Me gusta acariciarle el pelo
–estanque profundo
de aguas invernales–
con las yemas de mis dedos.
En ese gesto tranquilo
siempre encuentro
fragmentos del niño
que un día fui.
EN EL ESPEJO
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En el espejo,
la vejez castiga a la mujer más que la muerte.
Nadie prepara a la mujer para la caída de las carnes.
La luz brilla en otra chica más ...
Hace 10 horas
a mí también me gusta hundir las manos en su pelo... siempre huele bien, no sé exactamente a qué, pero huele bien...
ResponderEliminarA sampoo o a gomina, seguro.
ResponderEliminarHundir los dedos entre su pelo, con olor a ganas de follar, … otra vez.
ResponderEliminarPuestos a elegir, prefiero que hundan las manos entre mi pelo.
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