A veces
nos escribíamos
mensajes
en pequeños trozos
de papel,
me dijo.
Los enrollábamos
y los metíamos
en botellas vacías
de cerveza.
Y los íbamos
dejando por la casa,
aquí y allá,
esperando que el azar,
como el vaivén melódico
de las olas,
los llevara
hasta nuestras manos.
Te amo,
era el mensaje
que más se repetía.
Quizás mi alma es un frasco vacío, pero
mi cuerpo es un río...
(De Tarareando canciones de Radio Futura)
he de reconocer que me gusta lo que leo de tarareando canciones...
ResponderEliminarHola Jorge, te debo un correo como te prometi con el poema de Isabel Pérez Montalbán. Tengo que decirte que la presentación de tu libro en Subterránea estuvo francamente bien. Recibe un abrazo fraternal si lees esto.
ResponderEliminarrafa
Hola. Lo leí, lo leí, pero es que es más difícil que el copón demostrar que no soy un robot
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