Y al final se produjo el rescate. De
nada han servido todas las mentiras, todos los malabarismos léxicos,
todos los recortes, todos los requetepagos. De nada han servido las mil y
una privatizaciones. De nada ha servido que nos estén dando por el culo
desde mayo de dos mil diez. De nada ha servido que el Ministro de
Economía hable inglés (menudo soplapollas, el Ministro de Economía). De
nada le ha servido al gobierno más reaccionario que ha tenido este país
desde que gobernaban sus abuelos, tener la mayoría absoluta más absoluta
del mundo mundial. De nada ha servido nada. Esta tarde los alemanes se
están frotando las manos porque otros incautos han caído en sus garras.
Griegos, portugueses, irlandeses, y ahora, los españolitos.
Ha llegado nuestra hora. Ahora le
toca el turno a España. Ah, España. Ese lugar al que Manolo Escobar
lanzaba vivas con orgullo, ese lugar donde no hace ni una década se
ataba a los perros con longaniza y enriquecerse era tan sencillo como
chasquear los dedos. Ese lugar donde un peón albañil ganaba un sueldo
más alto que el de un cirujano cardiovascular y cualquier chaval de
dieciocho o diecinueve años podía conducir un Audi de siete kilos porque
tenía un trabajo en la construcción. España. Con dos cojones. Un país
donde ser Doctor en Filosofía y Letras estaba mal visto, porque aquí lo
que molaba era trabajar en el sector de la construcción, y si después de
la selectividad, un buen estudiante no se matriculaba en Arquitectura,
Ingeniería u otra rama directamente proporcional al dólar y al ladrillo,
es que era tonto del culo, la criatura. España, el único país del mundo
donde ibas a pedir un crédito al banco y salías con el doble de pasta,
para que te compraras también los muebles, y el coche, y coño, ya
puestos, cómo no te vas a pegar un viajecito al Caribe, colega, que tú
te lo mereces. Todo eso y más pasaba en esta España que, por mucho que
se empeñen algunos, sigue siendo de charanga y pandereta, aunque ahora
la televisión se vea en tdt, y todo el mundo tenga un teléfono móvil en
el bolsillo, aunque la mayoría no pueda leer las instrucciones, porque,
sencillamente, no saben leer.
Por desgracia, esta es la España que
nos ha tocado en suerte, la que gana mundiales y eurocopas pero sigue
siendo cutre elevada a la enésima potencia. Un país donde el Ministro de
Educación y Cultura es el más tonto de la clase (otro soplapollas de
mucho cuidado) y recorta la inversión en investigación científica pero
no lo escuchamos decir nada en contra de los sueldos astronómicos de los
futbolistas. Esta España donde campan a sus anchas los políticos más
imbéciles, ladrones, corruptos, vagos e impresentables que podamos
imaginar. Esta España donde un tío que no sabe ni dónde tiene la cara
sea el Rey y se vaya a cazar elefantes y viva, nunca mejor dicho, a
cuerpo de rey, mientras millones de compatriotas no tienen ni para comer
a diario. Y punto. Esta España donde se roba, se malversa, se engaña,
se estafa, se hunde a los bancos, a las empresas y no pasa nada porque, ladies and gentlemen, esto es España.
Help, I need somebody,
ResponderEliminarHelp, not just anybody,
Help, you know I need someone, help.