Si te gusta la novela negra seguro que el nombre de Michael Connelly no te resulta ajeno. Y es que Connelly es, hoy por hoy, uno de los más importantes autores de novela negra del mundo. Y el personaje que creó a principios de los años noventa (su primera aparición fue en la novela El eco negro, publicada en 1992), el detective Harry Bosch, es uno de los más destacados personajes de la novela policiaca de la narrativa negra contemporánea. Entre las muchas peculiaridades que tiene el detective de Los Ángeles, por ejemplo, su rarísimo nombre (se llama Hieronymus en honor al pintor holandés del siglo XV, El Bosco) está su gran afición al jazz y sobre todo al saxofón. Y es que Harry Bosch es un apasionado de este instrumento. En las novelas de Connelly, las referencias musicales son abundantísimas: desde Dylan a Springteen, pasando por Tom Waits, Guns and Roses, The Doors, Eric Clapton, Frank Sinatra, Jimi Hendrix, Ravel, Rolling Stones y un larguísimo etcétera. Y es que la música juega un papel muy importante en las novelas de este autor americano.
Pero la música que realmente apasiona a Harry Bosch es el jazz y más concretamente los saxofonistas. Así, a lo largo de las diecisiete novelas protagonizadas por el detective más famoso y testarudo del Departamento de Homicidios de la Policía de Los Ángeles, van pasando diferentes saxofonistas por las páginas de los libros. En ellas encontramos a los mejores saxofonistas de la historia del jazz: John Coltrane, Art Pepper, Bill Evans, Charlie Parker, etc.
Estos días me acabo de leer una de sus primeras novelas, El vuelo del ángel. En esta obra las referencias musicales son escasas. En realidad sólo aparecen dos en toda la novela. La primera es el famosísimo “Adagio para cuerdas” de Samuel Barber, probablemente la obra más importante y popular del compositor estadounidense, que fue compuesta en 1938.
La otra referencia musical es al saxofonista (no podía ser de otra manera) Frank Morgan. Morgan es un caso rarísimo dentro del universo musical del jazz. Nacido en 1933, inició una tempranísima carrera como saxofonista, después de sucumbir al influjo del gran Charlie Parker y el Bebop, grabando un disco en 1955. A los diecisiete años se enganchó al caballo y esta afición lo llevó a diferentes cárceles del país y a mantener la peligrosa y cara adicción durante mucho tiempo. Así que durante tres décadas estuvo fuera de los circuitos comerciales del jazz. A mediados de la década de los ochenta se le presentó la oportunidad de volver a grabar y esta vez no la desaprovechó. Hasta el año de su muerte, acaecida en 2007, Frank Morgan grabó 17 álbumes. Aquí dejo esta maravillosa "Listen to the Dawn" para que disfrutes de la calidad de este magnífico saxofonista y de la belleza qeu sale de su saxo. Y si tienes ocasión de leer cualquier novela de Connelly, no la desaproveches.
Pero la música que realmente apasiona a Harry Bosch es el jazz y más concretamente los saxofonistas. Así, a lo largo de las diecisiete novelas protagonizadas por el detective más famoso y testarudo del Departamento de Homicidios de la Policía de Los Ángeles, van pasando diferentes saxofonistas por las páginas de los libros. En ellas encontramos a los mejores saxofonistas de la historia del jazz: John Coltrane, Art Pepper, Bill Evans, Charlie Parker, etc.
Estos días me acabo de leer una de sus primeras novelas, El vuelo del ángel. En esta obra las referencias musicales son escasas. En realidad sólo aparecen dos en toda la novela. La primera es el famosísimo “Adagio para cuerdas” de Samuel Barber, probablemente la obra más importante y popular del compositor estadounidense, que fue compuesta en 1938.
La otra referencia musical es al saxofonista (no podía ser de otra manera) Frank Morgan. Morgan es un caso rarísimo dentro del universo musical del jazz. Nacido en 1933, inició una tempranísima carrera como saxofonista, después de sucumbir al influjo del gran Charlie Parker y el Bebop, grabando un disco en 1955. A los diecisiete años se enganchó al caballo y esta afición lo llevó a diferentes cárceles del país y a mantener la peligrosa y cara adicción durante mucho tiempo. Así que durante tres décadas estuvo fuera de los circuitos comerciales del jazz. A mediados de la década de los ochenta se le presentó la oportunidad de volver a grabar y esta vez no la desaprovechó. Hasta el año de su muerte, acaecida en 2007, Frank Morgan grabó 17 álbumes. Aquí dejo esta maravillosa "Listen to the Dawn" para que disfrutes de la calidad de este magnífico saxofonista y de la belleza qeu sale de su saxo. Y si tienes ocasión de leer cualquier novela de Connelly, no la desaproveches.
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