Primero
me engatusó
con sus artimañas
Después,
cuando comía
de su mano,
me robó
el corazón.
Por último,
huyó muy lejos,
a un lugar
donde resultase
imposible
seguir
su rastro.
LA COLOSAL TAREA DEL GRAN RECHAZO
-
con Jorge Riechmann
Si votamos al verdugo,
el verdugo hará de verdugo
por poco que nos gusten las ejecuciones.
Si votamos por la apisonadora,...
Hace 1 hora
Que hijaputa......
ResponderEliminarLo mismo me ocurrio a mi, pero era hijoputa.
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