Abro el ordenador y me entero de la muerte de Julio Anguita. Julio siempre ha sido un referente político, sindical y humano para mí y para muchas otras personas. Su honradez, su inteligencia, su vehemencia, su pedagogía, su vasta cultura, su actitud ante la política y la vida, que no dejan de ser dos caras de la misma moneda, han supuesto un espejo en el que mirarme, salvando, por supuesto, todas las distancias entre la grandeza de un personaje único, Julia Anguita, y mi mediocridad.
Hoy, cuando me acabo de enterar de que ha muerto, se me vienen a la mente estas palabras de Ernesto Che Guevara:
"En cualquier lugar que nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, siempre que ése, nuestro grito de guerra, haya llegado a un oído receptivo, y otra mano se tienda para empuñar nuestro fusil."
Estoy seguro de que Julio Anguita las suscribiría sin dudar. Estoy seguro de que otros anguitas vendrán a empuñar el fusil que deja Julio- Estoy seguro de que otros luchadores vendrán a llenar el hueco que nos deja Julio.
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