sábado, 28 de agosto de 2021

Fernando Fernán Gómez

 


Un 28 de agosto de 1921 venía al mundo en la ciudad de Lima, capital de Perú, un niño al que pusieron el nombre de Fernando y los apellidos Fernán Gómez.  Este niño, hijo y nieto de cómicos, con el paso del tiempo, acabó por convertirse en el actor más importante de la historia del cine español. Pero además de un extraordinario intérprete también fue uno de los directores más insignes de nuestro cine. Y la cosa no queda ahí. Además, de interpretar, escribir guiones y dirigir estupendamente, resulta que este tipo larguirucho y pelirrojo, anarquista de corazón, escribió un puñado de obras de teatro, de novelas, de libros de memorias, de ensayos sobre el cine, incluso de poemas, que quitan el sentido. Yo, hoy, en el día en que Fernando Fernán Gómez debería de apagar las cien velas, no voy a hablar de sus películas, porque están ahí para que todo el que quiera se aproxime a ellas. Yo, hoy, para celebrar el cumpleaños de mi admirado Fernando Fernán Gómez, voy a destacar su faceta como escritor, que me da que es un poco más desconocida. Os aconsejo que, si no lo habéis hecho nunca, busquéis uno de sus libros, y empecéis a leerlo. Os garantizo que el disfrute está asegurado, pues Fernán Gómez es todo un maestro en el uso del lenguaje, en la caracterización de personajes, y en la creación de situaciones. Sobre todo en las que tienen una connotación cómica, como le ocurre como actor. “El viaje a ninguna parte”, “El vendedor de naranjas”, “Oro y hambre”, “La puerta del Sol”, “¡Stop! Novela de amor”,  “Desde la última fila: cien años de cine”, “El tiempo amarillo” o “Conversaciones con Fernando Fernán Gómez”, una larguísima charla que mantuvo con Enrique Brasó, en la que repasan, película a película, su extensísima obra, son algunos de los libros que, cualquiera en su sano juicio, debería de leer.


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