a llegar a Ítaca sanos y salvos. 


 

lunes, 7 de marzo de 2022

Reseña MUJERES CON UNA HABITACIÓN PROPIA

 En el número especial de la revista "El Clarión" con motivo del 8 de Marzo, aparece esta reseña de mi libro MUJERES CON UNA HABITACIÓN PROPIA, escrita por Mario Padilla.



sábado, 13 de febrero de 2021

RADIO FUTURA: EXPERIMENTACIÓN Y VANGUARDIA

Mi nuevo libro, RADIO FUTURA: EXPERIMENTACIÓN Y VANGUARDIA, está listo para ser servido. Se trata de un ensayo de 150 páginas en el que hago un somero repaso por la historia de una de las bandas fundamentales de la música cantada en castellano, analizando su discografía, algunas de sus canciones más emblemáticas, sus giras, sus conciertos, etc. El tamaño del libro es de 21x16 cm, impreso en papel de 170 gramos, lo que supone que haya quedado un libro de lujo, del cual me siento absolutamente orgulloso. La portada, la maquetación y todos los aspectos técnicos son obra de Mario Padilla, que ha hecho un trabajo de orfebre. Si estás interesado/a en adquirir un ejemplar, envíame un mensaje mi correo electrónico: rafaelcalero@gmail.com y te doy los detalles. Aviso a navegantes: la edición es limitada y cortita.


sábado, 25 de abril de 2020

Mary Shelley, creando desde el caos


Si alguna vez has tenido la fortuna de visitar la National Portrait Gallery, en la ciudad de Londres, habrás podido contemplar, entre los cientos de retratos que alberga este museo, un cuadro, de 73 cm de alto por 61 de ancho, cuya autoría se la debemos al pintor irlandés Richard Rothwell. El cuadro al que me refiero es un retrato que data del año 1840. En él se puede ver a una mujer que está empezando a entrar en la etapa de madurez. En líneas generales, se podría decir que estamos ante una mujer guapa, de grandes ojos del color de la miel, el pelo corto castaño y de piel muy blanca. La línea delgada y breve que es su boca contrasta con una nariz  grande, lo mismo que su frente. La mujer que vemos en ese cuadro denota un cierto grado de tristeza, aunque no podríamos señalar con certeza las razones de ese estado. Esa mujer se llama Mary Wollstonecraft Shelley. Y esta es su historia.

Mary Wollstonecraft Godwin, el nombre con el que fue inscrita en el registro civil de la época, había nacido en la capital del Reino Unido, el día 30 de agosto de 1797. Su llegada al mundo fue muy complicada. Tanto es así, que su madre, la activista, escritora y filósofa feminista Mary Wollstonecraft, autora de uno de los textos fundacionales del feminismo, Vindicación de los derechos de la mujer, quedó bastante maltrecha del parto, lo que le provocó la muerte el día 10 de septiembre. Así pues sería su padre, el filósofo, político y teórico anarquista William Godwin, quien la criará y la educará. La influencia paterna hará que la niña sienta una pasión desbordada por la poesía, por la música, por la política, por la filosofía. Imaginemos por un instante lo que debe ser educarse en una casa donde las visitas más asiduas responde al nombre de Samuel Taylor Coleridge o Lord Byron. Evidentemente eso tiene que imprimir cierto carácter. Esa niña, algunos años más tarde, escribiría a propósito de su padre: “Era mi Dios.”

Durante su niñez y adolescencia, Mary pasó interminables horas leyendo alguno de los cientos de libros que conformaban la biblioteca paterna. Y como ya se sabe, de la lectura a la escritura, hay un pequeño paso. La joven, que gozaba de una imaginación desbordada, inventaba historias con una facilidad pasmosa. Lo mismo le ocurría con los poemas. A los diez años de edad, publica su primer poema, "Mounseer Nongtongpaw,".

En la primavera de 1814, la joven conoce a una persona que le cambiará la vida para siempre: el poeta Percy Bysshe Shelley, ferviente admirador de la obra de su padre y uno de los habituales en las tertulias domésticas que organizaba el filósofo británico. La muchacha se enamora perdidamente del joven poeta. Y él, aunque está casado, le corresponde. La joven se queda embarazada y su padre no da su consentimiento a la relación con el joven poeta. El día 28 de julio de ese mismo año, la pareja, junto con algunos amigos, se escapa a Francia para vivir, sin trabas de ningún tipo, su romance, que se asemeja a una obra teatral. No en vano, Percy Bysshe Shelley será uno de los iconos literarios del período Romántico. En 1816, la esposa de Shelley se suicida, dejando el camino libre a los dos jóvenes, quienes deciden casarse. El matrimonio dura seis años, exactamente hasta 1822, cuando el autor de Defensa de la poesía muere ahogado. Durante los años que convive con el poeta, Mary W. Shelley dará a luz cuatro veces, pero sólo su último hijo, Percey Florence, conseguirá salir adelante.

