El nuevo gobierno del PP, con su flamante presidente, Mariano Rajoy, a la cabeza, y Soraya Sáenz de Santamaría en su papel de fiel escudera, una vez pasados los trámites de formación, nombramiento de nuevos ministros, de secretarios de estado, de directores generales, y toda la parafernalia de los juramentos ante los crucifijos y la biblia, ha empezado a tomar sus primeras medidas.
Ya, por fin, sabemos de qué va la película. Hasta ahora todo eran especulaciones, pues tanto en la campaña electoral de noviembre, como en las semanas que han precedido a la formación de gobierno, nadie con autoridad en el Partido Popular había dicho esta boca es mía. No obstante, éramos muchos los que intuíamos qué era lo que se nos venía encima.
No ha sido hasta las reuniones de los primeros consejos de ministros cuando han empezado a mostrarnos los primeros trailers. Habían corrido ríos de tinta sobre cómo sería la nueva entrega del Partido Popular. Unos hablaban de comedia; otros pensaban que sería una historia de amor y luego estaban los que se inclinaban por el género negro, pensando en personajes como Camps, Mata, Fabra y compañía y hasta los había, qué ingenuos, que creían que se trataba de una de ciencia ficción. Al final hemos visto, por fin, que el amor y las risas no aparecen por ninguna parte. Y aunque la corrupción está siempre ahí, hemos descubierto que la nueva película del Partido Popular, interpretada por Rajoy, Sáenz de Santamaría, Ruíz Gallardón, Matos, de Guindos, Montoro y compañía es, sin duda, una película de terror. Pero no una cualquiera. Qué va. La nueva película de Mariano Rajoy es una de esas que hacen que te cagues de miedo desde los primeros títulos de crédito.
Y es que el argumento de la segunda parte del gobierno popular viene plagado de recortes sociales, de reformas fiscales que atacan despiadadamente a los trabajadores, de subidas de impuestos, de ataques desmesurados contra las clases medias, de mentiras que quieren parecer verdades, de apoyo a los ricos, de juegos malabares con las palabras, de congelación de las ofertas de empleo público, etc. etc. Por supuesto, detrás de todas estas medidas subyace un trasfondo ideológico que, ahora, en estos tiempos de crisis económica, de desempleo masivo, de miedo colectivo se ha hecho más fuerte y además (ellos son muy conscientes de esto) va a encontrar menos resistencia, pues mucha gente está tan desesperada que es capaz de comulgar con ruedas de molino.
En los próximos meses iremos viendo otras secuencias, otras escenas, otros protagonistas de esta película. Pero ya están las cartas bocarriba. Ya sabemos de qué va todo esto. Y qué queréis que os diga, no augura nada bueno.
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