Ayer el Banco Central Europeo bajó el precio del
dinero. Y lo hizo con la intención de que esa bajada se pueda apreciar en las
economías domésticas. O al menos eso es lo que se nos dice. Se supone que con
un interés del 0´75 por ciento, el dinero tiene que fluir, pasar de unas manos
a otras, hasta llegar a los pequeños y medianos empresarios, para que puedan
reactivar sus empresas, y así, se pueda volver a crear empleo. También se
supone que esa bajada del precio del dinero va a ser muy beneficiosa para las
empobrecidas economías domésticas, sobre todo, la de las familias de países
como Italia, Grecia, y cada vez más, España.
Como
consecuencia de esa bajada del precio del dinero que tuvo lugar ayer, hoy, el
Euríbor, ha sufrido un fuerte descenso, el más bajo de su historia, si no me
equivoco. Concretamente ha llegado a un 1´118 %. Esta mañana, todos los medios
nacionales se hacen eco de esa bajada y todos apuntan en la misma dirección. Si
baja el Euríbor, bajan las hipotecas. Y si bajan las hipotecas, los españoles
que tengan suscrito un préstamo hipotecario, que somos una inmensa mayoría,
dispondremos de un puñado de euros extra en nuestros bolsillos que podremos
dedicar a otros menesteres, con lo que se verá incrementado el consumo.
Pues nada
más lejos de la realidad. Gracias a una ley que, como todo lo que tiene que ver
con los bancos, los favorece a ellos y perjudica terriblemente al consumidor,
prácticamente todas las hipotecas suscritas en España, tiene un suelo que ronda
el 3 o el 3´5 por ciento.
No sé lo
que les contaron a otros, pero sé muy bien lo que Cajamar, la entidad con la que
tengo contratada mi hipoteca, me contó a mí. Absolutamente nada. Hasta tres
años después de haber firmado la hipoteca no me enteré de que existía la
susodicha cláusula. Nadie me informó sobre este punto. Ni una sola palabra.
En la
práctica, tener un suelo en la hipoteca significa que ya puede estar el Euríbor
en el cero por ciento, que yo seguiré pagándole a Cajamar, mes tras mes, un
tres por ciento de intereses. Durante toda la vida del préstamo hipotecario
esto se traduce en miles de euros. Euros que yo podría estar dedicando a otras
cosas y que me harían la vida —sobre todo cuando este mismo mes me vuelven a
bajar el sueldo por segunda vez en dos años—, mucho más llevadera.
La
asociación ADICAE ha interpuesto una demanda colectiva contra 101 entidades
bancarias por poner suelo en las hipotecas. Pero ya sabemos todos cómo son los
tiempos judiciales en este país. A este paso, me muero y no veo resultados. Lo
que uno no acaba de entender es por qué razón el gobierno no actúa de oficio
contra esta práctica abusiva e ilegal y toma medidas para que de una vez por
todas, desaparezca el maldito suelo de las hipotecas. Aunque en realidad sí que
lo sabemos: la banca siempre gana.
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