Mary W. Shelley ha pasado a la historia de la literatura, principalmente, como autora de una novela: Frankestein, o El moderno Prometeo, editada por primera vez el día uno de enero del año 1818, de manera anónima, aunque todo el mundo pensó que el autor del libro era su esposo, pues él era el autor del prefacio que antecedía a la historia de la criatura monstruosa. No obstante, la obra de Mary W. Shelley va más allá de Frankestein. Escribió novelas, pero también poemas, ensayos, cartas, libros de viajes, relatos cortos y obras de teatro. Y lo hizo, además, con bastante éxito.

La génesis de la novela Frankestein ha sido contada mil y una veces. La propia autora la explicó en su “Introducción” a la tercera edición, la de 1831. La historia nació en el verano de 1816, como un cuento de terror de carácter oral, para ser contado a la luz de la chimenea, durante un período de mal tiempo que la pareja pasó con unos amigos en el campo, cerca de Ginebra. Aquel breve cuento acabó convirtiéndose en una de las historias góticas más famosas de todos los tiempos. Una parte de la crítica habla de esta obra como un precedente directo de la ciencia ficción. Para otros muchos, entre los que me cuento, sencillamente, es una novela con un fuerte contenido filosófico, que no es poco. Yo la veo como una gran metáfora, un largo poema escrito en prosa en el que el doctor Vïctor Frankestein es, evidentemente, un trasunto del propio Dios. Creador de vida, pero a qué precio. El resultado de sus estudios, de sus experimentos y de su aventura científica es un ser deforme, extraño, hecho a base de retales humanos, monstruoso en su apariencia física. Pero dentro de él, existe un fuerte deseo de vivir y hacer el bien. Y sin embargo, empujado por los acontecimientos y por la maldad que lo rodea, acaba asesinando, destruyendo a la familia de su creador, consagrando su existencia a hacer el mal por doquier. Por su parte, el propio doctor Víctor Frankestein vivirá el resto de su vida en una persecución perpetua, siempre intentado dar caza a su vástago, para aniquilarlo. Una historia llena de tristeza, de frustración, de dolor y de soledad. Una historia muy parecida a la de la propia humanidad. La crónica de una fracaso anunciado.

No deja de sorprender que uno de los grandes hitos de la literatura universal fuese escrito en apenas unos meses, casi como en un juego, sin apenas darle importancia. Una recreación de las historias de fantasmas, de apariciones, de seres sobrenaturales tan del gusto de la época, un momento en el que la ciencia empezaba a tener una gran importancia para la vida del ser humano. Tampoco puede pasar desapercibida para el lector avispado, como no podía ser de otra manera, el Quijote cervantino, obra que, con toda seguridad, Mary Shelley había leído. En Don Quijote de la Mancha, Cervantes le da una vuelta de tuerca a las novelas de caballería mientras Shelley, con su Frankesntein, hace lo propio con la novela de fantasmas.  

Frankestein es una de las novelas que ha conocido más adaptaciones de todo tipo, teatrales y cinematográficas. Existen decenas de películas basadas, inspiradas, recreadas, más o menos libremente, en la obra de Mary Shelley. En blanco y negro y en color, mudas y sonoras, adaptaciones fieles al texto y comedias desternillantes, antiguas y modernas. Frankestein es, no hay duda de ello, un icono cultural mundial.

Pero la obra de Mary W. Shelley va más allá de la invención de una criatura monstruosa creada en un laboratorio. La autora inglesa escribió varias novelas más, que gozaron de gran predicamento en su época, aunque hoy apenas si tienen un puñado de lectores. Obras como Valperga (1823), El último hombre (1826), Las fortunas de Perkin Warbeck, un romance (1830), Lodore, 1835), Falkner. Una novela (1837) o Mathilda, que estuvo guardada durante 140 años, pues fue escrita en 1819 y se publicó en 1959. También dedicó gran parte de su tiempo a editar de manera cuidada y a poner en valor la obra de su esposo, con anotaciones y estudios pormenorizados.

Mary Shelley murió a los 53 años de edad. Un cáncer en el cerebro acabó con su vida el día 1 de febrero de 1851, en Londres. Tras de sí dejaba un libro eterno que había sido escrito, casi por casualidad, siendo una adolescente.

 


