Lo admito.
Sin reservas.
Soy un yonqui.
No puedo vivir
sin tu dulce sabor.
Te necesito
como al aire
que respiro.
Si no te tengo,
me pongo nervioso,
siento unos terribles espasmos,
sudo y vomito.
Y entro en estado febril.
Debo salir a buscarte,
dondequiera que estés.
Cuando por fin te consigo,
me tranquilizo.
Y pasa el malestar.
Te toco y todo es distinto.
Te siento y me transformo
en otro ser.
Soy adicto a ti.
Es terrible.
Ser un yonqui de tu amor.
Este poema está incluido en mi primer libro de poemas, Los Poemas del frío (Ediciones Osuna, 2000).
Homenaje a Nadia Anjum
-
Cambió la aguja por la pluma.
Escribió lienzos de vida
sin dedal, hilvanando el hilo
de sus palabras con sus recuerdos.
*****
Recibió tantos golpes
co...
Hace 16 horas
Mira que me he chutado de tanto y tantas veces...
ResponderEliminary, al final, he terminado siendo una yonki de la poesía
Hay un magnífico poema de Bukowski que se llama precisamente "yonqui", en el que confiesa su adicción a la poesía. te lo recomiendo.
ResponderEliminar