domingo, 29 de diciembre de 2019

Antonio Orihuela, penetrando en el secreto más profundo de las cosas


Para los numerosos seguidores de la obra de Antonio Orihuela, este 2019 que se nos escapa entre los dedos, ha sido, qué duda cabe, un gran año. El poeta, ensayista y, desde hace un tiempo, también novelista, nacido en Moguer, provincia de Huelva, en 1965, ha publicado durante este año, dos poemarios y una novela. No está nada mal para un autor que se mueve en los márgenes de la industria editorial y que va, tanto en lo estético como en lo ideológico, a su bola, ajeno por completo a las modas, a los modos, y, sobre todo, a las mafias imperantes en la literatura española contemporánea. Los dos poemarios que ha publicado Orihuela durante este 2019 son Campo unificado (Olifante Ediciones de Poesía), y Lavar carbón (Amargord ediciones), dos interesantísimas obras poéticas donde el autor de El amor en los tiempos del despido libre, continúa dando forma a una poética absolutamente personal, de tintes libertarios, en la que la crítica a esta sociedad absolutamente deshumanizada y completamente desnortada de principios de siglo que nos ha tocado en suerte son marca de la casa y referente para un gran número de lectores, que reciben la publicación de cada nueva obra del poeta onubense, como agua de mayo.
Antonio Orihuela, además de un magnífico escritor, es el coordinador de los encuentros poéticos Voces del extremo, que cada verano se celebran en su pueblo natal, Moguer, auspiciados por la Fundación Zanobia-Juan Ramón JIménez y que, durante más de dos décadas, han servido para configurar, aunar y expandir por los cuatro puntos cardinales, las poéticas de resistencia anticapitalista, ecologista, feminista, etc., llegadas de diferentes puntos del mundo.
Como decimos, este año que termina, ha sido un magnífico año en lo profesional para Orihuela. Además de los dos poemarios a los que me he referido más arriba, también ha visto la luz su segunda novela: El secreto fondo de las cosas, publicada por la editorial madrileña La Oveja Roja. (Un inciso: La Oveja Roja ha publicado en los últimos años algunas obras de altísima calidad, como por ejemplo, la antología poética Disidentes, a cargo del poeta Alberto García Teresa, o el ensayo Músicas contra el poder, de Valentín Ladrero, por nombrar sólo algunas de las obras de su magnífico catálogo).
En 2018, Antonio Orihuela se estrenó como novelista con Las increíbles aventuras de Gorzila en España, una fábula en clave humorística, en la que la crítica a una sociedad española autocomplaciente, racista, xenófoba y un poco (o un mucho, según se mire) imbécil, era más que evidente.
Un año después, ve la luz El secreto fondo de las cosas, que, aunque es su segunda novela publicada, en realidad, fue escrita hace más de una década, aunque no haya sido editada hasta hace unos meses, por diferentes avatares de la industria editorial hispana.
El secreto fondo de las cosas es un libro muy bien escrito. Un cuento para adultos que se lee del tirón, y que se desarrolla en una isla inventada, que bien podría ser Andalucía, o el levante español, o cualquier otra zona en la que la corrupción urbanística haya jugado un papel relevante en los últimos años. El secreto fondo de las cosas es, por momentos, una obra que aúna varios géneros novelísticos: la novela negra, el realismo mágico, la novela filosófica, el género onírico, etc. Todo ello, cosido con el hilo personal e intransferible de la obra poética de su autor, Antonio Orihuela. Porque esta obra, como viene haciendo Orihuela en cada uno de sus libros desde el inicio de su carrera como escritor, sin importar que se trate de poesía, ensayo, o novela, habla de las cosas que son realmente importantes, y que se han visto agredidas de una manera exagerada en estos tiempos de neoliberalismo desaforado. Dice uno de los personajes principales del libro, Batalún, unas frases que, en mi opinión, sintetizan de manera certera el espíritu de la novela:

Quienes apreciamos la verdad, la justicia y la libertad, hemos sido expulsados del mundo. Nuestros valores hoy no cotizan en ningún mercado de ahí abajo. El mal y la mentira, la injusticia y la opresión, la crueldad y la insensibilidad señorean hoy en el mundo (…)

Este párrafo, en mi opinión, es el eje sobre el que se mueve El secreto fondo de las cosas. Porque en realidad, esta novela no es sino una denuncia al ataque continuado que ha sufrido una gran parte de la naturaleza de este país, con el objeto de destruirla para poder construir urbanizaciones, campos del golf, hoteles u otras barbaridades urbanísticas perpetradas al olor del dinero podrido.
Continúa, pues, Antonio Orihuela, construyendo esa gran obra de resistencia ante el capitalismo feroz, inhumano, demoníaco. Y lo hace libro a libro, abriendo brechas, pequeñas, sí, pero brechas al fin y al cabo, en la línea de flotación de un sistema que, tarde o temprano, será destruido o destruirá todo a su paso. Porque no cabe ninguna otra opción. Y el poeta de Moguer se enfrenta al monstruo con las herramientas que mejor sabe manejar, las palabras, y con los artefactos más eficaces, los libros. Libros como El secreto fondo de las cosas, una novela muy, muy recomendable.

miércoles, 17 de julio de 2019

ANDREA CAMILLERI

Leo en el diario El País que ha muerto el escritor italiano Andrea Camilleri. Tenía 93 años y deja en herencia unos cuantos libros magníficos y un personaje inmortal , el comisario Salvo Montalbano. Camilleri era un tipo íntegro de pies a cabeza, siciliano y comunista. "Mis ideas políticas ya no son realizables. Porque han fracasado en todos sitios, como es evidente. Pero yo continúo siendo fiel a aquel ideal que es el de dar a todos la misma base de partida", confesó en una entrevista recientemente. 
A mí, particularmente, Camilleri me ha proporcionado muchas horas de placer solitario, leyendo sus novelas, y acompañado, viendo la serie que la televisión italiana hizo de la saga Montalbano. Lo echaré de menos en los próximos años. 
Que la tierra te sea leve, querido Andrea.